Lou Marin:
Albert Camus. Su Relación con los anarquistas y su crítica libertaria de la violencia
Editorial Eleuterio, Chile 2013. 154 páginas
La colección Construyente de la editorial se inaugura con esta obra sobre Camus, un autor que, tal y como se dice en las palabras preliminares del libro, "nunca ha dejado de hablarnos"; una gran cantidad de anarquistas vieron en él a un compañero. Años después de su muerte, se escribió en el periódico Solidaridad Obrera: "Camus nos enseñó a no tender los puños a la cadena; el amor a la libertad; la repulsa a todas las tiranías; no matar nunca, aunque lo mande el César; desechar el odio; ser humildes entre los humildes; abrir surcos de redención y disipar tinieblas. Y a pesar de su agonía intelectual supo decir con optimismo: 'El día de mañana es nuestro'". Como vieron tantos otros autores como Camus, el siglo XX fue el abandono de los valores de la libertad en el movimiento revolucionario, la conversión del socialismo libertario en "socialismo cesáreo y militar". Por eso, a principios del siglo XXI es tan necesario la visión de Camus; la libertad es el camino para llegar a la libertad. Marin recoge en esta obra un conjunto de investigaciones sobre la relación de Camus con los anarquistas y analiza en ellos su sensibilidad libertaria, especialmente en los 15 últimos años de su vida.
El primer ensayo del libro, con el título "El Camus desconocido. Albert Camus y el impacto de sus contribuciones periodísticas a la prensa pacifista, anarquista y sindicalista"; se trata de una referencia al libro Camus et les libertaires (Editons Egregore, Marseille 2008), extensa obra del propio Marin en la que recopila diversos artículos de Camus en la prensa anarquista o en relación al movimiento libertario. Desgraciadamente, la actitud de Camus de condena del totalitarismo comunista le llevó a ser tildado de "ideólogo de Occidente"; nada más lejos de la realidad y Marin nos lo demuestra reivindicando al casi olvidado Camus libertario. Su pensamiento y su praxis, así como sus contactos y amistades, así nos lo hacen ver. Camus colaboró activamente con la prensa anarquista y también defendió a los libertarios en los tribunales (página 23). Otro ejemplo: el periódico anarquista Témoins, con el que Camus había colaborado activamente, tras su muerte en 1960 publica abundante material recordando los contactos libertarios del autor (página 29). Camus critica, tanto el capitalismo, como el autoritarismo comunista; se niega a formar parte de esa falaz dialéctica adoptando un punto de vista libertario y una militancia activa, lo cual demuestra que algunas acusaciones de falta de compromiso por parte de la izquierda autoritaria son absolutamente infundadas. Justicia y libertad van siempre unidas en la emancipación definitiva: "Los oprimidos no solamente quieren que se les libere del hambre, sino también de sus amos…" (página 33). El conocido "no" de Camus, de su "hombre rebelde" es inequívocamente un no anarquista a la opresión; Marin nos hace ver que se trata también de un no a la violencia en cualquiera de sus formas (página 39).
"El genio libertario. La solidaridad de Albert Camus con los libertarios españoles en el exiliio" es el segundo ensayo del libro, esta vez inédito. Tras la derrota en la Guerra Civil, multitud republicanos se refugiaron en Francia, gran parte de ellos anarquistas; Camus, de origen español por parte de madre, denunció el trato que se les dio, con la reclusión en campos de concentración; también, el restablecimiento de relaciones diplomáticas de De Gaulle con Franco en el periódico Combat desde el otoño de 1944. Jamás dejó de estar implicado en la liberación de España, y consideraba que la Segunda Guerra Mundial no podía estar acabada hasta que se produjese (página 44). La colaboración de Camus con medios ácratas en el exilio fue permanente; en un prefacio para una obra colectiva de 1946, L'Espagne libre, escribió que España fue "el único país en que la anarquía logró constituirse como un partido potente y organizado" (página 48). Fue siempre un defensor de los perseguidos de cualquier régimen totalitario, fuera el franquista o el soviético, sabiendo que los anarquistas habían sido los grandes derrotados; tal y como se muestra en el libro, a través de las palabras de los que le conocieron, Camus fue de esa clase rara de hombres que no buscan publicidad ni vanagloria en sus constantes gestos de solidaridad, más bien al contrario. Los anarquistas españoles en el exilio supieron reconocer los actos solidarios de Camus, así como su convergencia en ideas políticas; así se observa en las publicaciones Solidaridad Obrera y Cénit (pagína 57).
El tercer ensayo, denominado "La recepción de la obra de Albert Camus por parte de los anarquistas en los países anglófobos y germanófobos", se publicó originalmente en "Rencontres Méditerranéennes Albert Camus", un encuentro académico realizado entre el 10 y el 11 de octubre de 2008 en la localidad francesa de Lourmarin. Marin considera, y así nos lo hace ver, que la acogida ácrata de la obra de Camus en esos países nórdicos fue más crítica y fría que en España y Francia, aunque Herbert Read hizo una crítica favorable de El hombre rebelde en 1952 (página 64) y tuviera en general una visión muy buena de Camus. En las últimas décadas, ha habido más visiones favorables de Camus y uno de los rehabilitadores de sus posiciones en la guerra de Argelia será Colin Ward en los años 90 (página 67) en la publicación Freedom. En el mundo germano, a pesar de esa fría acogida inicial, también han existido autores que han reivindicado a Camus en las últimas décadas.
"Camus y su crítica libertaria de la violencia" es el último ensayo de Lou Marin presente en el libro, que ve la luz por primera vez en castellano después de haber conocido una versión francesa a cargo de Indigène éditions en 2010. En este artículo, se ahonda en la crítica de la violencia que realizó Camus, desgraciadamente desaparecido cuando aún era joven; se trata de una crítica con una doble dimensión, tanto al capitalismo, sustentado en el poder de la burguesía, como a la desviación revolucionaria que supuso el estatismo, algo que el propio Camus veía como una traición a la revolución por no respetar los valores de la revuelta (página 101). Esta crítica con doble intención la realizó, por supuesto, profundizando en las ideas libertarias y dialogando con el movimiento anarquista. El libro se complementa con diverso material gráfico y con un anexo con escritos de y sobre Albert Camus.
Capi Vidal