Contre Attaque / 2 de octubre de 2025
Casi cada semana, nuevos focos de revueltas parece encenderse en el mundo. Después de Indonesia, Filipinas, Madagascar, Nepal y Perú, la Generación Z de Marruecos —nacida entre 1998 y 2012, casi 8 millones de marroquíes— está en pie.
La juventud marroquí en primera línea
Las llamadas se realizaron bajo el nombre de «Gen Z 212» (en referencia al prefijo telefónico del país), un movimiento cuyo grupo de Discord se creó el 18 de septiembre y ahora cuenta con más de 125.000 miembros. Desde el 27 de septiembre, se han celebrado manifestaciones a diario, reuniendo a cientos de miles de personas en Rabat, Casablanca, Tánger, Marrakech, Agadir y Tetuán.
Las reivindicaciones de esta juventud rebelde se centran principalmente en la salud y en la educación. De hecho, fue la muerte de ocho mujeres embarazadas tras unas cesáreas, en agosto, en el hospital público Hassan II de Agadir, lo que ha desencadenado las protestas. Ya el 14 de septiembre, cientos de personas se manifestaron frente al hospital. El 29 de septiembre, se leía en pancartas: «¡Al menos el estadio de la FIFA tendrá un botiquín de primeros auxilios! Nuestros hospitales no».
El colectivo publicó una nueva declaración en Discord el martes 30 de septiembre: «Queremos un país para todos los marroquíes, un país para los enfermos, los analfabetos, los desempleados y los pobres, no una plataforma para políticos con el estómago lleno. Necesitamos líderes que sirvan al pueblo, no a sus propios intereses». Marruecos es una monarquía con un rey, y su corte, que viven en el mayor de los lujos, mientras que la pobreza, la corrupción y el analfabetismo siguen siendo enormes, especialmente en el campo.
Las sumas invertidas en los próximos eventos deportivos han indignado a la juventud del país. Marruecos acogerá la CAN (Copa Africana de Naciones) en diciembre y el Mundial de 2030. El gobierno ha anunciado una inversión de 4.200 millones de euros para ello. El 4 de septiembre se inauguró a bombo y platillo el Estadio Príncipe Moulay Abdellah en Rabat. Omar Khyari, asesor del presidente de la FRMF, incluso declaró: «Pronto tendremos en Casablanca el estadio más grande del mundo para el Mundial; tendrá 110.000 asientos».
Estas cifras pusieron de relieve la falta de inversión en servicios públicos, especialmente en salud, y jóvenes resueltos salieron a las calles. Las banderas palestinas ondearon masivamente durante las manifestaciones en apoyo a Palestina, pero también en oposición a la normalización de las relaciones entre Marruecos e Israel.
La ira también se hace patente en los estadios. El domingo por la noche, los aficionados del Wyad Casablanca desplegaron una pancarta con el lema «Sin educación, sin médicos, y buena suerte a los pobres (y a sus seres queridos)» y cantaron su apoyo al movimiento. Algunos jugadores también se han pronunciado, como Nayef Aguerd, internacional marroquí y jugador del Olympique de Marsella, quien publicó su apoyo en Instagram: «Estas son demandas totalmente legítimas, que reflejan su sincero amor por su país y su deseo de ver a nuestra nación progresar y prosperar».
El movimiento se declara neutral y rechaza cualquier forma de cooptación política. Nabila Mounib, miembro del Partido Socialista Unificado, fue duramente criticada por participar en una protesta. Los jóvenes de todo el mundo rechazan masivamente los partidos políticos institucionalizados.
La represión policial y el gobierno a raya
La feroz represión policial fue rápida. Más de 200 personas fueron arrestadas solo en Rabat, pero los jóvenes siguen movilizados. La abogada Souad Brahma declaró a AFP que unas treinta personas serán juzgadas a partir del 7 de octubre, pero que los cargos seguían siendo desconocidos. Las imágenes de violencia policial, abundantes en internet, han intensificado la revuelta, como el video de un padre arrestado con su hija pequeña, a quien la policía empujó dentro de una furgoneta, con la niña en brazos.
Un video de un joven atropellado deliberadamente por una furgoneta policial en Uchda, al noreste del país, también circuló en redes sociales, desatando una nueva oleada de indignación. Fue trasladado al hospital en estado grave. En respuesta a la violencia policial, se volcaron y se incendiaron coches patrulla. En Inezgane, a las afueras de Agadir, los manifestantes se enfrentaron con la policía. Las plazas de Jemaa el Fna y Bab el Had están ahora acordonadas por las fuerzas del orden. Amnistía Internacional pidió «máxima moderación y evitar cualquier uso ilícito o excesivo de la fuerza».
El martes 30 de septiembre, el gobierno de Aziz Akhannouch celebró una reunión de emergencia para abordar la crisis y anunció que respondería positivamente a los manifestantes. Esta es una prueba, si es que alguna hacía falta, de que la movilización callejera sigue siendo la única vía para que la gente se haga oír. Abdelilah Benkirane, exprimer ministro y líder del opositor Partido de la Justicia y el Desarrollo —un partido conservador e islamista—, pidió el fin de las protestas.
La revuelta de la Generación Z es internacional
Al igual que en los movimientos de la Generación Z que se han enfrentado a los gobiernos de Perú, Indonesia, Madagascar y Filipinas, el símbolo de los piratas de One Piece está en todas partes. Esta bandera simboliza todas las reivindicaciones de esta generación que lucha contra el viejo mundo: justicia social, solidaridad, rechazo al capitalismo, aspiración a una vida mejor, libertad y rechazo a la corrupción. Esta juventud, a la que los televisores llenos de burgueses radicalizados suelen retratar como atontada por las pantallas y completamente despolitizada, desmiente con sus acciones esta imagen.
Horizontalidad, descentralización y autoorganización son las consignas en todos los países donde esta generación se rebela, inventando sus propios códigos. El hábil uso de las redes sociales, con las que crecieron, permite a esta juventud comunicar sus reivindicaciones por sí misma, mostrar su solidaridad y burlarse del poder político con memes. La imagen de un grupo de jóvenes marroquíes arrestados, sonrientes, en un furgón policial, ha circulado por las redes sociales, demostrando el papel protagónico que desempeñan en estas revueltas.
También permiten que estos movimientos se inspiren mutuamente, ya que las imágenes de los levantamientos en Indonesia, Madagascar y Nepal se han difundido y comentado ampliamente. Las demandas y los modos de acción se reflejan y se inspiran mutuamente. Transmiten esperanza en una posible victoria, como la caída del gobierno nepalí en pocos días o la dimisión del gobierno malgache, y muestran un espíritu internacionalista de rebelión.
Nota: en el momento de editar este escrito nos ha llegado la noticia de que tres personas han sido asesinadas en el intento de asalto de una Gendarmería Real. Además de en Laqliaa, los disturbios se han producido en Sidi Bibi, otra pequeña localidad en la región de Agadir, y en Salé (vecina de Rabat), Tánger, Tarudant o Kenitra (al sur de Rabat).