Un anarquista en la Europa del siglo XX: Umberto Marzocchi (1900-1986)

 

Una generación formada durante la Primera Guerra Mundial, testigo de acontecimientos como la Revolución rusa, la escalada del fascismo y del nazismo, la Revolución española y la Segunda Guerra Mundial: setenta años de militancia libertaria y revolucionaria en el siglo XX. Estas son las vivencias de Umberto Marzocchi (1), que significan haber atravesado el siglo, “breve” y controvertido, por sus hitos cruciales. Esto quiere decir haber conocido de cerca muchos de los aspectos terribles y sus consecuencias totalitarias en el desarrollo de los mitos de clase y nación. Guerras y revoluciones traicionadas en la vieja Europa, pero también grandes esperanzas se alternan de vez en cuando en el febril discurrir de los acontecimientos. De esta forma, elementos de subjetividad y voluntarismo han contribuido a alimentar el fuego de la idea socialista anárquica. Una idea omnipresente que se ha expresado plenamente, aunque con diferentes grados de intensidad, en los grandes movimientos de masas y sindicales del Bienio Rojo italiano, en la España revolucionaria, en el 68 y el 77, pero también en la conspiración y en el exilio antifascista, en la difícil tarea de ser testigo en la era de la Guerra Fría. En un recorrido de este tipo, caracterizado por alteraciones y repentinos cambios de escenario, de modificaciones culturales y socio-políticas devastadoras, es siempre muy difícil encontrar un hilo conductor eficaz. El inevitable anhelo de libertad, la oposición al poder opresivo dónde y cómo se manifieste pueden explicar ese radicalismo que cíclicamente impregna los movimientos. Pero esta argumentación no bastaría por sí sola para comprender un fenómeno tan extraordinario y de tanto tiempo. Una militancia minoritaria de largo recorrido presupone por su naturaleza, a diferencia de los jerarquizados partidos políticos de masas, impulsos propagandistas y organizativos, así como una inteligencia creativa casi permanentemente activa. También las mentes alérgicas al “aparato” y habituadas a desconfiar de toda autoridad, críticas pero atentas a todo lo nuevo que se manifiesta en la sociedad, de hecho más sensibles, están encaminadas por naturaleza a expresar mayores capacidades a la hora de superar, por ejemplo, las barreras generacionales. Intransigencia y rigor se conjugan con tolerancia y comprensión.


Una vida por la anarquía

Umberto Marzocchi nace en Florencia el 10 de octubre de 1900, hijo de Aristide, zapatero ortopédico “de simpatías mazzinianas”, y de Adriana Mainardi, comadrona y terciaria franciscana, ambos de Liorna. Él mismo cuenta: “Huérfano de padre a los 16 años, desde Liorna, donde había sido huésped de mi tío durante el año que duró la estancia de mi padre en el hospital, me reuní con mi madre en La Spezia y me coloqué como aprendiz de ajustador mecánico en la empresa Vickers Terni, gran industria que en esa época construía el acorazado Andrea Doria en el astillero de La Spezia. Trabajaba doce horas al día en el taller y por la tarde de ocho a diez iba a la Escuela Oficial de Artes y Oficios”.

Una infancia penosa, caracterizada por continuos traslados (Florencia, Montevarchi, Liorna…), marcará profundamente al muchacho. Pero será el contacto directo con la clase obrera lo que hará surgir en él una opción tan radical y definitiva. Durante la Primera Guerra Mundial, ausente la vieja guardia sindical, con solo 17 años es ya secretario de los metalúrgicos de la Unión Sindical Italiana (USI) (2). En el área de La Spezia, donde destacan figuras como Zelmira Peroni y Pasquale Binazzi, el movimiento anarquista cuenta con centenares de militantes. Existe un periódico de difusión nacional, Il Libertario, mientras que la USI organiza entre cinco y seis mil trabajadores de la industria. A los 19 años, Marzocchi sufre su primer proceso y es condenado a seis meses de cárcel por incitación al odio de clase. La Spezia es la ciudad italiana donde empieza el Bienio Rojo. Los tumultos tienen su origen en una huelga contra la carestía de la vida promovida por los obreros de la Vickers. Millares de manifestantes, en un mitin de Binazzi y Marzocchi, se encaran a las fuerzas del orden.

Apodado Lenin, residente en la ciudad, obrero de los Astilleros, carácter violento, pésima fama: estas notas del prefecto de policía se equilibran con otras que proclaman su “cultura discreta” y su inteligencia “despierta”. Adherido al movimiento anarquista, en relación con Malatesta, redactor de Il Libertario, corresponsal de Guerra di classe (3), es capaz de pronunciar conferencias con “verbo encendido y violento”. El mismo Marzocchi habla de un proyecto insurreccional fallido: “Marineros y soldados facilitaban nuestras tentativas: promover un motín a bordo del acorazado Duilio anclado en la rada, mientras que nosotros asaltábamos las fortificaciones. El 3 de junio de 1920, alrededor de setenta anarquistas intentamos asaltar el polvorín de Val di Locchi, que falló a causa de un confidente. Algunos marineros fueron condenados a penas exageradas, mientras que Binzzi, el compañero Costante Danese y yo fuimos procesados el 21 de febrero y exculpados de toda imputación”.

En el congreso de la Unión Anarquista Italiana (UAI) (4) de Bolonia de 1920 interviene sobre el tema de los consejos de fábrica. Se adhiere a los Arditi del Popolo (5) y conoce a Argo Secondari y a Giuseppe Mingrino, dirigentes del movimiento. Contribuye, al frente de cincuenta arditi, al éxito militar antifascista de Sarzana de julio de 1921. Se traslada a Savona, donde trabaja en el Ayuntamiento como empleado del censo, y se ocupa de la huida de los perseguidos. Allí transcurren los últimos meses antes del exilio y conoce a Elvira Angella, una chica de su edad, con la que se casa el 4 de abril de 1922. Participa en la imponente manifestación de los metalúrgicos ligures en la que se implican dirigentes nacionales de la FIOM (Federación Italiana de Obreros Metalúrgicos) como Bruno Buozzi, y de la USI, como Armando Borghi. Marzocchi organiza, para la Unión Anárquica ligur, actos de apoyo a Sacco y Vanzetti, y un comité de agitación antifascista, organismo que desembocará en la Alianza del Trabajo. En una manifestación ciudadana, en abril de 1922 en el Teatro Wanda, sostiene una viva polémica con Giacinto Menotti Serrati, Nicola Bombacci y Umberto Terracini. En el mismo periodo, mientras se reúne en Génova una Conferencia internacional de representantes gubernativos, la UAI, la USI y Umanità nova (6) lanzan una campaña por la liberación de los anarquistas detenidos en Rusia. Un miembro de la delegación rusa, Herman Sandomirski, exanarquista, se entrevista con Malatesta, pero la reunión no da fruto. Marzocchi, en esta ocasión, sirvió como enlace. En el verano de 1922, con el municipio “rojo” invadido por los escuadristas (7), comienza la caza al subversivo. Marzocchi, ayudado por sus compañeros, escapa a Finale Ligure y, por vía marítima, a Francia.

Entre 1924 y 1925 se acumulan los procesos sobre los episodios insurreccionales de 1921. Desde Niza llega a los compañeros de Italia una circular secreta redactada por Marzocchi. Es una invitación apremiante, ante el inminente proceso por los hechos de Sarzana, a no olvidar “una de las más bellas páginas que registra la historia del antifascismo”. El consulado italiano en Niza pone al día la lista de los fugados. El número uno es Lenin Umberto, “anarquista fichado, activísimo en la propaganda y capaz de pronunciar conferencias, muy temido”.

Niza es solo la primera etapa de una peregrinación a la que seguirán Lyon, París y Lille. Entre tanto su mujer ha dado a luz a dos niñas: Adria y Marisa, en 1923 y 1926 respectivamente. Detenido y expulsado, no sin antes cumplir cinco meses de cárcel por delito de encubrimiento, pasará a la clandestinidad. Sobre él recae también una denuncia del Tribunal de Arrás por agresión involuntaria a consecuencia de accidente callejero. Adopta falsa identidad bajo el nombre de Buonaventura Della Monica. En Lille, donde se instalará durante bastante tiempo con la familia, sobrevive trabajando en la Librería Moderna. Entre tanto, colabora con el Comité pro Víctimas Políticas.

Los encuentros más frecuentes son con Mario Mantovani y con Hem Day (de verdadero nombre Marcel Dieu), figura singular de anarquista, pacifista y masón (logia Verdad número 852, Derecho Humano), librero y residente en Bruselas.

Las autoridades italianas parecen haber perdido la pista de Marzocchi y, desde el abandono del domicilio de Niza, la última vez que saben algo de él es en 1926. Lo buscan en Bélgica tras haber interceptado su correspondencia. Después será “denunciado confidencialmente” un traslado que hará a París en torno a 1930. En 1932, descubierta su falsa identidad, se publica su fotografía en el Boletín de Búsquedas. Las funciones desempeñadas por Marzocchi en este periodo, en el ámbito del apoyo a los refugiados y de la propaganda, son ahora conocidas por la policía fascista gracias al infiltrado Bruno Toccafondi (alias Angelo Bruschi), que podrá verificar el funcionamiento de los pasos clandestinos en Bélgica: del Comité por Víctimas Políticas parisino hasta Lille de la mano del desconocido Marzocchi (alias Casella, Della Monica o Berto). A petición del Comité pro Víctimas Políticas y de la LIDU (Liga de Derechos Humanos) acoge a Ernesto Bonomini, que había ejecutado al jerarca fascista Bonservici, huido tras ocho años de cárcel. Pero esa extraña pareja de libreros en Lille levanta sospechas y el generoso “proporcionador de trabajo” es pronto identificado. Los dos clandestinos son detenidos el 26 de abril de 1933. Gracias a una intensa campaña de solidaridad, el proceso concluye con la absolución y la concesión del permiso de estancia provisional.

La actividad conspiradora continúa con una reunión en Bruselas en febrero de 1934 en casa de Mantovani, con la presencia del infiltrado habitual, que informa sobre los apoyos económicos recogidos por el “compañero Berto” mientras reproduce notas informativas intercambiadas entre la policía belga y la francesa con referencia a los antifascistas italianos. El gobierno francés efectúa severas restricciones a los ciudadanos extranjeros. Desde 1934, Marzocchi, provisto de documentación militar a nombre de Gaston Bouillot, está domiciliado en Bruselas con Mantovani, aunque en realidad es visto frecuentemente en Francia. La precaria situación familiar se agrava con la notificación de la expulsión también de su mujer.

En Sartrouville (París) en 1935, en el pleno de los anarquistas emigrados, constatada la incompatibilidad entre praxis anarquista y comunismo bolchevique, se proyecta un “libre entendimiento” con sindicalistas, Giustizia y Libertà (8), republicanos de izquierda y comunistas disidentes. Para la acción antifascista se constituye un comité libertario “secreto” con el fin de conseguir armas para los voluntarios que deberán volver al interior de Italia. El punto débil es el organigrama del comité, desvelado por el espía Bernardo Cremonini (alias Bresto). Forman parte del comité Berneri, Carlo Frigerio, Leonida Mastrodicasa, Gusmano Mariani y Marzocchi (alias Zocca), que propone formalizar las bases de la Internacional anarquista. Sucesivamente GL, asumiendo el espíritu del pleno, promoverá una conferencia organizativa entre republicanos, trotskistas, bordiguistas, socialistas unitarios y disidentes del Partido Comunista y del Partido Socialista. Son numerosos los anarquistas presentes, entre ellos Marzocchi.

La victoria del Frente Popular en Francia enciende los ánimos. Un “cierto Della Monica” distribuye bonos de apoyo, preparados en Ginebra por Luigi Bertoni “para la propaganda en Italia”. En julio de 1936 el mismo Frente Popular promueve un encuentro sobre el derecho de asilo. La prohibición de tomar la palabra impuesta a los italianos provoca choques con los comunistas franceses, mientras Marcel Cochin tiene un violento altercado con Carlo Rosselli. Se decide entonces convocar un mitin alternativo para protestar contra esa hostilidad. A la nueva conferencia, presidida por Sébastien Faure, se adhieren GL, republicanos, personalidades como Giuseppe Emanuele Modigliani y Guido Miglioli, anarquistas como Berneri y Marzocchi. La polémica con los comunistas no ha hecho más que empezar.

Mientras tanto, la revuelta contra los generales golpistas inflama España. En París se reúne el Comité “secreto” para apoyar con las armas al pueblo español. Berneri se encuentra en Barcelona con Rosselli y forma una agrupación italiana, sección de la Columna Ascaso, que forma parte de las milicias libertarias. A finales de agosto de 1936, la batalla de Monte Pelado, en Aragón, se anticipa en dos meses a la intervención de las míticas Brigadas Internacionales. Tras la línea de frente, el trabajo de apoyo logístico implica esfuerzos y riesgos. Marzocchi es el encargado de conseguir material bélico y, desde Lille, consigue introducir armas y municiones procedentes de Bélgica. La actividad, descubierta por la policía, le cuesta la detención. En el proceso, la condena será suave. En octubre es excarcelado con la condición de que abandone el país antes de 24 horas. Pasa la frontera española por Port-Bou. Destinado al cuerpo de artillería, en noviembre deja Barcelona para incorporarse a la Columna en el frente de Huesca. Acepta el cargo político-militar de “segundo” de Giuseppe Bifolchi y participa en el sangriento ataque contra los franquistas en Almudévar. Al mismo tiempo se produce la oscura muerte de Buenaventura Durruti, militante anarquista muy popular que Marzocchi había conocido en Francia. El Comité del frente publica un documento en el que se confirma la necesidad de mantener, ante cualquier poder militar desmedido o desviación política, la adhesión de la sección italiana a la CNT-FAI. Marzocchi está con quienes se oponen a una militarización de las milicias, a su transformación en ejército popular con mando único. En un animado debate se decide la sustitución de Rosselli precisamente por su toma de posición a favor de la transformación militarista. Al término de una jornada entera de discusión se establece que una comisión compuesta por Marzocchi, Equo Gilioli y Bilfolchi se dirija a Barcelona para proponer a este último como nuevo comandante. Rosselli, informado por el propio Marzocchi, acepta cuanto se ha decidido en la asamblea de la Columna y escribe una carta de dimisión. Finalizado el pacto con la CNT-FAI, los italianos se adhieren como batallón autónomo a la Columna Ascaso a la vez que continúan luchando en el frente de Huesca y deliberan la afiliación a la FAI. El movimiento libertario español se divide en partidarios y detractores de la participación política. A estos últimos se siente cercano Marzocchi. En marzo de 1937, mientras se encuentra convaleciente de un problema ocular en el hospital de Barbastro, mantiene relaciones epistolares con Berneri y envía artículos a Guerra di classe. No tiene posibilidad de participar en la última acción de la Columna en Carrascal de Apiés contra los franquistas. El 27 de abril, la Columna se disuelve y la mayor parte de sus miembros se establece en el Cuartel Spartacus de Barcelona. En esa época, Marzocchi es encargado de realizar una misión en el frente. En la capital catalana se respira el aire de las barricadas y con los comunistas las espadas están en alto. Los gubernamentales quieren desalojar por la fuerza el edificio de la Telefónica, ocupada por las armas de la CNT desde el 19 de julio de 1936. El choque entre anarquistas y fuerzas de gobierno es sangriento. El enfrentamiento está alimentado por la injerencia soviética y la acción del PCE. El asalto policial a la Telefónica y los enfrentamientos posteriores arrojan un balance de 500 muertos y 1.500 heridos en mayo de 1937. A Marzocchi, recién llegado del frente, le toca la desagradable tarea de reconocer los cadáveres de Berneri y de Francesco Barbieri. Los funerales por los caídos resultan un momento de gran tensión emotiva y una demostración de fuerza que Marzocchi no olvidará jamás: “Rusia ya había amenazado a Berneri. Todos teníamos la certeza de que lo habían asesinado los comunistas”.

En junio, mientras los controles policiales del gobierno de la Generalidad y del consulado soviético de Barcelona se hacen insoportables, Marzocchi decide volver a Francia. Desde Roma, el jefe de la policía fascista sigue el desarrollo de los acontecimientos. En Italia han sido secuestrados documentos y cartas que llevan a direcciones francesas (como la de Elvira Marzocchi en Lille), y se propaga la alarma por los rumores que circulan sobre una inminente repatriación de los “seguidores de Berneri”. Revocado su permiso de estancia trimestral, Marzocchi se ve obligado a vivir clandestinamente. La gestión de la librería de Lille ha cambiado de manos. En 1939 Marzocchi cambia otra vez de identidad, volviendo a llamarse Gaston Bouillot. La familia vive al día y reside en París, donde Elvira ha encontrado trabajo como portera y Umberto como empleado. Está escondido en Orleáns cuando, el 3 de septiembre, se publican los bandos que llaman a las armas. En esta situación madura la decisión de enrolarse en la Legión Extranjera, Batallón de Marcha, y de permanecer alistado durante todo el conflicto. El enrolamiento llega parejo a la expedición de un documento válido como permiso de estancia, esta vez con su nombre verdadero. Declarado apto para el servicio en febrero de 1940, es destinado al centro de instrucción militar de Satonays (Lyon). En mayo un permiso le da apenas una semana para ver a Elvira y las niñas en París. Será una despedida para cinco años. En junio, mientras los alemanes desfilan bajo el Arco de Triunfo, el batallón en que presta servicio Marzocchi se encuentra operando en el Sur.

En febrero de 1941 Elvira, acompañada por las hijas, vuelve a Savona. El marido se refugia en los Pirineos. Trabaja en una mina, a dos mil metros de profundidad, gracias a la ayuda de “amigos socialistas conocidos en la Legión Extranjera”. Después se coloca como representante en una fábrica de productos químicos de la zona. Así tiene coartada para moverse y reforzar la red de contactos para ayudar a los antifascistas. En el mismo departamento se encuentra el campo de concentración de Vernet d’Ariège. La tarea desarrollada por Marzocchi en torno a ese campo es el apoyo con víveres y, cuando se puede, la organización de evasiones. En agosto de 1944 deja la zona minera para integrarse como teniente (subcomandante) en la unidad maquis española de las FFI (Fuerzas Francesas del Interior), Batallón del Río. En el momento en que se forman los diversos maquis, él ya opera con la resistencia de Toulouse. Entre las numerosas acciones de guerrilla en las que participa, destaca un enfrentamiento victorioso con una columna alemana, y la liberación del campo de Vernet. Desempeña funciones de reclutamiento para la resistencia por encargo del reconstruido Comité Italiano de Liberación Nacional.

Liberada Francia, llega finalmente en 1945 el momento de reunirse con la familia, de volver a la actividad pública política y sindical. Desde este momento su biografía coincide con la historia de la Federación Anarquista Italiana (FAI), de cuyo Consejo Nacional rápidamente forma parte, a la vez que está implicado en la corriente Defensa Sindical de la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL). Los comicios de principios de los años 50 se caracterizan por el predominio de la línea Borghi, por la FAI-movimiento y contra todo revisionismo, postura compartida con Marzocchi que, en 1958, retoma el hilo de las relaciones internacionales participando en el congreso anarquista internacional de Londres (9). 1962 es el año de la solidaridad con el pueblo español, del rapto del vicecónsul franquista. En Génova, la ANPI (Asociación Nacional de Partisanos de Italia), la CGIL y el PSI (Partido Socialista Italiano) se adhieren a una gran manifestación promovida por la FAI; en el mitin hablan Marzocchi, Borghi, Ettore De Rosa y Federica Montseny. En 1965, en el VIII Congreso de la FAI, se escinden los GIA (Grupos de Iniciativa Anarquista), con Borghi y otros “viejos”, a causa de su desacuerdo en la adopción del pacto asociativo malatestiano (10). Marzocchi y Mantovani se encargan de la redacción de Umanità nova. Marginadas las posturas “aclasistas”, la FAI se identifica con los principios de la tradición obrera y del comunismo anárquico. En 1968, en Carrara, en el congreso constitutivo de la IFA (Internacional de Federaciones Anarquistas) (11), Alfonso Failla y Marzocchi se enfrentan con los “jóvenes” liderados por Daniel Cohn-Bendit, portavoz del grupo francés “22 de marzo”. Las resoluciones aprobadas puntualizan el antagonismo de principios entre marxismo y anarquismo, negando toda validez positiva al socialismo estatal establecido, incluyendo la dictadura castrista y el modelo chino. Tras la bomba de la plaza Fontana y la detención de Pietro Valpreda, Marzocchi, en calidad de miembro de la Comisión de Correspondencia de la FAI, firma un comunicado contra el linchamiento moral a los anarquistas, expresando horror por los sucesos y denunciando el asesinato de Giuseppe Pinelli. Nombrado secretario de la Comisión de Relaciones de la Internacional de Federaciones Anarquistas (CRIFA) en 1971, ocupará el cargo hasta 1984. En 1977, en Barcelona, durante una reunión clandestina de la FAI (ibérica) sufre la que será su última detención. Marzo y abril de 1978 se caracterizarán por los debates, deseados intensamente por Marzocchi: el congreso de la IFA en Carrara (12) y el activo de base para la USI (13) en Roma. Participa en la manifestación antimilitarista anárquica de Liorna del 13 de marzo de 1982 y, con Pippo Gurrieri y Andrea Ferrari, habla ante tres mil personas. Es su último mitin. Entre los otros cargos que desempeñó podemos destacar: presidente de la ANPPIA (Asociación de Perseguidos Políticos), provincial de Savona, presidente provincial de la ANPI, vicepresidente nacional de la AICVAS (Asociación Italiana de Combatientes y Víctimas Antifascistas en España) y dirigente del sindicato de la administración local de la CGIL. A finales de los años 70 fue promotor, junto a Carlo Cassola, de la Liga por el Desarme Unilateral de Italia, a la vez que apoyaba la reconstrucción de la USI. Murió en Savona el 4 de junio de 1986.

Giorgio Sacchetti

Publicado por primera vez en Germinal. Revista de Estudios Libertarios núm.9 (enero-junio 2012)



Escritos de Umberto Marzocchi


De su enorme producción destacamos las siguientes obras:

“Anarchia è confusione?”: La Voce dei lavoratori, Savona, 20 mayo 1922; “Democrazia fascista e rivoluzione spagnola”: Guerra di Classe, Barcelona, 30 marzo, 7 abril y 1 mayo 1937; Perché gli anarchici non hanno votato il 18 aprile, Il Libertario, Milán 1948; “Ricordando Camillo Berneri e gli avvenimenti della Rivoluzione Spagnola del 1936-37”, en Camillo Berneri nel cinquantenario della morte, memoria antologica, saggi critici e appunti biografici, Archivio Famiglia Berneri, Pistoia 1986; “Carlo Rosselli e gli anarchici”, en Giustizia e Libertà nella lotta antifascista e nella storia d’Italia. Attualità dei fratelli Rosselli a quaranta anni dal loro sacrificio, actas del simposio internacional (Florencia, 10-12 junio 1977), La Nuova Italia, Florencia 1978; “Impressioni di gioventù”, Umanità Nova, número especial en el centenario del nacimiento de E. Malatesta, [1953]; Il Libertario, número único, julio 1946; “In memoria di Pasquale Binazzi”, Volontà 4, Génova, abril 1962; “Rimembranze. Giovanna Berneri”, ibídem.

Véase también la antología publicada como apéndice en mi libro Senza frontiere. Pensiero e azione dell’anarchico Umberto Marzocchi (1900-1986), Zero in condotta, Milán 2005, p.285-518.


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Notas:


1.- En el XXV aniversario de la muerte de Umberto Marzocchi, Germinal ha encargado el recuerdo de esta figura extraordinaria de militante italiano a Giorgio Sacchetti, miembro de nuestro Comité Científico, colaborador suyo en la Comisión Relacionadora de la Internacional de Federaciones Anarquistas y autor de Senza frontiere. Pensiero e azione dell’anarchico Umberto Marzocchi (1900-1986), Zero in condotta, Milán 2005, así como de la voz “Umberto Marzocchi” para el Dizionario biografico degli anarchici italiani, BFS, Pisa 2003-2004.

2.- Sindicato revolucionario italiano creado en 1912. Participa en la reconstrucción de la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT) en 1922.

3.- Periódico de la USI.

4.- Organización federativa de los grupos anarquistas italianos creada en 1920. El fascismo la puso fuera de la ley. En 1945 se refundó con el nombre de Federación Anarquista Italiana.

5.- Movimiento de oposición armada al fascismo, con una importante componente libertaria.

6.- Periódico anarquista fundado por Malatesta en 1920. Al principio fue diario.

7.- Se denomina “escuadristas” a los miembros de las escuadras (grupos) fascistas dedicadas a sembrar el terror en la población.

8.- Organización antifascista formada por liberales de izquierda.

9.- Cf. CRIFA, Recueil des résolutions adoptées par les Congrès anarchistes internationaux, Carrara 1977.

10.- Este pacto asociativo, redactado por Fabbri y Malatesta, fue aceptado por la UAI y también por la FAI en su congreso fundacional (Carrara 1945).

11.- Cf. IFA,  Documentos de la Internacional de Federaciones Anarquistas, Carrara 2001; Roberto Zani (ed.), Alla prova del Sessantotto. L’anarchismo internazionale al Congresso di Carrara, Zero in condotta, Milán 2008: imprescindible libro en cuatro idiomas (inglés, francés, italiano y español) con un CD que recoge la grabación de las intervenciones.

12.- Cf. Troisième Congrès de l’IFA, Carrara 1978; Documentos… op. cit.

13.- Comité creado para reconstruir la USI.