Murray Bookchin y la ecología social
Murray Bookchin y la ecología social
Bookchin es, incuestionablemente, uno de los grandes pensadores libertarios contemporáneos. Su visión de la ecología social, que vincula estrechamente el mundo social y político con la naturaleza, cuestionando las relaciones jerárquicas al considerarlas como una grave amenaza para la dinámica integración de la diversidad, merece ser tenida en cuenta ante los grandes problemas que afronta la humanidad.
En 1962, publica Our Synthetic Enviroment donde realiza una fuerte denuncia de la crisis ambiental; una visión crítica del fenómeno urbano aparece en su obra de 1965 Crisis in our Cities. En definitiva, Bookchin realiza una crítica feroz sobre el capitalismo de su tiempo, y también sobre la izquierda autoritaria. En su texto "Nosotros los verdes, nosotros los anarquistas", también de 1965, puede verse claramente su visión anarquista, ya que considera que una sociedad libertaria es una premisa imprescindible para llevar a la práctica los principios ecológicos. Por otra parte, su visión del urbanismo triunfante, en el que se muestra a nivel territorial y social la jerarquización y el control sobre las personas, le hará desarrollar su teoría del municipalismo libertario, que se basa en formas horizontales de asamblearismo y democracia directa. En otros escritos, Bookchin presentará también ideas muy originales sobre el uso de las tecnologías, el poder y el pensamiento revolucionario en general. Su obra ha sido traducida a multitud de idiomas siendo un autor de gran influencia.
La ecología social de Bookchin renuncia a toda expoliación de los recursos naturales y cuestiona el dogma de que el ser humano debe dominar la naturaleza. Se demanda la comprensión del papel que debe tener la humanidad dentro del mundo natural y, en concreto, el carácter, la forma y la estructura de las relaciones del hombre con el resto de especies y con los substratos inorgánicos del entorno biológico. No se realiza de esta manera una división entre la humanidad y el mundo natural, ya que puede observarse que ello ha conducido a un enorme desequilibrio. El hombre ha evolucionado hasta desarrollar un mundo social propio que interactúa de forma recíproca con la naturaleza mediante fases transformadores muy complejas; desde este punto de vista, es tan importante hablar de ecología social como de ecología natural. Cuando Bookchin habla de una relación holística no se está refiriendo a la detestable connotación mística que tantas veces se le da al término, sino a esa interdependencia mutua entra una comunidad social y el mundo natural con el fin de descubrir la formas y modelos de interrelación de aquella. Tampoco posee esta autor ninguna visión teleológica, de búsqueda una finalidad en la historia de la humanidad, ya que afirma de veras la capacidad de la voluntad humana para conducir el curso de los acontecimientos sociales. Su visión ecológica social se basa en una dinámica unidad de las diversidades, para nada simple y homogénea, sino compleja y variada; la integridad de un ecosistema, al igual que la de la comunidad libertaria, no depende de la uniformidad, sino de la diversidad.
El papel emancipador de la ecología social queda de manifiesto en su propuesta desafiante ante toda jerarquía convencional. De nuevo podemos ver en Bookchin la herencia libertaria cuando observa a cada especie como parte de una red en interdependencia con el resto; se descubren aquí los estudios que revelan el mutualismo simbiótico como uno de los grandes factores protectores de la estabilidad ecológica y la evolución orgánica. Hay que hablar, en el mundo natural y en el social, de una estabilidad dinámica basada en un todo integrado que niega toda relación jerárquica. Es más, se considera que la jerarquización es una amenaza para la existencia de la vida social y se denuncia igualmente cuando agrede la integridad de la naturaleza orgánica. En el terreno político, incluso el término democracia ha sido "desnaturalizado" hasta conseguir desplazar su verdadera condición participativa y sustituirla por la representativa; si en los orígenes, la democracia significaba el autogobierno por parte del pueblo, con el tiempo acabó convertida en la elección de una élite para que ejerza la función gubernamental. Estos planteamientos de Bookchin, realizados décadas atrás, son de total actualidad; la crisis de todo tipo invade la civilización y es necesario emplear la imaginación para seguir prestando atención al pensamiento utópico y cuestionar los dogmas convencionales.
Capi Vidal
http://reflexionesdesdeanarres.blogspot.com.es/2013/10/murray-bookchin-y-la-ecologia-social.html