Uno posee una profunda aversión por las banderas, los himnos y toda suerte de símbolos de identidad colectiva; soy consciente de que exagero, pero es más fuerte que yo, y creo que nunca mejor dicho. Esto es extensible, ya que uno es coherente hasta la extenuación en sus manías, a la cuestión ácrata. Es más, hace muchos años, cuando el que suscribe era joven e ingenuo (sigo siendo ambas cosas, por supuesto), participó en la creación de una publicación libertaria y no se me ocurrió otra cosa que proponer el bonito nombre Sin bandera. El caso es que la revista duró unos cuantos números, con esa misma denominación de cabecera, pero el asunto no estuvo exento de polémica, ya que hay quién afirmó con rotundidad que, por supuesto, los anarquistas también tienen bandera. Leo un artículo en una publicación libertaria (ojo, anarquistas de verdad, no esos que se apropian miserablemente del término en la actualidad), en el que se sostiene que es un pensamiento erróneo muy extendido creer que los ácratas no entienden de banderas ni estandartes, ya que sencillamente son símbolos que representan a una comunidad de personas organizadas con unos intereses comunes, pero no necesariamente a Estados-nación ni a ningún tipo de idea autoritaria o grupo basado en alienantes identidades colectivas. Para exponer su argumentación, el texto abunda en dispares ejemplos más o menos libertarios y no solo en la bandera negra o rojinegra: la Comuna de París, la Makhnovia en Ucrania, Rojava en el Kurdistán, comunidades zapatistas en México o las mismísimas colectividades españolas de 1936.
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Felis Navidá
La verdad es que si no se concediesen vacaciones -al menos para el alumnado y el profesorado- por estas fechas, serían las más tristes del año. Ya es excesivo que los ayuntamientos cuelguen la luminotecnia navideña dos meses antes, destacando el alcalde de Vigo, Abel Caballero, campeón nacional y según él, internacional, de la horterada lumínica que inaugura con un inglés macarrónico -cuánto provinciano presuntuoso jugando a ser cosmopolita, y sé bien lo que digo porque yo también soy un provinciano, pero sin ínfulas-. (Ahora parece que otro mastuerzo, el alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, quiere hacerle la competencia. Votad a vuestro fantasma favorito). No se me ocurre chapurrear en inglés porque no tengo ni puta idea y lo peor que pueden decir de mí los políticos, desde su perspectiva, es que no quiera ser uno de ellos. No hago alardes de poderío ni tengo delirios de grandeza, los políticos realizan sus gilipolleces siempre con dinero ajeno, el presupuesto oficial recaudado a expensas del pueblo, que es soberano para pagar pero incapaz de saber que hacer con su dinero: los políticos financian sus demostraciones de fuerza con el producto del trabajo de los demás (si el término dinero os parece deleznable y justificador del sistema capitalista, cambiadlo por recursos y logística).
Seguir leyendo Felis NavidáLas cloacas (no solo del Estado)
Un amigo mío tiene una anécdota, a la que ya me referí en cierta ocasión, cuando paseaba con su anciano padre por un céntrico barrio madrileño. Un hombre de cierta edad, al verles, dibujó una sonrisa en su rostro y se acercó a ellos, deseaba saludar a la persona que en cierta ocasión le ayudó en su actividad antifranquista. Hay que aclarar que el progenitor de mi amigo trabajó como sereno durante los últimos años de la dictadura. Para los más jóvenes, hay que recordar que este oficio, que creo que duró hasta finales de la década de los 70, consistía en una suerte de vigilantes nocturnos, que en algunas ciudades además se encargaban de abrir las puertas e incluso, en otros tiempos, del alumbrado de las calles. Por supuesto, no dejaba de ser otra forma de vigilancia social, de hecho iban armados con un chuzo y portaban un silbato para avisar a las autoridades en cualquier circunstancia sospechosa. En cualquier caso, el padre de mi amigo debe ser una buena persona, que de alguna manera ayudó a un vecino cuando la temible policía de la dictadura iba en su busca. Para sorpresa de mi amigo, que recordaba el rostro de aquel hombre con nitidez, hoy con el caso de Íñigo de Errejón en el candelero, ha descubierto que se trataba del padre del (ex)líder de Sumar o de Más País (y, antes, de Podemos). La anécdota me ha empujado a estar un poco más al tanto sobre el caso, el padre se llama José Antonio Errejón y todo ello me suscita una serie de reflexiones sobre la sociedad en la que vivimos (y que sufrimos). Vamos allá.
Seguir leyendo Las cloacas (no solo del Estado)Reflexiones de un anarquista de salón
Esto de ser un ácrata, además con tendencias nihilistas, no es fácil. No es nada fácil, en serio. Como uno no tiende, precisamente, a ocultar su lúcida condición y le gusta la polémica para tratar de agitar las plácidas aguas existenciales, está sometido a toda suerte de gratuitos comentarios y no pocos improperios. Veamos algunas anécdotas totalmente reales. Recientemente, he comenzado a trabajar (no diremos en qué) con un tipo interesante, de origen argentino y ya afincado en el reino de España desde hace muchos años, que a poco que intercambiáramos algunos pocas reflexiones políticas se pudo comprobar de qué pie cojeaba cada uno. En su caso, de la pierna zurda, en el mío la cosa no estaba tan clara para alguien con un pueril e irritante afán polarizante. Aclararé que las personas de izquierdas, con toda la subjetividad de la que soy capaz, me siguen pareciendo infinitamente más interesantes que las conservadoras o reaccionarias (no hablaré de una derecha liberal e ilustrada, prácticamente inexistente en este inefable país). Al menos unas, equivocadas o no en cómo hacerlo, se esfuerzan en tratar de cambiar las cosas (a mejor, se entiende), mientras que otras tienden sin más a apuntalar el estado de las cosas y a los suyos en el poder (claro que, esto algunos izquierdistas, también). Sea como fuere, y ya sin etiquetas, tratemos de tender a cuestionar y no a aceptar acríticamente el estado de las cosas (valga también para los progres, máxime con este gobierno que tenemos y sufrimos a falta de algo peor).
Seguir leyendo Reflexiones de un anarquista de salónPrecauciones a tener en cuenta, en esto de los desastres y catástrofes
¿Qué es lo que pasa cuando un Gobierno Popular llega al poder? Pues que lo que quiere es que le hagan palmas sus seguidores. Con el trabajo que cuesta llegar a mandar… ¿En qué se transforma esa peña? En una camarilla que intentan influir en los «asuntos de Estado» ¿Y en qué se convierten los que están todo el día criticando lo que hace el Gobierno? Pues en una pandilla que se asocia con fines delictivos y/o embaucadores. Así que te lees la prensa, y compruebas que el 95% de los titulares en nada interesan a los mortales comunes, que queremos agua caliente, papel higiénico y dentista (que son las mis cosas mejores de la vida). A ver, ¿A mí qué me importa que Bolsonaro conspirase para asesinar a Lula? Es como pretender que el Conde Drácula no beba sangre humana. En fin. Así es la aristocracia.
Os comento una noticia que sí es curiosa. En los países del Norte de Europa, los gobiernos están repartiendo a la población folletos en los que se les dan instrucciones para comportarse debidamente en caso de guerra o catástrofe (1).
Las guías finlandesa y noruega van en el mismo sentido. Y otros países fronterizos con la Federación Rusa actualizan su cartilla de cara a que la población sepa enfrentarse a situaciones como que haya una epidemia, que no te paguen (horreur), que se vaya la luz, ataques terroristas, guerra nuclear y guerra convencional, cortes de agua, envenenamiento de acuíferos, inundaciones, caída de internet, noticias falsas, ¡caídas de internet!… En la red podéis escuchar los diversos tonos de las alarmas de sirena uaaaaauuuuu y su significado. Se realizan simulacros para que la población se acostumbre y salga de najas en caso de que vaya a caer un misil intercontinental con varias bombas atómicas. Cosas así. Cada barrio tiene una especie de «punto seguro», y si no existe te explican cómo cavar un agujero, meterte bajo un puente o en el garaje de la urbanización. El sonido de las trompetas, es acojonante. Se acabó el estreñimiento. Así se debió de sentir Ulises atado al mástil.
Se recomienda además que acumules agua y comida pa aguantar al menos una semana. O sea, que a comprar latas de fabada y a guardarlas en el cuarto la agüela. No explican dónde hacer la caca. En fin, una delicia.
Aquí en el sur no tenemos ese problema, es decir que si hay guerra o nos bombardean, ni nos enteraremos. Todos muertos y se acabó. Luego tanto gobierno como oposición, y sus respectivas camarillas y pandillas, se dedicarán a tirarse los trastos unos a otros eludiendo responsabilidades, y despotricando que la culpa la tienen los otros. Y por supuesto, la izquierda dirá que la culpa de tó la tiene el comodín de los EEUU. Lo que pasa es que como Trump dice que va a acabar con la guerra y va a enflaquecer la OTAN…, les va a quitar discurso a los rojillos, que están cada día más perturbaos, como que no saben pa dónde tirar, que tienen una idea y resulta que se la ha quitado hace un par de meses un nazi.
¿Que qué podemos hacer? Amigos y amigas, la salida a todo este cacao, es el anarquismo. ¡Claro que sí! El anarquismo es organizarnos al margen de esta pandilla de desnortaos y pandilleros, es meter la cuña en las luchas sociales, por la vivienda, contra la guerra, contra la pobreza, contra la dominación, incrementando la resistencia a todo poder y autoridad.
Acratosaurio rex
https://www.alasbarricadas.org/noticias/node/56002
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NOTA
(1) «En los últimos años, la situación mundial ha empeorado drásticamente. En nuestro entorno se están librando guerras y los fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más habituales. Se están utilizando amenazas terroristas, ciberataques y campañas de desinformación para debilitarnos e influirnos. Suecia se ha unido incluso a la alianza de defensa OTAN… Para resistir estas amenazas, debemos permanecer unidos y asumir la responsabilidad de nuestro país. Si nos atacan, todos debemos ayudar a defender la independencia de Suecia y nuestra democracia. Construimos resiliencia todos los días, juntos. Usted forma parte de la preparación general de Suecia para emergencias».
https://www.msb.se/en/advice-for-individuals/the-brochure-in-case-of-crisis-or-war/download-and-order-the-brochure-in-case-of-crisis-or-war/
Todas las imágenes son cortesía del gobierno sueco. De su folleto en inglés pa residentes.
Repensando la relación entre anarquismo y territorio
Un puntito amarillo en un mapa de otros colores. Eso era: un puntito amarillo que marcaba el único sitio donde se extraía oro en España. El mapa ilustraba el tema sobre la minería española que incluía mi libro de Sociedad, la asignatura vinculada al aprendizaje de ciencias sociales.
Seguir leyendo Repensando la relación entre anarquismo y territorioCambio climático y la DANA Valenciana
Vaya por delante que empatizo con las personas que de una manera trágica (pérdida de seres queridos), penosa (pérdida de bienes materiales: viviendas, negocios, coches, etc.) o desdichada, han vivido un suceso de «gota fría» tan terrible como el sucedido en la provincia de Valencia (29 de octubre de 2024). Vivo también en el Mediterráneo y conozco, sin haber vivido una experiencia tan límite, el miedo que causan esas tormentas ahora denominadas DANA (siglas de una Depresión Aislada en Niveles Altos).
Seguir leyendo Cambio climático y la DANA ValencianaLos valores del imaginario anarquista
Lejos de todo tipo de determinismo, ni el que insiste en condiciones objetivas y económicas, ni el que se alimenta de toda voluntad poder, los movimientos anarquistas trabajan por un imaginario social opuesto a toda forma dominación en el que las personas se involucren en los procesos sociales instituyentes (con la permanente crítica a lo instituido).
Sobre una forma de contrarrevolución que está en marcha
Quienes nos proclamamos revolucionarios deberíamos saber que, si tomar nuestros deseos por realidades es engañoso para nosotros mismos, aún resulta más perjudicial cuando intentamos propagar social y políticamente ese autoengaño revistiéndolo con el ropaje de lo factual.
Sin duda, debemos celebrar como una importante muestra de rebeldía y de dignidad popular el hecho de que el pasado 27 de septiembre decenas de miles de personas se movilizaran en todo el país para protestar con rabia por el genocidio que Israel está cometiendo en Gaza. Como suele ser habitual estos últimos años, buena parte de las manifestaciones estaban compuestas por un gran proporción de personas jóvenes, muchas de ellas mujeres.
Seguir leyendo Sobre una forma de contrarrevolución que está en marcha¡Enajenados!
Uno de los subterfugios habituales, de los optimistas antropológicos, y no digo que yo me aleje siempre de semejante condición, es pensar que hoy existe más enajenación que nunca. Esto es, creo, cuando el personal se siente extraño a sí mismo, sus actos ya no le pertenecen y los mismos pasan a convertirse en dueños de la persona, la misma acaba subordinándose a ellos e, incluso, los termina por idolatrar. Si lo queremos expresar de otro modo, podemos poner sobre la mesa factores de toda índole para excusar que la gente se comporte como auténticos gilipollas. De esa manera, el común de los mortales estaría dominado por determinadas fuerzas externas, que le empujan a situarse en una realidad ajena, desgraciadamente, bastante imbécil, que le empuja a realizar una estupidez tras otra. Autores sesudos aseguran que esta situación de produce con el desarrollo del capitalismo y de la sociedad de consumo, y no decimos de entrada que no sea así, aunque se nos antoja un poco abstruso el discurso. El principal problema que observo con este análisis es que, si consideramos que el ser humano tiende a realizar una conducta digamos «desviada«, no propia del ser humano, es porque debería existir un comportamiento «correcto». Mucho suponer. Ojalá sea así, de ahí mi inevitable y ocasional optimismo, aunque es inevitable pensar que, al margen de que exista la más mínima posibilidad para un comportamiento extendidamente racional en la especie humana, no hay duda de que también existen condiciones inherentes para que, al menos una mayoría, se comporte como una manada de borregos.
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