Archivos de la categoría Librepensamiento

En la Nada, el Todo

Le estuve llamando un par de semanas y ya me estaba oliendo mal el tema. Con un breve mensaje de güasap la mujer me responde ayer que «Juan ya no está entre nosotros, se ha ido». ¿Y cómo es posible, cuando hace apenas un mes estaba tan contento, recientemente jubilado, con una escueta pensión, y pensando hacer un viaje a Toledo –el primero de su vida– con su mujer? ¡Si hasta había dejado de fumar y respiraba mejor! Te queda un sentimiento de… ¿Desolación?

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La filosofía nihilista y rebelde de Albert Camus

El concepto de «rebeldía metafísica» en Albert Camus, sacado de su imprescindible obra El hombre rebelde, haciendo un paralelismo con la rebeldía que efectúa el esclavo contra su amo, puede describirse como el  movimiento por el que el hombre se alza contra la condición en que le ha situado la creación. Contra el principio de injusticia que observa en el mundo, el hombre rebelde reclama el principio de Sigue leyendo

¿Por qué diablos hablamos tanto los ateos de Dios?

No soy muy original, la verdad, al formular dicha pregunta, ¿Por qué los ateos hablamos de Dios? Recuerdo alguna discusión, en cierto ámbito ateo (y, supuestamente, librepensador) en el que alguno sostenía que lo único que nos vinculaba a los ateos era la no creencia en Dios (o en cualquier tipo de dioses o deidad). De acuerdo, el asunto era técnicamente correcto, pero la mayor parte de los ateos, Sigue leyendo

El ateísmo contra el pensamiento religioso: los orígenes

El debate sobre la naturaleza y designios de la divinidad, a lo largo de la historia, ha supuesto entregas tremendamente entusiastas. Fernando Savater ha considerado tres actitudes básicas sobre esta cuestión: en primer lugar, la de quienes han considerado como inverosímil, inconsistente o falsa de cualquier modo la creencia en uno o varios dioses; en segundo lugar, la que precisamente considera que la fe en Dios consiste en creer en un ser invisible con rasgos incomparables a cuanto conocemos o podemos comprender; en último lugar, están aquellos que aceptan la divinidad como el esbozo todavía impregnado de mitología de un concepto supremo que sirve para pensar el conjunto de la realidad.

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Este es el jodido camino

De resultas de mis despotriques contra la religión, la religiosidad, la espiritualidad y cualquier cosa que no sea física pura, un colega muy querido y que está como una puñetera cabra, me manifiesta que no puedo entender la Pachamama, porque es un concepto muy profundo. Mucho profundo… Según he conseguido entender de lo que me cuenta, los ríos, montañas, mares, la tierra, son seres vivos (sagrados, divinos, santos). Pachamama representa la idea de una madre tierra fértil y benevolente que provee sustento y vida a todas las criaturas… Menos a las que son comidas, o  mueren en el parto (digo yo). Y yo, cuando se me inflama la próstata (también santa –supongo–), lo tengo que ver como un desajuste en mi espíritu, probablemente por actividades poco sanas. La enfermedad es una manera que tiene la Pachamama, de decirme que estoy haciendo algo mal, o sea, demasiada droga me dice el tío. El desequilibrio natural.

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Religion-Estado-Muerte-Acracia

El Estado-nación, una creencia mítica y mistificadora

La creencia nacionalista, que no deja de ser una forma de religión secularizada, en la que el Estado parece ocupar, como instancia trascendente, el lugar que antes era propio de Dios, se nutre de un lenguaje patriótico, grandilocuente y redentor, que alimenta los deseos, ilusiones y temores de las personas, para encubrir intereses muy terrenales por parte de una minoría de dirigentes y privilegiados.

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Religion-Monoteismo-Fanatismo-Ateismo-Anarquismo-Acracia

El ciclo de la muerte

Ahora que han pasado las Navidades, y el Año Nuevo, y los Reyes Magos, podemos hablar de religión. Lo primero que se me ocurre, es que las religiones monoteístas son un puro disparate. ¿En qué cabeza cabe que un dios omnipotente, iba a mandar a un emisario, precisamente a Galilea, un lugar que aparece siempre semidesértico en las películas, para explicar a los humanos ¡que estaban equivocados! y que en lugar de haber un montón de dioses, sólo había uno (él)? ¿Quién cuernos puede pensar eso?

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Jesucristo expulsando a los mercaderes del templo

Cristianismo (y distorsión moral)

Ahora que está a punto de celebrarse no sé muy bien qué, sobre el mito del cristianismo, y mientras en la tierra donde supuestamente nació masacran al pueblo palestino ante la indiferencia generalizada, no está demás lanzar unas reflexiones al respecto. Antes de nada, un lúcido comentario apriorístico ante las acusaciones de todos esos bodoques sobre que criticamos fácilmente una religión mientras con otras, supuestamente, no nos atrevemos. Y es que, de forma obvia, uno lanza exabruptos sobre las creencias e instituciones que sufre con mayor fuerza, máxime si pretende ser toda una luz civilizatoria como es el caso del cristianismo (en este inefable país, llamado España, sabemos mucho de eso). Diremos, por supuesto, que hay que combatir otras religiones, como es el caso de la musulmana, máxime con las teocracias que perviven en el siglo XXI y con la guerra santa proclamada por unos cuantos fanáticos dispuestos a hacer cualquier barbaridad en nombre de ella, algo por otra parte que también han hecho históricamente los seguidores de ese personaje de ficción evangelizadora llamado Jesús. Aclarado esto, vamos allá. Ya el gran Bertrand Russell lo dijo hace casi un siglo, pero trataremos de señalar de nuevo lo evidente ya entrado el nuevo milenio. Las brillantes diatribas de hoy no serán contra la religión en general, con sus peculiares fantasías sobre seres sobrenaturales y sus sueños sobre la inmortalidad, más bien sobre la figura que ha conformado culturalmente eso que llamamos Occidente.

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