Entrevista a Frank Fernández

 

M. G. Blázquez y F. Martín (publicada en periódico CNT -nov.04-)


Entrevista con el historiador cubano Frank Fernández Barba blanca, aire quijotesco y con un puro tan unido a él como la ironía y el verbo fácil. No hay manera de frenar la palabra del historiador Frank Fernández (La Habana,1930), de paso por Madrid, donde visitó las "ruinas del anarquismo español", en alusión sarcástica a las permanentes obras de rehabilitación del edificio donde están situados los sindicatos de la capital.


Habla largo y tendido de Cuba, de su pasado y presente, y del anarquismo cubano. También de la situación de los movimientos libertarios en este principio de siglo. Cofundador de la revista "Guángara Libertaria", colabora en publicaciones anarquistas y prepara en la actualidad una Historia social de Cuba: "No de las guerras, no de los patriotas, sino la historia de los esclavos, la historia de las mujeres, la historia de la sociedad cubana. Nosotros debemos escribir la historia eliminando las epopeyas y a los líderes y divos de las estatuas. La historia no la hacen ellos, sino el pueblo. Un obrero tabaquero hizo más por la República que muchos soldados por la independencia."


¿Quiénes fueron los precursores de los movimientos sociales y anarquistas en Cuba, de dónde llegaron las ideas?
Hay que remontarse a Enrique Roig de San Martín, un personaje de la historia de Cuba olvidado completamente por los historiadores. Fue el precursor de las ideas sociales, de las ideas y cultura anarquistas, de la lucha de clases, de la prensa ("El productor"). Dentro de parámetros coloniales, que es una cosa hasta cierto punto dificilísima. Organizaron círculos obreros, sindicatos, dos congresos en los que tomaron acuerdos muy importantes contra la discriminación social de la mujer y racial de los negros. Después de que se abolió la esclavitud, en Cuba había una discriminación enorme contra ellos. A pesar de que era libre, no era igual. Los anarquistas, a través de sus publicaciones, de sus acuerdos, trataron siempre en darle al negro, al hombre y la mujer de la raza negra, la dignidad que se merecía. Fueron los primeros que plantearon esa igualdad.


¿Los que habían sido esclavos, los negros, los mulatos... se incorporaron a esas luchas sociales?
Masivamente yo diría que no. No tenían la suficiente información, preparación y oportunidad de incorporarse a otra cosa que no fuera la independencia. Porque la independencia les convertía en ciudadanos, mientras que no lo hacía el autonomismo, ni el colonialismo; tampoco el anarquismo les convertiría en seres más o menos iguales, más o menos libres, pero se integran en el separatismo porque les da ciudadanía. Y se la dio. Sí hubo negros en el movimiento obrero. En el gremio de los tabaqueros había líderes, orientadores negros, dentro de las tabaquerías, en Cuba, Tampa y Cayo Hueso. En los sindicatos de los carpinteros, de los obreros del puerto, también había negros; no eran mayoría, ya que no tenían ese concepto social que tenía el blanco. La esclavitud se termina en Cuba en 1886 y estamos hablando de organizar sindicatos en 1883. Es casi ahí mismo, muy difícil que se hubiera podido crear esa conciencia general.


¿Existe algún tipo de movimiento libertario en la Cuba de hoy?
Sin duda alguna tiene que haber embriones libertarios en Cuba, pero masivamente es impo-
sible, porque las ideas anarquistas están prohibidas en Cuba.


¿Y en el exilio?
En el exilio sí hay movimiento libertario cubano. A través de Internet tiene secciones, sección en México, sección en Los Angeles, en Nueva York y en París. Grupos que han puesto manifiestos en Internet. Hay grupos de afinidad, simpatizantes dentro de su familia, amigos, gente joven, mayor, que viven en diferentes ciudades con ideas afines a las nuestras. Yo diría que son secciones que trabajan en conjunto a través de Internet, que hace la función que antes hacía la trinchera del papel.


Supongamos que Fidel se muere algún día. En el futuro inmediato de Cuba ¿puede cambiar algo?
Es una pregunta hipotética. Quisiera hacer predicciones astrológicas y hacer lecturas en una bola de cristal, pero no puedo. En realidad queremos saber cuál puede ser la evolución de una sociedad como la cubana, no creemos que el régimen vaya a seguir igual. El cubano tiene un carácter alegre, está hablando siempre con doble sentido; pero tiene también una faceta que es su belicosidad. Es decir,
un cubano se puede sentar contigo a tomar un plato de sopa, pegarte dos tiros en la cabeza y seguir tomando sopa. Puede haber una explosión popular. Ningún pueblo se ha alzado por el pan todavía. Ese cuento chino de las tomas del palacio de invierno y de la toma de la Bastilla es un cuento y lo sabemos bien. No hay revoluciones, aunque sí haya habido revueltas. Se puede decir que el que se levanta contra el Estado o el que desafía su poder se puede convertir en un revolucionario. Las revoluciones no empiezan como vemos en las películas, empiezan con los descontentos. Por ahí puede ser. Puede traer como consecuencia una teoría de dominó. No tiene que ser necesariamente en La Habana.
Todo el mundo piensa eso, pero puede explotar en cualquier lugar de Cuba, en cualquier ciudad. La Habana, Camagüey, Santiago de Cuba. Se podría producir un problema tremendo y se tendría que reprimir, lo que han hecho siempre. La tesis comunista es reprimir, primero es la policía, luego la seguridad del Estado, y, si fallan, pues viene el ejército. El problema es que yo no creo que llegue a tanto. No creo que el ejército de Cuba vaya a ametrallar a nadie. Entre otras cosas porque nadie sabe dónde están las balas.


¿Se podrían dar situaciones como las que ocurrieron en algunos países del Este euro- peo, la caída de Ceausescu, por ejemplo?
Hay una serie de circunstancias que pasaron en algunos países comunistas que pueden reflejarse en Cuba. Esta es una hipótesis. Pero hay soluciones a la española que muchos ven como factible: la llamada transición. El problema es que ni Franco es el insepulto, aunque se va pareciendo, y que los cubanos no somos españoles y que estamos a 90 millas del yanqui. Eso representa un peligro tremendo. En el caso de una insurrección popular, en el caso de un Kósovo o Bosnia, o de un conato de revolución popular o de guerra civil, lanzarán a los marines para evitarlo.


¿El hermano, Raúl Castro, no podría jugar el mismo papel de Carrero Blanco?
No creo. Carrero tenía una garra de espanto. El hermanísimo no tiene garra ninguna, es un alcohólico en estado de desesperación. No es el hombre indicado. Hay gente que no se sabe quién es y dónde está, pero el hermano, descartado. Puede haber una transición pacífica, no al estilo de España porque para eso hay que poner de acuerdo a la oposición con el Gobierno y el Gobierno de Cuba no se va a poner de acuerdo porque la oposición está fuera, no está dentro. En Cuba no hay ni siquiera una oposición leal. Realmente, cuando ellos hablan de grupúsculos tienen razón.


¿Y los que tienen ahora encarcelados?
Pueden jugar el papel de la oposición, efectivamente. Pero se habla de 200 o 300 personas que están buscando un espacio político; nadie se lo puede negar, pero no tienen mucho peso. Lo más que podían hacer es ir a una oposición leal con todos los grupos de comunistas que aún existen. Pero éste no es un escenario con el insepulto vivo, sino con el insepulto sepultado. Los cubanos son en esto también bastante inteligentes para darse cuenta de que si no se ponen de acuerdo, los norteamericanos les van a poner de acuerdo a ellos. Si los Estados Unidos se han metido en Irak o Afganistán, con su mentalidad de gendarmes del mundo se meten en Cuba; eso seguro.


Por experiencia propia. ¿Se puede comparar, se puede hablar de que el sistema comunista es peor que el capitalista?
Para ejemplo, puedo poner lo de la Europa del Este. En Rusia ahora hay anarquistas. Y en Ucrania. Y hay anarquismo en Alemania o en Bulgaria. En todo lo que era el Este mediatizado y oprimido por la Unión Soviética no había anarquistas. Ahora, en unos sistemas semidemocráticos, hay la oportunidad de ser anarquista. Si me dices que tengo que escoger entre el menos malo y el peor estamos muy mal. Porque como quiera que conteste voy a quedar como idiota.


¿Da igual, entonces?
Te digo que, si en principio, tengo que escoger entre un sistema y el otro lo haría por el sistema de la semidemocracia, de la seudolibertad de los dos partidos políticos, porque te da cierto espacio político para poder destruirlo o cambiarlo y el otro no. A los anarquistas en Estados Unidos nos tratan como a medio locos, extravagantes, pero es parte de la mentalidad norteamericana, pero existimos. El sistema democrático español se puede descentralizar, se puede lograr que haya más libertad, que el ser humano pueda vivir en mejores condiciones, que no sea perseguido por ser minoría. En términos generales en España hay una segunda oportunidad para los anarquistas. Los comunistas nunca darían esa oportunidad. En Cuba podría pasar lo mismo si no entran en una farsa
de continuidad. El insepulto no está interesado en la transición, ni en conversar o pactar con nadie, ni con el Papa, ni con Cárter, ni con nadie.


En tu libro insistes en que si hay algo que definía a los anarquistas era la solidaridad y el optimismo. ¿Es una buena manera de esperar un mundo mejor?
No porque lo dijera Anselmo Lorenzo, que lo único que hizo fue recoger un sentimiento casi religioso de aquella época, que al doblar la esquina estaría la libertad. Yo creo que es un sentimiento positivo que ayuda. Si tú simplemente te sientas, te pones a llorar, no llegas a ningún lado. Si tú lo vas a ver todo negro, porque no tiene solución, si tú vas a pensar que los norteamericanos van a desembarcar mañana y a asesinar a medio pueblo en Cuba, si piensas estas cosas no llegas a ningún lado porque esos pensamientos negativos producen actitudes negativas. Me estoy metiendo un poco en la cosa psiquiátrica, pero es cierto; si tu piensas que vas a ganar, lo más probable es que ganes, aunque estés jugando con el campeón.


Aseguras que en el siglo XXI habría que adaptarse, habría que superar formas del pasado, que a veces las ideas anarquistas y anarcosindicalistas no saben qué decir ante lo que ocurre alrededor.
Creo que el movimiento libertario español, y a nivel europeo, no está de acuerdo con los tiempos. Hace falta crear teóricos. Los teóricos desaparecieron con la Guerra Civil española, allí se paró todo, se fue el barco y no volvió. Yo pienso que hace falta crear teóricos, pensadores que han enseñado el camino a seguir. A nivel mundial se está en una encrucijada, no se sabe qué camino tomar. Y lo que hace falta es orientación. ¿Quién proporciona la orientación?, pues la gente que tenga suficiente inteligencia para, sin renunciar a los principios que son inconmovibles, buscar un camino y solución apropiados. Con mucho optimismo, pero se puede hacer. ¿Dónde están, quiénes son?, ¿se pueden convocar congresos, a militantes que den su opinión? Se puede salir de la encrucijada si se busca la orientación correcta, porque, hasta ahora, la orientación que hemos tenido no ha sido la correcta. Si esto es una crítica, pues es una crítica. Debemos empezar por ahí, por aprender de los
errores. Está bueno ya eso de seguir en este falso tiroteo entre facciones que se llaman más o menos libertarias o anarquistas, que no tienen otra agenda que criticarse los unos a los otros. Es una pérdida de tiempo, no tienen camino. Se entretienen leyendo libros, viendo bibliotecas, hacen su donación, se habla más de fulano, que si Durruti es una basura, porque la Federica... Se está viviendo en el pasado y hay que ocuparse del futuro.


Lo libertario ¿sabe dar opciones, opiniones, sabe analizar los nuevos conflictos de poder, de razas, de migraciones, de religiones, económicos, ecológicos...?
Hay que huir además del sectarismo. Los anarquistas nunca fuimos sectarios, hasta ahora, que sí lo somos. Hay que oír otras opiniones. Ahora tenemos un cartelito que nos distingue de los demás. Si creemos que hay militantes de otras opciones que pueden ser compatibles con muchas de nuestras actividades ¿por qué no hablar con ellos? No soy un teórico, hay gente que conoce mejor los problemas, pero creo que la última gran disputa en el movimiento libertario quizá fuera la de los años treinta con los "treintistas", ni siquiera aquí con los "cegeteros". Desde el punto de vista orgánico la única crisis que se le ha planteado al anarquismo fue con Pestaña, en los años treinta, en que se hablaba de ideas, de propósitos. Hablo dentro de las ideas anarquistas, porque hay mucha gente en el mundo con ideas interesantes que no son anarquistas, que comparten nuestras ideas. Y hay mucha gente dentro de ellos que además son anarquistas, que tienen los mismos puntos de vista, que, quizá, porque son pesimistas o por otros motivos, no dan el paso.


Los logros del insepulto
No pierde ocasión Frank Fernández para denostar al insepulto, nombre con el que reconoce constantemente a Fidel Castro. Habla con amplitud y detalle sobre los considerados "grandes logros" del castrismo, que él analiza como los grandes fracasos. Educación, salud y deporte ("esa Santísima Trinidad está fundada en varias falacias") no han sido sino un fracaso constante, salvo en la propaganda castrista. La sanidad es buena para quien tiene dinero, generalmente extranjeros, pero no para los cubanos, sin medios y sin medicinas a su alcance. Cita como curiosa la gran contradicción que tiene el régimen con "el enemigo", los Estados Unidos, cuando con él comercia con medicinas y alimentos pagados sin protestas. Cosa que no ocurre con la gran deuda contraída por el Estado cubano con México, Venezuela, Panamá, España o la antigua URSS, dinero que no se pagará nunca, considera Frank Fernández. "Rasputín (por Putin) fue a Cuba a demandar los rublos que le debía Cuba y el insepulto le dijo que él se lo debía a la Unión Soviética, no a Rusia, así que no
sabía a quien pagar." El bloqueo, los males del bloqueo estadounidense al régimen castrista y su condición de lo maligno para todas las desgracias de la isla, es otra de las mentiras mediáticas que han calado bien en los movimientos de izquierdas en todo el mundo. "En primer lugar", dice Fernández, "no es un bloqueo, sino un embargo. Bloqueo sería el de Suráfrica y no hay país que lo resista. Cuba sigue comerciando con otros países, incluso con Estados Unidos. ¿Quién nos bloquea,
entonces? Nunca se habló de bloqueo mientras la Unión Soviética pagó la cuenta. El bloqueo es cosa nueva, de los años 90 para acá. Antes nunca se hizo esa acusación. Fidel está encantado con el bloqueo porque le da oportunidad para seguir atacando al imperialismo yanki."
"Los logros de la revolución. La producción económica lleva décadas siendo un fracaso. Pero sí tienen un gran logro. La revolución ha conseguido, por fin, poner de acuerdo a la mayoría de los cubanos en que Fidel Castro es un criminal. Son cosas que el sistema castrista y el Partido Comunista han logrado. La pregunta que yo hago es si ha merecido la pena por el costo que ha tenido que pagar el pueblo de Cuba. Muchas vidas, mucho sufrimiento, mucha cárcel, mucho exilio, mucha tragedia. Lo que hemos tenido que pagar los cubanos con los 40 años de castrismo no vale
la pena. ¿Sus logros? Se hubieran conseguido igual de cualquier manera."

El Anarquismo en Cuba
Frank Fernández
Fundación Anselmo Lorenzo
Madrid. 2000
142 pags.
ISBN 84-86864-41-0
El anarquismo en Cuba, de Frank Fernández, es un resumen de toda la historia de los movimientos libertarios cubanos, desde los orígenes hasta los años posteriores a la revolución castrista. Editado por la Fundación Anselmo Lorenzo, ha sido traducido a varios idiomas, al italiano y al inglés, y se acaban de hacer versiones ampliadas en francés y portugués. Con un lenguaje "pensado más para los cubanos, para que conozcan su propia historia", acota la influencia libertaria en la isla en tres etapas. La primera fue la de los precursores, la de la llegada de las nuevas ideas sociales liberadoras, los primeros movimientos obreros organizados, que, asegura, tenían una indudable idea anarquista de la organización social. Cita nombres importantes como Enrique Roig de San Martín, así como a las muchas publicaciones que permanecieron
durante muchos años. La influencia de las publicaciones catalanas, gallegas, españolas se notaron en Cuba para acabar conformando grupos organizados que transformaron los primeros y tímidos movimientos reformistas obreros. "A veces", asegura Frank Fernández, "se ha criticado que el anarquismo cubano llegó de Europa, que no era autóctono, por lo que no tenía sentido en la isla. Pero ¿qué otras ideas en Cuba no han venido del otro lado del mar? Porque somos una isla. Las ideas de la independencia venían de los Estados Unidos. Y el reformismo autonomista venía de Canadá; y de Galilea venía el cristianismo. En Cuba no hay nada autóctono, porque a los indios los mataron a todos. Así que decir que las ideas anarquistas vinieron de allende los mares es muy marxista. Claro, ¿de dónde vinieron los marxistas?" Esta primera etapa del anarquismo en Cuba duraría hasta 1917, en que los anarquistas se muestran muy activos y son violentamente reprimidos. Existen sindicatos y, por primera vez, se trata de organizar a los campesinos. Es una etapa que coincide con los primeros planteamientos anarcosindicalistas, pues ya está fundada la CNT en España. Aunque no todos fueran anarquistas, los movimientos obreros organizados llegan a tener 200.000 trabajadores afiliados, "una fuerza social increíble a la que había que destruir ya que competía con la influencia tradicional de los partidos Liberal y Conservador". El comunismo empieza a ocupar e imponer su lugar, con lo que los anarquistas tienen más frentes de enemistad. Es la época de las revueltas contra Machado, el entonces presidente. La Guerra Civil española marcó nuevamente el entusiasmo por los cambios sociales de carácter libertario en la isla. Entre 1936 y 1960/61 sitúa Frank Fernández la última etapa del anarquismo cubano. Algo que los historiadores marxistas niegan. Las simpatías y dudas hacia la revolución castrista llegan también a los libertarios que, finalmente, acaban siendo liquidados por el poder comunista triunfante: "Hubo anarquistas que se quedaron en Cuba y hubo anarquistas fusilados en Cuba. Hubo gente que no quiso salir, como Salinas, y otra que no pudo. Dentro de la isla quedaron anarquistas que se murieron de viejos, sin poder hacer nada. Fue imposible. Tú no paras una catarata con una pluma aunque hayas sido un gran escritor."