Unides ocupamos las calles este 28J de 2024, calles que nos pertenecen y que llenamos de orgullo, plumas y resistencia. Pero somos incapaces de apartar la mirada de la situación global y vemos necesario hacer eco de cómo el proyecto colonial europeo sigue en plena potencia. Continúa masacrando, continúa cometiendo genocidios, continúa llevando a cabo guerras como la de Congo, Haití y Sudán, para poder continuar expropiando y saqueando recursos, culturas y saberes. Continúa generando a su vez un discurso paternalista hacia las disidencias, que no esconde sino una instrumentalización a través de las políticas de la identidad por parte de los Estados, las instituciones y las empresas para fomentar el racismo, la islamofobia y la xenofobia tanto dentro como fuera de las fronteras de Europa.
El lavado rosa es uno de los instrumentos utilizados para ello. Podemos ver, así, cómo día a día el proyecto israelí agita la bandera de la diversidad como publicidad de sí mismo mientras está cometiendo un genocidio en Palestina, explota y utiliza los recursos de las tierras palestinas ocupadas e intenta extender su proyecto colonial europeo por Cisjordania y la Franja de Gaza. También vemos cómo es utilizado aquí, en el Mado, como lavado de cara a empresas como BBVA, que financia el genocidio del pueblo palestino, o AirEuropa, que se lucra económicamente llevando a cabo deportaciones de personas migras mientras se nos presentan como adalides de la libertad por financiar lo que ellos llaman «la gran fiesta del orgullo LGBTIQ+».
Vemos que lo que empezó como una protesta contra el sistema ha sido convertido en un proyecto de asimilación que busca apaciguar nuestra rabia contra el sistema. Nos venden que hemos llegado al cénit de los derechos y los cambios alcanzables con la aprobación del matrimonio igualitario y de la ley trans, como si la opción de poder reproducir en nuestras vidas la familia nuclear cisheterosexual blanca hubiese sido en algún momento un objetivo para nosotres. Nos venden que hemos llegado al cénit de los derechos y cambios alcanzables con la supuesta y deficiente inclusión de educación sexual y antiracista en las aulas, como si no fueran espacios de disciplinamiento. Nos venden que debemos celebrar en vez de seguir luchando contra un sistema colonial-capital que es estructuralmente cisheteropatriarcal, racista, capacitista, gordófobo, cuerdista, gitanófobo e islamófobo cuyas normas, evidentemente, van a dejar a muches atrás.
Ante esto, nosotres decidimos que nos oponemos a asimilarnos. Nos oponemos a la idea de sujetos como cuerpos máquinas que deben ajustarse a los cánones de lo que el sistema salutista considera «cuerpos sanos» para cumplir con el trabajo productivo y reproductivo. Nos oponemos a las políticas de control y al disciplinamiento de nuestros cuerpos y vidas. Nos oponemos al encierro en cárceles, CIES, instituciones psiquiátricas y residencias de aquelles que el sistema oprime y excluye como ejemplo de las consecuencias que acarrea disidir la norma.
Ante ello, exigimos la abolición de la Ley de Extranjería y de la Ley Mordaza; exigimos el reconocimiento de los derechos laborales para les trabajadores sexuales; exigimos la eliminación del sexo registral y la regularización del más de medio millón de personas que se encuentran en situación administrativa irregular; y exigimos el embargo de armas y el fin de relaciones con Israel.
Aun así, no nos podemos quedar en exigir y pedir a los Estados, sino que tenemos que activarnos y movilizarnos para tener otras formas de habitar los territorios. Por ello decimos: ante la gentrificación, okupación; ante la represión, autodefensa y resistencia; ante las miserias del Estado y el capital, apoyo mutuo y autogestión; ante el sionismo y el colonialismo criminal, resistencia del pueblo palestino; ante el sistema binario cisheterocentrado, orgullo disidente organizado.
Orgullo Crítico Madrid Madrid,
28 de junio de 2024