Entre la reducción de jornada, el esclavismo y la revolución social

 
Los empresarios se quejan de tener que pagar más seguridad social por el Decreto de diciembre del gobierno popular. El Ministerio de Empleo publicó el pasado 21 de diciembre un decreto que aumenta desde esa fecha los conceptos retributivos que deben incorporarse a las nóminas y, por tanto, cotizar a la Seguridad Social. Entre ellos están los pluses de comida, los seguros de salud o las aportaciones a planes de pensiones. Las aseguradoras y empresas de vales de comida alertan sobre el daño que esto hará a sus negocios y al empleo.

A partir de este año empresas y trabajadores pagan más a la Seguridad Social. El Boletín Oficial del Estado (BOE) del pasado 21 de diciembre publicó una ampliación de los conceptos retributivos que son imputables a la base de cotización de los trabajadores al sistema. Así, las empresas deben pagar ahora alrededor de un 30 por ciento más por algunas percepciones salariales de sus empleados que hasta esa fecha estaban exentas totalmente o en parte de cotizar a la Seguridad Social. Por su parte, el trabajador también tendrá que aportar algo más del 6 por ciento de esos conceptos retributivos, con lo cual esa cantidad le será detraída de su bruto anual de estos pluses.


Recaudar más para salvar el culo y la hipocresía empresarial

Todo esto se produce porque el Gobierno español necesita recaudar más para que la Seguridad Social no entre en quiebra. Es otra de las medidas irracionales de este Gobierno al servicio de las grandes corporaciones internacionales industriales, comerciales y financieras.

Hablo de medidas irracionales no porque me parezca mal que los empresarios paguen más. No puedo aguantar que se quejen unos empresarios que han acogido con los brazos abiertos las medidas del Gobierno para desproteger las garantías laborales de los trabajadores, que han recibido con alegría la bajada brutal de las indemnizaciones por despido, que han aplaudido de forma entusiasta las garantías que les facilitan no seguir adelante con los convenios colectivos, que han despedido a trabajadores mayores de 50 años para poder contratar a otros pagándoles salarios muy inferiores, que preconizan que debe bajar el salario mínimo interprofesional y que están a favor de los salarios mensuales inferiores al salario mínimo interprofesional, que defienden las subidas de horas de trabajo semanales para poder seguir despidiendo trabajadores, que confunden productividad con ahorro en los gastos laborales, que quieren mercado libre y economía neoliberal sin la intervención del Estado pero que cuando les van mal dadas quieren que el Estado les salve con el dinero de todos nosotros, que plantean que los trabajadores tengamos disponibilidad para la movilidad laboral y geográfica aunque tengamos que irnos a Laponia, que quieren pagar menos impuestos directos pero no se niegan a pagar los indirectos como el IVA, que emplean a trabajadores sin contrato y sin dar de alta en la Seguridad Social, que son capaces de traer mano de obra barata para hacer bajar los salarios, que eliminan de sus plantillas a los trabajadores que no están dispuestos a perder su dignidad, que promueven expedientes de reducción de empleo y obligan a realizar horas extraordinarias gratis o mal pagadas a los trabajadores que tienen la suerte de seguir trabajando, que a través de estos expedientes recortan los salarios y las horas de trabajo de sus plantillas, que despiden a las mujeres cuando se quedan embarazadas, que no pagan puntualmente los salarios, que besan los pies del Gobierno cuando les exime de responsabilidad patrimonial en casos de cierre o quiebra de las empresas, que están a favor de la privatización de todo lo público para beneficiarse de forma egoísta, que deslocalizan sus empresas para irse a zonas donde tienen a los trabajadores en un régimen equiparable a un esclavismo industrial, que esquilman las materias primas hasta dejar sin ellas a la humanidad, que degradan el planeta de forma irreversible para su lucro personal, que no tienen escrúpulos al ser la causa primera de los desahucios, que…

Los empresarios que han aplaudido todo esto tienen que saber que la Seguridad Social y el Fondo de Pensiones entrarán en quiebra, cosa que no están dispuestos a aceptar los políticos porque saben que esto es el fin de sus días como políticos en el gobierno de un país. Los intereses de los políticos son mantenerse en el poder por encima de todo y si para ello tienen que exprimir, aunque sea un poco, a los empresarios lo harán ya que, antes, les han dado tantas cosas que ahora no tienen otro remedio, dentro de esta espiral irracional del capitalismo mundial.


Falsa y opaca crisis de la Seguridad Social y del Fondo de Pensiones

Esta claro que el sistema de Seguridad Social y de pensiones no se puede mantener en la situación que estamos en estos momentos, sobre todo, porque hay casi un 30 por ciento de la población, en edad de trabajar, que no lo puede hacer por la desmedida perversidad empresarial que quiere tener ganancias a costa de rebajar los costes salariales.

Que haya 6 millones de trabajadores en paro supone una falta de ingresos en las arcas del Estado que ronda los 60.000 millones de euros al año. Teniendo en cuenta estas cifras, desde el inicio de esta falsa crisis se han dejado de recaudar unos 360.000 millones de euros. Si ese dinero no hubiese dejado de entrar en las arcas del Estado no hubiese sido necesario hacer ningún recorte en gastos sociales de primera necesidad: sanidad, enseñanza, dependencia, pensionistas, etc.

Viene siendo hora ya que dejemos de creernos las mentiras y medias verdades que cuentan políticos, empresarios, banqueros, tertulianos vendidos y otros voceros apesebrados que lo único que pretenden es que sigamos estando en casa, sin movernos y sin exigir lo que como personas necesitamos para vivir dignamente. Por eso se hace imprescindible que nos unamos todos demandando el pleno empleo que nos permita tener una vida digna y sin sobresaltos, para ello es necesario que iniciemos una lucha total y permanente para reducir la jornada laboral todo lo que sea necesario, en la medida que haya avances tecnológicos que hagan disminuir la necesidad de mano de obra, para conseguir trabajo digno para todos.

En estos momentos si planteamos la reducción de la jornada laboral hasta las 6 horas diarias podemos conseguir un 33 por ciento de aumento en las plantillas de empresas que trabajan 24 horas diarias, ya que se incorpora un nuevo turno de trabajo pasando de los 3 actuales a los 4 que habría trabajando 6 horas al día y que supondrían 30 horas semanales. En los comercios que se tiene abierto durante 12 horas se conseguiría tener dos turnos de trabajo con lo que las plantillas se incrementarían un 50 por ciento. Por supuesto todo esto hay que hacerlo sin reducir los salarios actuales ya que de lo contrario nada tendría sentido. Con estos números llegaríamos a la situación de pleno empleo ya que en estos momentos estamos sobre el 30 por ciento de desempleo. Con ello no sería necesario tener ETT que contraten a trabajadores por salarios de risa mientras estas empresas se llevan parte de sus salarios; se revitalizaría la economía ya que los trabajadores, al tener un salario fijo, podrían hacer frente al pago de sus hipotecas por lo que acabarían los desahucios por impagos; podrían seguir comprando bienes por lo que favorecerían que el comercio siguiera vivo; podrían comprar la producción de las empresas por lo que se revitalizaría la producción y la productividad; podrían descansar más por lo que se producirían menos accidentes laborales.

Al haber pleno empleo estarían garantizadas la Seguridad Social y las pensiones del futuro, el Estado no tendría que gastar parte de su dinero en ayudas o prestaciones de desempleo, no tendría que rescatar empresas en crisis con dinero público, no tendría que privatizar servicios públicos; no tendría…


Las alternativas posibles

Si el Gobierno no tuviese intereses ocultos que no quiere desvelar a la población, en vez de hacer decretos que hagan pagar más a empresarios y trabajadores, que favorezcan un despido más barato, que faciliten la desregulación del mundo del trabajo, que hagan repagar las medicinas de la Seguridad Social, que impidan el acceso a los estudios a los hijos de los trabajadores, que destrocen todo lo conseguido con años de lucha y sangre; lo que debería hacer es decretar la reducción de la jornada laboral a 6 horas sin reducción salarial para impulsar y desarrollar una economía que nos permitiese salir, de una vez y por todas, de una crisis que solo favorece a los intereses de las grandes corporaciones multinacionales industriales, comerciales y financieras.

Recordar, para quien no lo sepa, que en 1919 el Gobierno de Romanones, por Decreto Ley aprobó la jornada laboral de 8 horas diarias y seis días semanales y eso no supuso una ruina para las empresas sino todo lo contrario. Se pasaba de trabajar de entre 10 y 14 horas diarias a 8 horas, la misma jornada que tenemos hoy en día. A simple vista se me plantea una pregunta que pone en jaque los planteamientos patronales y gubernamentales, ¿los medios técnicos y tecnológicos que había en 1919, siguen siendo los mismos que en la actualidad, para mantener la misma jornada laboral? Evidentemente la respuesta es NO y por lo tanto si quieren mantener la misma jornada laboral de 8 horas es porque lo que pretenden es tener mano de obra dócil y barata, ya que es imposible que con los avances técnicos y tecnológicos habidos desde el año 1919, sea necesario el mismo número de personas para sacar la producción de las fábricas, oficinas y comercios. Se mantiene la jornada en 8 horas y se despide a todos los que sobran en las empresas, comercios y oficinas sin tener en cuenta que son personas y que, en esta sociedad capitalista, necesitan del salario que consiguen a través del trabajo para poder vivir, el trabajo asalariado se ha convertido en algo obligatorio para aquellos que no tienen en propiedad los medios de producción, para poder subsistir, o eso o la muerte por inanición; ya que dentro de la economía capitalista de la globalización no nos dejan otra salida.

Por lo tanto solo hay tres alternativas:

1ª Luchar por la reducción de jornada permanente para obtener el pleno empleo que nos permita vivir dignamente en la sociedad capitalista globalizada.

2ª Ser esclavos de las empresas trabajando y cobrando lo que ellas quieran, durante los años que quieran y en las condiciones que impongan, porque habrá siempre una masa de parados suficiente para tenernos en esta situación.

3ª Hacer una revolución social que acabe con los privilegios de empresarios, banqueros, accionistas y comerciantes y que imponga una economía basada en las necesidades de las personas y en la que cada una aporte según sus capacidades.

Explicado ya está, ahora que cada uno elija lo que quiera…

Manuel Vicent

Publicado en el número 308 del periódico anarquista Tierra y libertad (marzo de 2014)