Tras leer unas cuantas críticas marxistas al libro de Graeber y Wengrow «El Amanecer de todo», me animé a echarle un vistazo a ese texto. Porque si algo desagrada a un marxista, seguro que a mí me da la risa. Tras un somero vistazo, entendí el rechazo.
Un antropólogo, un tal Gregory Bateson, en la década de los treinta del siglo pasado empleó el término «schismogenesis» (1), de schismo (escisión) y génesis (origen), para definir la tendencia que se observa en personas que sostienen discusiones con puntos de vista diversos, de ir radicalizando sus diferencias a medida de que se acaloran antes de acabar a hostias. Así lo que empezaba siendo una apacible discusión tomando el té para hablar –por ejemplo– sobre la divinidad de Cristo, se convierte en una pugna tremenda, que acaba en diferencias irreconciliables entre grupos cristianos, que emplean el potro de tortura y la hoguera para acabar con la controversia.
Ahora que estamos en agosto y no pasa nada, salvo que se derriten los glaciares, violencia de género, asesinato en Ecuador, líos para la investidura con peleas venecianas, guerra en Ucrania con una ofensiva que dura ya meses, golpe en Níger, Israel destruyendo Palestina… Vamos, lo de siempre… Puede ser una buena idea hablar de teoría. Por ejemplo, a cuenta del barco prisión y de las muertes en la frontera con devoluciones de niños que se pasan por el arco de triunfo la Declaración de Derechos Humanos.
A todes se nos ha enseñado que la sociedad ha evolucionado. Partiendo de lo simple hacia lo complejo. Entendiendo lo complejo como jerarquía y cadena de mando. Pasamos de vivir en bandas a tribus, de ahí a jefaturas, y por último a Estados, como producto último de la evolución social. Es un esquema que han asumido desde liberales a marxistas: salvajismo, barbarie, civilización (en la cual estamos); y también comunismo primitivo, esclavismo, feudalismo, capitalismo (ahora), y falta lo del socialismo, que está pospuesto a la espera de tiempos mejores.
No viene mal, ahora que estamos en plena canícula y se dispara el consumo de alcohol, de tabaco y de otras porquerías, dar el siguiente consejo: aléjate de los productos tóxicos, vivirás más tiempo y mejor, si tienes suerte. Haz ejercicio moderado, come mucha fruta y verdura y duerme lo que te pida el cuerpo. A ser posible, trabaja poco.
Ya os habréis dado cuenta de que no he dicho ni pío de la abstención, para estas elecciones en las que según se decía, tanto se jugaba la izquierda. Bueno, pues ya veis los resultados: el PP gana, VOX gana, y la izquierda se queda de mascota en los diversos parlamentos. Vuelvo a decirlo: la izquierda pierde, porque no gana. Para que la izquierda pueda gobernar, solo tiene que ganar. Si gana la derecha, la izquierda podría ganar también, pero no lo hace. Es así de simple. La derecha ha ganado, consigue que la gente vote sus candidaturas. En cambio la izquierda no convence a su electorado. Y ahora que los analistas, digan cien mil tonterías.
Este uno de mayo, como es mi costumbre, acudí a la manifestación convocada por los sindicatos que me son más afines. Iban en la marcha diversas organizaciones como el SAT, la CGT, USTEA, CoBas y claro que sí, la CNT. No me fijé si había alguno más y que me perdonen si no les nombro. También marcharon diversas asociaciones políticas: una representación de Podemos, que estuvo bastante discreta, una bandera republicana, algún partido trotskista, los estalinistas… En fin. El paseo fue agradable, con un solecito de unos treinta grados o poco más, y finalizó con la lectura de un manifiesto unitario.
Hace unos días leía un artículo de alguien en las redes del Colapso Energético. El autor o autora (en el anonimato) manifestaba que era ingeniero, y que por su oficio y experiencia, podía prever una serie de acontecimientos ineluctables: agotamiento de energía, metales raros, agua escasa, problemas financieros de inflación, encarecimiento de todo, crisis económica, desabastecimiento… Se resumía el panorama en lo siguiente: Algo muy gordo y muy chungo, va a pasar.
Estaba hablando de la Condicional. A lo que voy: las Juntas de Vigilancia Penitenciaria deniegan los permisos a los reos, aunque tengan derecho a ello, y le mandan la papeleta al juez para que sea él quién lo suelte si quiere. El juez con el dictamen negativo, se marea mucho antes de dejar suelto a un preso el fin de semana para que vea a sus hijos, porque anda con la paranoia mediática. Porque si en el transcurso de los miles de permisos que se dan, algún penado viola a una persona, personajes miserables cuentan el caso con pelos y señales, trasmitiendo mensajes de miedo, odio y venganza.
Hace unos días manifestaba que escribiría algo sobre las alternativas a la locura carcelaria que nos invade, y la verdad me está resultando muy difícil. Por un lado los anarquistas deseamos abolir el sistema carcelario sustituyéndolo por una sociedad igualitaria etc (1). Esa es nuestra alternativa utópica. Por otro es que resulta que las alternativas realistas al encierro las plantea el propio Estado desde el siglo XIX.
Un espacio en la red para el anarquismo (o, mejor dicho, para los anarquismos), con especial atención para el escepticismo, la crítica, el librepensamiento y la filosofía en general