Bueno, cabe preguntarse ¿cómo es posible que Madrid, la que fue tumba del fascismo, la del no pasarán, la del asesinato de Durruti, la del Dos de Mayo y el motín de Esquilache, se haya convertido en una Comunidad de derechas? Ahí va. La derecha suele sacar de ventaja a la izquierda en el feudo del Reino, doscientos o trescientos mil votos. Eso aceptando que el PSOE es de izquierdas. Porque, a ver, hablando claro a los que opinan que el PSOE es la derecha camuflada, si el PSOE es la derecha, aquí en España, las elecciones las gana siempre la derecha. Y eso no puede ser.
Dicho esto, ¿por qué gana la derecha? Es decir: ¿Qué es un elector, hombre o mujer, digamos trabajador y pobre, el día de las elecciones? Estudiándolo como podemos estudiar a un reptil con un montón de protuberancias, vemos a una persona solitaria. Su memoria histórica le recuerda que la campaña electoral es un timo. Si se trata de la limpiadora de una subcontrata, que tiene que hacer cuatro edificios de oficinas, tres portales, dos escaleras y un urinario en una mañana de lunes a sábado con una semana anual de vacaciones, haciendo diez horas y cobrando seiscientos… Sabe perfectamente que al día siguiente de las elecciones, va a tener que seguir pencando como una burra y agachando la cerviz, ganen o no «los suyos». Si es un profesor, o un sanitario interino, o un funcionario del INEM, o un bombero de cincuenta años, estamos ante una persona conservadora, que quiere sobre todas las cosas quedarse como está, llegar a la jubilación y cobrar toda su paga. Y así sucesivamente, el elector, solo, aislado, frágil, sin defensa ideológica progresista, en la cabina, donde nadie le ve, coge la papeleta del rico de derechas.
Porque, a ver: la izquierda nació para que la riqueza fuera cada vez en mayor cantidad a manos de quienes la crean: el pueblo obrero. Y para que cada vez los ricos tuvieran menos dinero. En cambio lo que descubrimos (como quien hace una autopsia a una gallina) es que la riqueza de los ricos es cada vez más y más grande, que en cada crisis los millonarios se hinchan como garrapatas, y que los trabajadores se las ven y se las desean con el Gobierno éste, con aquél o con el de más allá. Y que «los suyos de izquierdas» si alcanzan el poder, reproducen el tinglado de la derecha a conciencia. ¿Que exagero? Para mí el ejemplo más paradigmático es el de la CUP, la izquierda anarcocatalana en el Parlament, la que busca sus héroes en la hemeroteca de la CNT, la que votó a un president de derechas, a un Govern de derechas, a unos Pressupostos del Govern de derechas y en general a la derecha. Conclusión: la izquierda incumple.
En cambio la derecha sí cumple. La derecha nace para proteger y salvaguardar las tradiciones, el dinero de los ricos, las prebendas, corruptelas, cohechos, y el privilegio del señorito. La derecha manda. O sea, que entre la derecha y la izquierda, siempre la derecha es más fiable, más sincera, más empoderada, más resiliente, más honesta. Por eso, quien se toma la molestia de ir a votar en lugar de hacerse siete pajas leyendo una revista de viajes, acaba avalando siempre a la derecha. Y eso es así, gane o no la izquierda del PSOE Podemos Más Unidos (el famoso PPMU) (1). Y por eso, Madrid, tumba y retumba del fascismo, es de derechas.
(1) Y no te olvides de frenar al fascismo, que el voto democrático ha de ser libre, meditado, secreto y sin miedo. ¡Que yo no quiero quitarle ni un voto a la izquierda, por Dios Bendito!
Yo creo que la premisa equivocada del anónimo comentarista es decir que el artículo equipara derecha con fascismo. Ahí no se habla de fascismo, si no de derechas y de izquierdas. Lo que dice es que Madrid (en general), ciudad que tuvo como eslogan de la guerra que iba a ser la tumba del fascismo, es ahora (electoralmente hablando) una ciudad de derechas. O dicho como dijo la señora Ayuso, Madrid es España dentro de España. ¿Qué es Madrid si no es España? O qué es España si no Madrid.
Hola. Creo que, lo primero, se te escapa el tono sarcástico de Acratosaurio; por otra parte, identificar en España la derecha con el liberalismo (es decir, una derecha más o menos aceptable) es poco menos que una quimera. Saludos.
Tu artículo parte de una premisa equivoca y es que ser de derechas equivale a ser fascista,error,eso es asumir que toda la derecha es igual siendo que el fascismo es totalitario cosa que no propone Ayuso,digo te podra no gustar pero vamos esto es el equivalente a asumir que todo izquierdista es comunista,un liberal clásico es de derechas y no por ello es Fascista y digo de derechas porque en principio la mayoría de ellos abrazan la desigualdad(derecha=desigualdad,Izquierda=igualdad) pero tienes ejemplos como los Strasseristas y los nacional bolcheviques donde esto es sumamente dudable y forman parte tanto de el fascismo como de el Socialismo