El proyecto de la democracia inclusiva
El proyecto de la democracia inclusiva
Uno de los esfuerzos libertarios contemporáneos lo constituye la llamada Democracia Inclusiva, que parte de que la gran crisis que sufre el mundo en los últimos años tiene su origen en la alta concentración de poder. Así, en un análisis obviamente libertario, esta propuesta denuncia la distorsión que ha sufrido el concepto de la democracia, identificado únicamente con su vertiente representativa, de tal manera que viene a significar simplemente la existencia de un sistema oligárquico con la ilusión de estar elegido por los ciudadanos.
La Democracia Inclusiva, a nivel político, apuesta por asambleas municipales para tomar las decisiones, muy en la línea de la visión de Bookchin y su municipalismo libertario, organizadas federativamente desde lo local hasta lo global; los delegados de las asambleas locales, obviamente, se coordinarán para trasladar las decisiones a una escala mayor y podrán ser revocados en cualquier momento. A nivel económico, se apuesta por la socialización de la riqueza social y por la autogestión por parte de las asambleas de ciudadanos; así, la economía irá dirigida a satisfacer las necesidades de la población y se sustituirá la sociedad de mercado por un sistema democrático planificado en el que se asegurará la libre elección de las personas en lo que atañe al trabajo y al consumo. La propuesta de la Democracia Inclusiva en el ámbito social pasa por la creación de instituciones autogestionadas en cualquier campo educativo y cultural; de nuevo debe ser la asamblea local de ciudadanos la que decida los objetivos a establecer. Finalmente, la cuarta dimensión democrática es la ecológica, que implica que las instituciones creadas aseguren la reintegración de la sociedad con la naturaleza; será una relación armoniosa en la que se buscará la satisfacción adecuada de las necesidades sociales y no, como en el capitalismo, un crecimiento económico descontrolado de consecuencias nefastas.
La Democracia Inclusiva ofrece sus propuestas de una manera alternativa, pero también de forma realista y deseable; sus objetivos a largo plazo son una nueva organización social, aunque también tiene un programa a corto plazo para ir avanzando hacia ese tipo de sociedad. Apuesta por lleva este proyecto a un movimiento social de masas para transformar la sociedad con una profundización democrática aquí y ahora. Insistiremos en que estas propuestas pasan por una nueva concepción de la política identificada con la autogestión y la democracia directa; además, la alternativa a la economía de mercado es una socialización de los recursos productivos, que conecta de forma obvia con las propuestas libertarias habituales. Resulta curiosa la jerga empleada en las propuestas de la Democracia Inclusiva, cuando apela a todos los grupos sociales y apuesta por un nuevo sujeto revolucionario que denomina "emancipador"; se trata, tal vez, de huir las concepciones socialistas demasiado rígidas, que continúan apelando al proletariado como el protagonista de la revolución social, por no hablar de su obcecación en la conquista del poder político. No podemos más que simpatizar con la apelación a cualquier persona que sufra las penurias de un sistema de economía de mercado, con el paradigma de la explotación, y de Estado, con el de la dominación política; el anarquismo suele apelar a ambos, aunque considera el paradigma de la dominación (a la fuerza, clasista y discriminatorio) como el que engloba de forma más amplia a los que sufren el sistema estatal y capitalista.
El punto de partida de la Democracia Inclusiva pasa por la acción de grupos locales autónomos, que lleven a cabo intervenciones políticas y actividades culturales atractivas para la gente, con el fin de trabajar en esta conciencia alternativa (que podemos llamar democrática o libertaria, la terminología importa menos que los hechos).
Capi Vidal