Anarquismo y República en España
Anarquismo y República en España
El concepto de República, si bien tiene una importancia histórica innegable, no resulta tan claro en la actualidad. En un principio, se trata de lo contrario de la monarquía, equivale a la democracia en el sentido de considerar la gestión del Estado cosa de todos los ciudadanos (1); más adelante, veremos la falacia de tal asunto según la visión libertaria. La realidad es que, con el paso del tiempo, el concepto de república ha encubierto toda suerte de sistemas autoritarios en algunos de los cuales ni siquiera aparecía garantizada la democracia electiva. En cuanto a la monarquía, no debería ser necesario aclarar que resulta intolerable para cualquier persona con la mínima sensibilidad democrática, ya que se trata de la forma más elevada de aristocracia familiar; un intolerable vestigio del pasado que, sin embargo, se muestra en la actualidad en algunas países como una mera clase parasitaria, si bien asumiendo la jefatura de Estado, que tolera una democracia formal. Hoy en día, una u otra forma de Estado, monarquía o república, encubre una forma de dominación utilizando la ilusión de la democracia representativa.
Hay que mencionar el episodio de la insurrección cantonal, no apoyada oficialmente por la FRE, pero sí por algunos internacionalistas, que en opinión de Nettlau lo hicieron para debilitar al Estado en aras del federalismo creando distritos autónomos donde el cambio social habría sido más factible (5).El breve episodio de la Primera República en España tuvo un triste colofón, después de las sublevaciones cantonalistas, cuando las autoridades republicanas, en connivencia con la burguesía, llevaron a cabo una tremenda represión de las sociedades obreras; la persecución, llevada a cabo por los mismos militares monárquicos del régimen anterior, fue de tal envergadura, que muchas federaciones locales de la AIT desaparecieron (6). El golpe de Estado del general Pavía, abonando el terreno para la restauración, acabó con un régimen republicano que fracasó en su intento de constitución federal, no llevó a cabo las promesas hechas al pueblo, pero que tampoco satisfizo del todo a la burguesía, enclaustrado en una defensa a ultranza del orden establecido, tal y como analizan los anarquistas cualquier forma de Estado. A pesar de la tremenda represión, las sociedades obreras continuarían su actividad, si bien de forma clandestina.
Dando un salto en el tiempo, que nos prepara el terreno para abordar la Segunda República, ha que decir que a partir del año 1917, la clase trabajadora, harta de unas élites dominantes incapaces de llevar a cabo ninguna reforma, decidió pasar a la acción con una larga serie de huelgas. Era la decadencia del sistema de la Restauración, encabezado por un monarca con más participación política de la aparente. Esa crisis llevó a las élites dominantes a instaurar una monarquía sin democracia; era la Dictadura de Primo de Rivera, que comenzó en septiembre de 1923 con el agrado de la Realeza, la Iglesia y la burguesía y con la complicidad de, dato que no se suele subrayar en la memoria histórica, los socialistas. Solo los anarcosindicalistas se opondrían al golpe militar, con la escasa compañía de estudiantes e intelectuales del mundo universitario, algunos oficiales del Ejército y el pequeño partido comunista. Los anarquistas, fieles a su defensa de la libertad, se volcaron de todas las maneras posibles, pactando incluso con el conde Romanones o el general Valeriano Weyler, en la lucha contra la Dictadura y sin reparar en sacrificios. La Dictadura de Primo de Rivera, debido a su inoperancia para afrontar la crisis nacional, acabaría cayendo y terminaría por arrastrar quince meses después a la monarquía de Alfonso XIII.
La Segunda República
No obstante, no puede considerarse la insatisfacción anarquista (o el mito de su intransigencia) la culpable de poner en un brete a la Segunda República; fue la incompetencia de los políticos republicanos para solucionar las justas reivindicaciones de los trabajadores lo que condujo a estos a la acción revolucionaria (10) Definitivamente desilusionados con el nuevo régimen, los campesinos y obreros se distanciaron de los partidos republicanos y socialistas, lo que abonó el terreno para que la derecha ganase las elecciones en 1934; la revolución de Asturias de ese mismo año es una muestra más del descontento de los trabajadores con una sistema que les seguía negando recursos esenciales.
Respecto a ese atentado contra la humanidad que fue el Golpe de Estado del General Franco y sus secuaces, en julio de 1936, hay que decir que el movimiento anarquista se esforzó en luchar junto a los republicanos, principalmente por coherencia en su lucha contra el fascismo. Es cierto que, transgrediendo sus más elementales principios ideológicos, los libertarios acabaron participando en las estructuras republicanas, pero es algo muy contextualizable en una situación bélica y digno de un análisis riguroso; no se hizo, obviamente, para conquistar cuotas de poder, sino para defender la revolución social que ya estaba en marcha. Las críticas se produjeron en el momento, por parte de prestigiosas figuras como Emma Goldman o Camillo Berneri, pero incluso la Federación Anarquista Ibérica pidió cierto voto de confianza dada la situación; lo que es cierto es que jamás el anarquismo podrá ser llevado a la práctica en sentido totalitario, por lo que la participación en el Estado se produjo de manera muy concreta y sin veleidades autoritarias (11). Los anarquistas tomaron una determinada decisión, de manera democrática, en un tiempo muy concreto, lo que no suponga que pueda mantenerse libre de críticas; un análisis lúcido, crítico y militante sobre la participación anarquistas en las estructura republicana lo encontramos en Vernon Richards con su obra Enseñanzas sobre la revolución española.
Capi Vidal
Notas:
1.-Eduardo Haro Tecglen, Diccionario político (Planeta, Barcelona 1995).
2.-Francisco Olaya Morales, Historia del Movimiento Obrero Español (siglo XIX) (Madre Tierra, Madrid 1994).
3.-Francisco Olaya Morales, Historia del Movimiento Obrero Español (siglo XIX) (Madre Tierra, Madrid 1994).
4.-José Álvarez Junco, La ideología política del anarquismo español (Siglo XXI de España Editores, Madrid 1991).
5.- Mencionado por Juan Gómez Casas en Historia del anarcosindicalismo español (LaMalatesta, Madrid 2006).
6.-Francisco Olaya Morales, Historia del Movimiento Obrero Español (siglo XIX) (Madre Tierra, Madrid 1994).
7.-Juan Gómez Casas, Historia del anarcosindicalismo español (LaMalatesta, Madrid 2006).
8.-Juan Gómez Casas en Historia del anarcosindicalismo español (LaMalatesta, Madrid 2006).
9.-Juan Gómez Casas en Historia de la FAI (Fundación Anselmo Lorenzo, Madrid 2002).
10.-Juan Pablo Calero Delso, El gobierno de la anarquía (Síntesis, Madrid 2011).
11.-Juan Pablo Calero Delso, El gobierno de la anarquía (Síntesis, Madrid 2011).