La intención del Gobierno es clara: que ninguna persona migrante que haya llegado a las Islas Canarias pise el suelo del continente europeo. Para ello, está convirtiendo las Islas en una enorme cárcel al aire libre de la que solo se puede salir en un vuelo de deportación a los distintos países de origen.
Pero esa estrategia se choca con la resistencia que las recién llegadas y con la colaboración prestada por la Asamblea de Apoyo a Migrantes en Tenerife, a la que desde Todo por Hacer entrevistamos en estas líneas para que nos cuente lo que está ocurriendo en las Islas Canarias para tratar del romper el cerco mediático
Muchas gracias por vuestra disponibilidad para contestar a nuestras preguntas. Para empezar, ¿nos podéis contar cómo es la situación en la isla?
Bueno, empecemos por situarnos geográfica y políticamente: Canarias es un archipiélago situado en la costa noroeste del continente africano, frente a Marruecos y el Sáhara Occidental, administrado por España (es una de sus últimas colonias). Este territorio, tan cercano al continente siempre ha sido un territorio de tránsito para las migraciones hacia el continente europeo. Lo cierto es que, aunque estas islas son vistas desde afuera como un paraíso, la realidad es que somos “la playa de europa”, una de las comunidades autónomas más pobres de España (junto con Andalucía), con cerca de un 40% de la población en riesgo de pobreza y exclusión social, donde las migraciones siempre han sido protagonistas. Canarias siempre ha sido emigrante y territorio de paso de migraciones externas. En este sentido, como territorio de paso, el Gobierno situó aquí 3 de los 7 CIES que existen en el Estado español: en Gran Canaria, Fuerteventura y Tenerife. El de Fuerteventura está cerrado temporalmente, pero los otros dos están en funcionamiento.
En la actualidad, y desde finales del año pasado, las llegadas por vía marítima aumentaron significativamente (probablemente debido a la propia crisis del covid-19, sumado a las ya histórica situación de empobrecimiento del continente a manos de los grandes poderes económicos y políticos del mundo, así como a los conflictos bélicos creados). Frente a esta situación, el Gobierno de España ha elaborado el “Plan Canarias”, con el cual pretende, según él, dar “acogida inmediata” (importante las comillas, pues dudamos que esto que están haciendo se pueda llamar “acogida”) a estas personas que desde finales del año pasado vienen llegando a las islas. La cuestión es que, en un comienzo, quienes arribaban eran trasladadas a distintos hoteles de las islas (vacíos debido a la crisis sanitaria del covid-19), sin embargo, a partir de este año, están siendo llevadas a macrocentros, espacios con capacidad para “albergar” (comillas nuevamente) a miles de personas, una medida nunca antes vista en España.
Uno de estos macrocentros es el Campamento de Las Raíces, donde hay alrededor de 1.600 personas hacinadas, en un espacio que -según declaran- puede llegar a la capacidad de más de 2.000. Desde la Asamblea de Apoyo a Migrantes en Tenerife estamos centrando nuestras acciones de denuncia, de forma principal, en este macrocentro, debido a que es el más grande todos y donde además se ha situado un campamento de protesta (del que forman parte unas 50 personas migrantes) en la propia puerta del Centro, si bien aquí también tenemos el Centro de Las Canteras y hay otros en Gran Canaria y Fuerteventura, así como centros de acogida de menores, en todos los cuales están siendo vulnerados los derechos humanos de las personas migrantes. El principal derecho vulnerado, por supuesto, el derecho a la libre circulación, puesto que están retenidas en estas islas en contra de su voluntad, cuando muchas de ellas además tienen familia en la península y en otros lugares de Europa, que están esperándoles para iniciar su nuevo proyecto de vida allí, junto con ellas.
Las islas están siendo utilizadas de cárcel, de tapón, para frenar los desplazamientos a la península española, del mismo modo que ésta suele ser utilizada de tapón para frenar los desplazamientos al resto de Europa.
¿Cómo son las condiciones de vida en estos centros?
Las condiciones son terribles. Hablamos principalmente de Las Raíces, como decía, porque es de donde tenemos información directa, pero seguramente en todos los sitios sea igual, pues esto es un plan general del Gobierno. Ahora mismo en Las Raíces se suceden protestas y huelgas de hambre debido a la mala calidad y escasez de comida. La gente duerme en carpas, con poco abrigo, en una de las zonas más frías de la isla (La Laguna). Hay poco personal sanitario y material sanitario, al punto que una enfermera voluntaria atiende en Campamento Alternativo a gente de fuera y de dentro. Las citas para resolver su situación administrativa se hacen esperar meses, y esto, sumado al encierro, viendo pasar el tiempo, deriva en desesperación. La salud mental de muchas personas aquí dentro se está resintiendo, ya hay autolesiones e intentos de suicidio. La maquinaria racista del Estado está poniendo en situación de alto riesgo la vida de las personas que están en estos campamentos.
¿Cómo es el trato recibido desde las instituciones?
La mayoría declara que ni el servicio de seguridad del recinto, ni la policía les tratan bien (salvo escasas excepciones). Respecto a los servicios legal, psicológico, sanitario, de traducción e integración sanitario, pues se ven desbordados y no está pudiendo atender la alta demanda. También nos consta que hasta hace poco no había traductores/as suficientes (es tan precario todo que se estaban comunicando a través de apps de traducción en el móvil). También que, en ocasiones, la atención legal inmediata a la llegada a la isla había sido nefasta y muchas personas habían sido mal asesoradas, lo que supone un perjuicio enorme para sus posibilidades de quedarse en el país y otra vulneración de sus derechos, por supuesto.
Por último, señalar algo muy importante respecto al ámbito psicológico: este quizás sea el más descuidado y el más urgente. Estas personas han vivido un hecho traumático, como lo es la emigración, con unas características peculiares además: un viaje de riesgo, con pérdida -en ocasiones- de seres queridos en el camino. Nada de esto está siendo atendido ni cuidado.
En resumen: las instituciones están vulnerando los derechos básicos de la gente dentro del Campamento de forma sistemática.
¿Qué trato están recibiendo los menores?
El tema de los menores es el más complicado. Por un lado, porque no todos los menores están siendo tratados por el Estado como menores. Y segundo, porque ser menor y estar bajo protección del Estado tampoco garantiza nada, no garantiza un proyecto de vida aquí ni tampoco que no te echen cuando cumplas los 18.
Respecto a lo primero, la situación es la siguiente: los menores que llegan, según la ley española, deberían ser tratados como cualquier menor español desamparado y quedar bajo tutela del Estado. Esto está sucediendo en algunos casos nada más, por dos motivos principalmente: 1) porque muchos de ellos se declaran mayores al llegar, debido a un mal asesoramiento legal de quienes les atienden al arribar (que les recomiendan declararse mayores para tener acceso a trabajo y demás), así como para no ser separados de sus hermanos mayores, y luego cuando quieren decir la verdad y declararse menores no están siendo escuchados; 2) porque las autoridades competentes están ignorando la documentación de los menores que acreditan su edad, y se están rigiendo por las pruebas médicas que les hacen para determinar su edad, que muchas veces señalan más años de los que tienen, debido a que son procedimientos racistas que tienen como referencia un modelo blanco-occidental de cuerpo.
¿Se están produciendo deportaciones a los países de origen?
Sí. El fin de España siempre es deportar a todas las personas que pueda deportar. El aparataje de la deportación solo se ve frenada cuando quienes llegan tienen derecho a protección internacional, en tanto que corre riesgo su vida en su propio país, debido a conflictos bélicos, religiosos, políticos, persecución LGTB, etc. La cuestión es que mucha de la gente que está llegando tiene (o debería tener) derecho a protección internacional por estos motivos, aunque no siempre se está respetando este derecho. Y esto lo comentamos a nivel estrictamente legal, basándonos en las leyes que ya existen y que no se están respetando, por supuesto. Porque si abrimos el abanico y nos ponemos estrictas, no tanto respecto a lo legal, sino respecto a la consideración del concepto de “corre riesgo tu vida en tu país”, las migraciones económicas son igual de válidas y el derecho a quedarse debería ser el mismo.
¿Está habiendo movilizaciones o acciones de protesta?
Sí, dentro del Campamento hay huelgas de hambre, en protesta por la mala calidad y falta de comida, así como por la demora de las citas para la resolución de su situación administrativa; incluso hubo una protesta espontánea de las personas migrantes el 13 de marzo al respecto de todo esto. El 6 de marzo, por su parte, se realizó una marcha desde el Campamento de Las Raíces hasta el centro de la ciudad de La Laguna en defensa del derecho a la libre circulación, a la que acudieron unas 2.000 personas, entre ellas, muchas de las personas del campamento de dentro y de fuera. Las personas solidarias (migrantes y no migrantes) que estamos apoyando, nos organizamos principalmente a través de la Asamblea de Apoyo a Migrantes en Tenerife, en distintas comisiones, procurando ser útiles para ellas (proveer comida, acompañamiento, asesoramiento legal, cuidados de enfermería, clases de castellano, entre otros).
¿Cómo es el ambiente entre la población de la isla?
Como decíamos antes, Canarias toda la vida ha sido territorio migrante y creemos que esto a veces marca la diferencia respecto a otros territorios. Hay una comprensión en primera persona de la situación de alguien que coge todas sus cosas en una maleta y busca un futuro en otro sitio, porque aquí se ha vivido mucho eso. Esto ha llevado a que mucha gente se vuelque a apoyar, a traer comida, ropa, calzado, etc., y también a compartir espacio y tiempo con la gente del Campamento, así como a colaborar en la Asamblea que está denunciando todo esto.
Sin embargo, el racismo también existe y no obviable. El racismo ha ido creciendo en todo el Estado español y también aquí, donde ha habido agresiones racistas en la calle, intentos de manifestaciones xenófobas (por suerte poco concurridas), así como quedadas para ir a hostigar a los centros de acogida de migrantes. Todo ello, por supuesto, atravesado por los discursos racistas y xenófobos de determinados partidos políticos que , dadas las circunstancias de crisis, se aprovechan del miedo y el empobrecimiento generalizados de la población local, y centran la atención y la rabia en las migraciones, señalándolas como foco de pobreza del territorio y de los barrios canarios, para que mucha gente no vea que la pobreza de este lugar (histórica además) por supuesto no tiene nada que ver con las migraciones y todo que ver con el sistema económico y político que nos rige, nos explota, nos empobrece y nos condena a la miseria a nosotras también.
¿Qué tipo de ayuda se puede prestar desde fuera de las islas?
Ahora mismo es importante que nos ayuden a difundir y denunciar todo lo que está pasando. El cerco mediático es impresionante. Si ya de por sí lo que sucede en Canarias suele interesar a mas bien poca gente, lo que sucede a personas migrantes en territorio canario, pues mucho menos. También se puede colaborar económicamente quien lo desee, haciendo un ingreso en la cuenta que dejamos a continuación: ES82 3058 6403 3527 2000 1852 (Titular: Pallasos en Rebeldía, Concepto: Las Raíces)
Contacto con la Asamblea: @AsambleaMigraTF