Y de nuevo la dirección de alabarricadas, exigiéndome que escriba una necrológica guapa sobre Rita Barberá y Fidel Castro, que es lo que toca ahora. Así que me he puesto las pilas, y he entrado en el facebock para documentarme. Desgraciadamente cuando estaba más concentrado buscando, encontré un vídeo sobre gatitos adorables que se asustan con pepinos, y se me ha ido el santo al cielo.
Trueba, eso, que dicen que le hacen los fachas un boicot, y por eso su película «La Reina» no recauda bastante. Le reprochan que dijese que «no se siente español», y que a la vez acepte subvenciones de España para hacer cine. Dicen los patriotas que es incompatible estar subvencionado y no amar a España… Y digo yo… ¿No será que lo mismo la película es mala de cojones? Es que ahora mismo, lo más sobresaliente que recuerdo de Trueba, y porque le he visto una foto, es su mirada. No obstante reconozco que lo mío no es el cine… Así que vete a saber, lo mismo «La Reina» es de arte y ensayo. Pero digo yo… ¿Es que para hacer cine español, hay que declarar amor por España? Oye, lo mismo hay un chino que es capaz de hacer cine español, recibiendo las subvenciones correspondientes. Lo mismo ese chino es capaz, incluso, de hacer una película española que sea buena, para variar… ¿No? Aunque España le importe un carajo. Que lo mismo hay algún español raro que ama a España, y hace películas españolas subencionadas de mierda. ¿Eh?
Luego, me preocupa lo de la SGAE. Bueno, en realidad me preocupa el SIDA, el cambio climático, las incineradoras, las inyecciones de gas en Doñana, la pederastia religiosa, el bombardeo de hospitales en Aleppo… No gana uno para sustos con la cantidad de cenizos que hay por ahí. Pero me pregunto… ¿Qué pasa con la SGAE? Antes estaba todo el día metiéndose en bodas para cobrar derechos de autor por las canciones de boda, o en los bares y peluquerías que encendían la radio a exigir pasta, por cobrar a conciertos benéficos para niños discapacitados, por el canon ese… ¡Teddy Bautista! Ni se sabe cómo va lo suyo, lo del juicio ese por apropiación indebida. ¡Y Ramoncín! Que ahora canta (horror), como Joaquín Sabina, ¿qué le ha pasado? Dice que España es un país de miserables y de odiadores. Seguro que es porque no le subvencionan.
En fin. Una reflexión sobre los fallecimientos de famosos, para que se queden contentos los jefes de alasbarricadas. Todos los días la palma alguno o alguna. Algún famoso me refiero, porque los directivos de alasbarricadas son menos famosos que Ignacio Escolar. Mueren de esto, o de lo otro. Son de los de aquí, o de los de allí. Porque en esto de morir, la muerte es democrática. Afortunadamente en este mundo, aún hay cosas que nos igualan, que nos tratan por igual, como la muerte y la sanidad pública casi universal, que cualquiera con tarjeta puede usarla.
¿Llegará el día en que la muerte deje de ser pública, y pueda ser privatizada? Todas son, básicamente, preguntas sin respuesta.