I JORNADAS: “ENSEÑANZA, SISTEMA EDUCATIVO Y ANARCOSINDICALISMO”

 

Artículo de Juan Pablo Calero

Los pasados días 23 y 24 de enero de 2004 se han celebrado en el Ateneo de Madrid unas jornadas de trabajo bajo el título de Enseñanza, Sistema Educativo y Anarcosindicalismo, organizadas por los Sindicatos de Enseñanza de la Regional Centro de la CNT. Esta convocatoria ha sido el fruto de una creciente labor de coordinación entre todos los trabajadores de los distintos Sindicatos y Secciones de Enseñanza y de una larga serie de reuniones y reflexiones previas.

El objetivo de las Jornadas era poner al día la alternativa que la CNT propone a los trabajadores de la enseñanza y al conjunto de la sociedad frente al vigente sistema educativo y definir nuestra postura ante la contrarreforma educativa que, deprisa y corriendo, está decretando el gobierno del Partido Popular. Sin perder de vista la pedagogía libertaria, intentábamos responder a los retos que, aquí y ahora, nos plantea como anarcosindicalistas el actual modelo educativo.

Se han presentado cuatro ponencias, que han recogido las reflexiones de los correspondientes grupos de trabajo y que han marcado las líneas maestras de los debates posteriores, con los títulos de Primaria e Infantil: Asistencialismo y nuevo alumnado, Secundaria: Itinerarios a ninguna parte, Enseñanza Superior: Excelencia, servilismo y precariedad y Formación técnico-profesional y otras enseñanzas: Formar para la inserción. El domingo por la mañana se presentaron diversas experiencias de autogestión educativa que, en España y más allá de nuestras fronteras, fuerzan los estrechos márgenes del sistema público.

Hemos recordado que, como anarcosindicalistas, estamos sometidos, en la vida y en la enseñanza, a una doble tensión entre la libertad y la autoridad, entre la opresión estatal y la autonomía personal.

La actual política educativa tiende al autoritarismo, a la excesiva reglamentación y al estrecho control sobre la actividad docente. Las autoridades educativas se multiplican, el control político ha llegado a los centros de enseñanza, con la designación directa de los directores en Infantil, Primaria y Secundaria y de la mano de la ANECA en la Universidad, mientras el adoctrinamiento religioso gana terreno.

Este creciente autoritarismo se refleja en el día a día de profesores y alumnos a través de la organización interna de los Departamentos, sobre todo en la Universidad, en la tiranía de las editoriales que imponen currículos y programaciones, especialmente en Secundaria, y en la inflexible regulación de espacios y horarios, que se destaca en la Primaria.

Además, hay una apuesta por la especialización de los profesores, lo que provoca el aislamiento en cotos cerrados de un conocimiento que debe ser global y la aceptación acrítica de verdades reveladas por “sabios y expertos en la nada”, y de los alumnos, con la prematura elección de itinerarios de especialización científica.

Por otro lado, hay una peligrosa tendencia a la privatización de la enseñanza. Se adivina en el horizonte una triple red de centros, desde la Infantil hasta la Universidad; un primer grupo privado destinado a formar a las elites con apoyo económico empresarial y fuertes lazos con Europa, una segunda trama de centros concertados destinados a adiestrar los mandos intermedios que son creados con el objetivo de obtener un beneficio económico o confesional y, por último, una limitada red de centros públicos encaminada a cobijar a los hijos de las capas más desfavorecidas de la sociedad (económica o intelectualmente hablando) convertidos en guetos para abastecer al sistema de mano de obra barata y poco especializada.

Se está abandonando la red pública de centros de enseñanza, al margen de ciertas operaciones de maquillaje basadas en las nuevas tecnologías, en detrimento de los conciertos educativos, relajándose el control sobre las numerosas irregularidades que éstos presentan y aumentando su capacidad para conceder títulos de los distintos niveles formativos.

Como trabajadores de la enseñanza padecemos con tan lamentable situación y, además, sufrimos los problemas derivados de la injusta forma de acceso a la carrera docente, soportamos la creciente precarización laboral de muchos de nosotros, somos sacrificados con el aumento de las jornadas lectivas atendiendo a una demanda de guarda y custodia de los hijos de la clase trabajadora, que nosotros apoyamos, convertido demagógicamente en la ampliación de un periodo lectivo que ya es suficientemente largo, y nos vemos afectados por la privatización de nuestros derechos sociales por un gobierno que entrega a las empresas privadas nuestra salud y nuestras pensiones.

Un centenar de trabajadores de la enseñanza han asistido a las diferentes sesiones y han participado muy activamente en los debates. Compañeros de Madrid, Castilla-La Mancha, Castilla-León, Aragón, Andalucía y Extremadura junto a un público atento e interesado hemos puesto punto final a las Jornadas con la sensación de que nos habían sabido a poco y con el acuerdo de repetir convocatorias como ésta. Mientras tanto, hemos adquirido el compromiso de difundir ponencias y conclusiones y de abrir un foro permanente de debate que prolongue y profundice el espíritu de estas Jornadas.