Archivo de la etiqueta: Homofobia

Lenguaje racista

Alguien me llama la atención, por mi anterior columna, sobre el uso del término «denigrante«, que se señala como racista al querer decirse que lo negro es pernicioso. No era mi intención en absoluto, huelga decirlo, y lo cierto es que era algo ajeno totalmente al significado como creo que es obvio; simplemente, uno camina hacia un callejón sin salida a veces en el uso de sinónimos, ya que su léxico es más limitado de lo que le gusta admitir. Por cierto, ahora que caigo, lo mismo «pernicioso» tiene un origen en el mismo sentido (o vaya usted a saber), pero no voy a ir tan lejos de momento. Sea como fuere, lo que está claro es que el lenguaje refleja tantas veces los valores de una determinada cultura y hay quien considera que puede ser un instrumento de agresión y causar dolor al que se siente ofendido, de ahí la extrema precaución que adoptar algunos al respecto. Yo, lo admito, no suelo ir tan lejos. De hecho, no estoy muy seguro que la palabra en cuestión tenga un origen racista, de toda la vida luz y oscuridad han representado el bien y el mal; algo por supuesto totalmente cuestionable, aunque creo yo que por otros motivos que los de discriminar a la gente por algo tan superficial que el pigmento de su piel. A mí, particularmente, le voy la vuelta al asunto y reconozco que me encanta el negro; de hecho, la bandera por la que siento más respeto está tintada de ese color (o, quizá, ausencia de todos esos colores tan cuestionables).

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ACRACIA ANARQUISMO NIHILISMO

Deporte, sociedad y homofobia

Hoy, leo una noticia sobre un jugador profesional de water-polo, que al parecer hace tiempo que aseguró que le gustan los tíos y que se joda al que no lo apruebe. En un lance del partido, se produjo cierta discusión, y un cretino rival le espetó: «¡Cállate, maricón!». Esto, que ya es suficientemente irritante si se hubiera quedado en un calentón en plena disputa deportiva, no se terminó ahí y el idiota homófobo, lejos de disculparse al término del partido, reiteró el insulto. Como se supone que la sociedad ha avanzado mucho, en cuestiones de respeto a los gustos sexuales de cada cual, sorprende bastante la noticia y muchos se apresuran a pedir alguna medida desciplinaria sobre el estúpido machito insultador. Para lo que sigan este blog, ya sabrán que no soy nada amigo de medidas represivas, aunque habría muchas manera de sancionar comportamientos que afectan al prójimo, y no necesariamente pasan por la intervención de una autoridad superior coercitiva. Desgraciadamante, este hombre que «salió del armario» (¡y eso debería dejar de ser necesario, simplemente hay que normalizar y que se joda al que no le guste!), me da la impresión de que es una excepción en el mundo competitivo profesional, tan plagado de «virilidad», por lo que el asunto invita a una reflexión.

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