Manipulación y adoctrinamiento en los medios

 

Si el hombre a veces no cerrara soberanamente los ojos, acabaría por no ver lo que merecería la pena contemplar”

René Char.


Chomsky hace una definición académica de democracia como el sistema en el que la gente participa en la gestión de los asuntos que le atañen y tiene acceso a una información totalmente libre, es decir, medios libres e imparciales. Existe un buen número de ejemplos históricos de como en las democracias liberales se generó una clase intelectual que moldeó la opinión pública conforme a los intereses de la administración, que a su vez controla esta comisión de personas "intelectualmente superiores" a las masas. Es muy interesante la equiparación entre la teoría democrática liberal y el marxismo leninismo en base al concepto de la necesidad de una comunidad de intelectuales / vanguardia revolucionaria que conduzca a las masas a un futuro que son incapaces de comprender. En el pensamiento político contemporáneo (que a las puertas del s. XXI está prácticamente globalizado generando el llamado pensamiento único) no hay cabida no ya para la igualdad de clases ni siquiera para un respeto de la libertad de información y formación intelectual de las personas, la opinión pública ha de ser moldeada por una clase especializada, la mayoría es demasiado estúpida para comprender y tomar decisiones. Si en los ya extintos sistemas totalitarios esto se conseguía con el palo, en una democracia liberal se consigue con la propaganda. A partir de los años 30, en plena depresión, la clase obrera norteamericana alcanzó grandes logros legislativos como el derecho a asociarse de manera independiente. ¿Como contrarrestó la poderosa comunidad empresarial este peligro apartado del concepto de democracia del sistema? Mediante la propaganda, las relaciones públicas. Se dió lugar a unos supuestos valores americanos de armonia, de orgullo nacionalista, equiparando al más humilde trabajador con cualquier alto ejecutivo en base a unos ideales abstractos carentes de contenido; la clase obrera organizada, pintada como violenta, ponía en peligro estos valores superficiales, cuando los verdaderos que hablan de igualdad de clases y derechos civiles eran apartados de un plumazo. En definitiva, la mayor parte de la gente es adormecida por diversiones vacuas, programación de televisión exenta de contenido, fútbol, etc. Los medios de información constituyen un monopolio corporativo y la uniformidad de opinión es inevitable. Chomsky insiste en sus ejemplos sobre la fabricación de consenso respecto a las aventuras bélicas norteamericanas en el exterior. La mayor parte de la gente, haciendo uso de su raciocinio, está en contra de la guerra, pero la incapacidad de participar de la política, de organizarse e incluso de articular sus sentimientos hace que se vean atomizados, segregados, su opinión parece ser la excéntrica. Asimismo, la falsificación de los datos, de las cifras, sume a la gente en la perplejidad o directamente en la ignorancia, el concepto de “inhibición del uso de la fuerza militar” al que el poder da un caracter peyorativo y que es inherente a todo ser humano racional se ve socavado gracias a las mentiras del poder, a la invención de grandes amenazas, a la aparición de un nuevo Hitler a la vuelta de la esquina. Afortunadamente, la cultura disidente ha sobrevivido desde los años 60 y la situación actual parece invitar al optimismo, la organización en determinados frentes: feminismo, pacifismo... fortalece las convicciones de la gente. Los intentos del poder de controlar la opinión se ven amenazados, su concepto de democracia se agrieta cuando las personas no se limitan a sentarse frente al televisor. La concentración de recursos y poder hace muy dificil unos medios alternativos; sólo el esfuerzo individual da lugar a algunos logros positivos, la imposibilidad de acceder a los recursos del sistema hace que se eche mano del ingenio, la lucidez y la cooperación entre pueblos a la hora de sintetizar lo publicado y contrastar las vivencias de personas para que muchas otras en otros lugares accedan a esa información, tejer esta red de cooperación informativa es una tarea hercúlea pero es obligado sortear los obstáculos, recabar la mayor información posible y educarse de manera recíproca. A propósito de la persecución del monopolio de Microsoft por parte del Departamento de Justicia de E.E.U.U. Chomsky comenta que la concentración de poder en varias corporaciones no es mucho mejor que en una sola. El sistema de comunicación o información permanece así en manos de una red de, pocas o muchas, tiranías privadas lo que da lugar al control de opinión, el alejamiento de lo público en la toma de decisiones de la índole que sea, la limitación de los campos de discusión publicos. Los medios de comunicación, convertidos en corporativos, se convierten en una oferta de audiencia para anunciantes de otros negocios; la devaluación del sistema de comunicaciones está servida. Chomsky establece un paralelismo entre el sistema feudal y el actual de los oligopolios, los reyes, príncipes, señores, obispos... tenían cada uno su feudo, no querían una sola tiranía absoluta, actualmente ocurre lo mismo, lo importante es apartar a la “chusma”, la gente corriente de ese poder.

Los intentos del poder de controlar la opinión pueden verse amenazados, su debil concepto de democracia se agrieta cuando las personas no se limitan a sentarse frente al televisor

Hablando de Internet, que no olvidemos que nació bajo el control del Pentágono de manera libre en cuanto a acceso de la información y continuó de esta manera dentro del dominio estatal de la National Science Foundation. En la actualidad, Bill Gates y las corporaciones privadas desean acotar en lo posible la red, dirigirla a intereses de compra y venta, crear redes privadas (intranets) que limiten el acceso. Hay que tratar de mantener el acceso bajo control público, sin constricciones, procurar que la disponibilidad on-line no sea lo que interese a instituciones privadas, esto va a suponer un trabajo muy duro, la movilización del mayor número de organizaciones locales, asociaciones, grupos de ciudadanos que presionen en contra de la privatización y la mercantilización por todos los cauces. A propósito de la introducción del séptimo arte en la red, de la nueva tecnología digital y las nuevas condiciones de exhibición cinematográficas, se comenta que las megaempresas, amparadas en todo esto, van a imponer sus productos. La creación de un nuevo Gran Hermano materializado en los intereses privados se va a introducir en la red, bajo la apariencia de la pluralidad cultural y la anarquía se construirá una política de consenso basada en la creación de una realidad global, nuestra voluntad quedará sometida a una comunidad que busca una supuesta comunión, unas mismas imágenes sintetizadas, unos deseos donde se mezclan lo atávico y lo ultramoderno. El pensamiento uniformado está servido, la construcción de un mundo feliz amparado en un fino manto de libertad y vigilado muy de cerca por la tiranía privada con el arma de las tecnologías (que deberían ser neutrales al hacerlas públicas) a su servicio. El cine puede convertirse en una fuerte droga al servicio de este nuevo mundo digital que el periodista Douglas Rushkoff define como un territorio sin fronteras donde la confusión se funde con la sumisión al ojo que todo lo ve, el de las grandes corporaciones que nos vigilan al otro lado de una pantalla de cuarzo.

“El objetivo de la publicidad es fabricar mentes” Ernst Dichter.

Según escribe Ignacio Ramonet en su libro "La Golosina Virtual", la audiencia se encuentra cada vez más desorientada por la proliferación propagandística. Es conveniente afirmar que una actitud excesivamente paranoica sobre la publicidad es contraproducente así como sobre su capacidad de incitar a comprar y únicamente proporciona argumentos a los dueños del mercado. Según comenta el prestigioso cineasta Jean Luc Godard, los spots son las únicas películas eficaces y bien hechas, procediendo de una considerable labor investigadora y suelen ser el resultado de la labor de diferentes profesionales procedentes de diversas disciplinas: sicólogos, sociólogos, semiólogos, linguistas, decoradores... además de los propiamente cinematográficos. El enfoque publicitario se resume, en síntesis, en tentar, suscitar deseo a base de seducir con la promesa de ciertos valores como la belleza y la juventud eternas. Cada película publicitaria posee dos partes diferente y disociables: la base ficcional poseedora de gran virtuosismo y el mensaje comercial relegado al final y más facil de delimitar; suelen estar compuestas de primeras planos que se suceden rápidamente lo que funciona como estímulo visual, su ritmo contundente y el guiño intermitente inmoviliza la mirada. La multiplicación de las películas publicitarias, su proliferación, coincide con una reducción del lenguaje cinematográfico, con una uniformización de la estructuras y de las formas empleadas.

José María Fernández Paniagua

Bibliografía

La golosina virtual. Ignacio Ramonet Editorial Debate. Madrid. 2000.

Cómo nos venden la moto" Ignacio Ramonet y Noam Chomsky. Editorial Más Madera. 1998