En esta nueva fase, aún más aterradora, de los 75 años de ocupación de Palestina por parte de Israel, es importante dar voz a las personas palestinas luchando contra la limpieza étnica.
Estaba mirando vídeos del ejército israelí. Sale una chica en uniforme explicando que el ejército israelí se basa en un principio fundamental: ama al prójimo como a ti mismo. Os lo juro. Lo dice tal cual. La chica es joven, de rostro amable y simpático. Podría estar vendiendo chocos tranquilamente en un puesto del mercado de Triana. Pero no, ahí está comentando que por eso del amor al prójimo, su ejército, el israelita, tras un ataque canallesco de Hamás, procura hacer el menor número de bajas posibles tanto a ellos mismos, como a la población civil. El problema con que se encuentran es que a los terroristas eso del amor les importa un rábano, y emplean a la población inocente como escudos. No obstante Israel resistirá y existirá. Que no os quepa duda porque lo dice en hebreo. Subtitulado en español.
Sobre el conflicto entre Israel y Palestina, por llamarlo así, tengo la sensación de que los análisis entran a menudo dentro de cierta lógica reduccionista, bien la étnica hablando de judíos contra árabes, bien la estatal afirmando que el Estado de Israel tiene derecho a defenderse (obviando los desmanes injustificables), bien presuponiendo que el problema es que Palestina no tiene un Estado formal.
El reciente ataque de Hamas a los asentamientos israelíes próximos a esa cárcel en la que han convertido Gaza, con una cifra de muertes en torno a las 1.400 personas, supuso la excusa para una cruel respuesta por parte del Estado hebreo declarando la guerra abierta a la zona palestina y bloqueando toda ayuda humanitaria. Hoy, más de dos semanas después, se habla ya de 5.000 víctimas de los bombardeos de Israel, al menos un par de miles de ellas pueden ser críos, con la amenaza permanente de la invasión terrestre. La mitad de la población gazatí se ha desplazado, no se sabe muy bien a dónde, ya que los refugios de emergencia de la ONU se encuentran saturados. Un conflicto que dura ya décadas, con el ahogamiento continuo del pueblo palestino y con el desenlace en una nueva guerra abierta, que hace que uno se avergüence de pertenecer a la humanidad. Y es que, desgraciadamente, la historia de eso que llamamos sin asomo de vergüenza homo sapiens es la de los poderosos aplastando a los que no lo son tanto, por lo que maldigo en estos momentos a los que hablen de maniqueísmo, matices y equidistancia.
En las últimas semanas, el ejército israelí ha matado a unas 3.000 personasy desplazado a más de un millón, en un capítulo más de su larga historia de colonialismo y opresión. Para sorpresa de nadie, los medios de comunicación occidentales se han puesto del lado israelí y relatan los hechos desde su perspectiva. Las compañeras de Crimethinc entienden que es importante escuchar directamente a personas palestinas, pero de momento no han conseguido comunicarse con la gente de Gaza, debido a los ataques aéreos israelíes dirigidos contra la infraestructura de comunicaciones. Por ahora, presentan la perspectiva de un palestino que vive en el norte de la región, que habla sobre diferentes aspectos de la vida bajo la colonización y sobre la lucha por la liberación a través de la organización de base y la solidaridad. Copiamos a continuación su relato, extraído de la web de Crimethinc.
En mi barrio hay una cantidad notable de gatitos. Tengo que aclarar, que si bien respeto a los gatos que andan sueltos por ahí y no les hago nada malo, en general les odio. Matan pájaros que me gustan. Verderones, currucas, petirrojos, rabilargos… Ninguno anda a salvo de las garras de los gatos. Lo mismo le pasa a los ratones, ratitas, lagartijas y salamanquesas. Por puro placer esos gatos gordos y sobrealimentados los asesinan. Un ejército de voluntarias y voluntarios les nutren de abundante pienso compuesto, y además les castran. Deberían estar tranquilos, pero cá.
La «guerra» estalla de nuevo en Gaza. Dicen los telediarios que entre Israel y Hamás. Lo que nadie ha sabido explicarme, es por qué si la guerra es entre Hamás e Israel, el ejército israelí está bombardeando indiscriminadamente Gaza. No me explican por qué ministros del Estado de Israel aseguran que la gente de Gaza son meros animales que pueden ser exterminados, cuando el enemigo es Hamás. ¿Por qué les cortan agua, luz, alimentos, comunicaciones, suministros médicos a civiles indefensos, si Hamás es el objetivo? ¿Por qué arrasan barrios enteros, si sus enemigos son los miembros de Hamás? La doctrina israelí de «respuesta desproporcionada» no explica esa barbaridad que estamos viendo. Es una verdadera locura.
La mañana del 7 de octubre, un sábado, comenzó con un ataque de Hamas contra algunos asentamientos israelíes cercanos a la Franja de Gaza. Los milicianos, que lanzaron 7.000 cohetes y realizaron incursiones por tierra, secuestraron civiles y mataron a cientos de personas en el 50º aniversario de la Guerra del Yom Kippur. Esto generó una contundente respuesta del gobierno del Estado hebreo, que ha declaró el estado de guerra.
“La ciudad colonial es un mundo cortado en dos, habitado por especies diferentes” – Frantz Fannon, psiquiatra caribeño y afrodescendiente, Los Condenados de la Tierra (1961)
El pasado 27 de junio, un gendarme pegó un tiro a bocajarro a Nahel Merzouk, un joven francés de 17 años de ascendencia argelina y marroquí, mientras éste se encontraba indefenso, al volante de un coche en el suburbio parisino de Nanterre. El vídeo de su asesinato a sangre fría generó una oleada de indignación por todo el país que se ha traducido en grandes protestas e incendios en decenas de ciudades. En los últimos días de junio y primeros de julio, miles de edificios públicos y coches ardieron. En respuesta, el Gobierno desplegó 40.000 soldados por la nación y 3.200 policías en París, más de 3.000 personas fueron detenidas y al menos un manifestante murió en Marsella por un proyectil de la policía.
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