Hace ya cinco años que las plazas de pueblos y ciudades se llenaron de gente indignada, que estaban (estábamos) hartos de tanta explotación, de tanta corrupción, de tanta manipulación, de tanta represión. Un movimiento totalmente autogestionado que comenzó con una acampada de protesta en la madrileña Puerta del Sol contra la violencia policial. De ahí se extendió al resto del país. Ese proceso de asambleas y acciones sin mediatización por parte de nada ni de nadie pertenece a nuestra memoria colectiva y nadie nos lo puede arrebatar. Aunque después todo este movimiento haya disminuido y, en parte, aprovechado por los políticos de siempre, aunque esta vez con nuevos ropajes, lo queremos recordar como lo que fue: una indignación de los de abajo. Para esta conmemoración nos ha parecido reproducir –en esperanto y castellano– un poema de nuestro compañero Miguel Fernández.
AMKANTO FAR “INDIGNINTA AVĈJO” EN BATALO
Nun…
nun, kiam la futuro iĝis karno
kaj loĝas ĉe la mastroj
–ĉe la ĉiamaj mastroj–
de nia vivo. Nun…
kiam jam ekdoloras ostoj kaj grizaj haroj
kaj jam ekpik-doloras
ĉiuj eĥoj de tiom da forestoj.
Nun, kiam ni bedaŭras el la koro,
ke fine nia rev’ ne estis ebla,
ke ĝi elglitis inter niaj fingroj.
Kaj ke ne estis ebla
vin vidi, am’, aŭrori inter miaj brakoj
ĉe krakoj de raketoj kaj hupadoj
anoncantaj la horon de la popol-erao.
Nun, kiam buŝoŝtopas nin la leĝoj,
produktoj de ĉi farso, de ĉi tio
antipoda de l’ lumo, por kiu ni batalis
kaj iomete mortis tiutempe.
Nun, tie ĉi, en fuĝo el la samaj
gumkugloj, el la samaj vergofrapoj,
el identa teror’, inter la samaj
lamentoj, krioj kaj siren-aŭluloj.
Nun, tie ĉi, en emoci-vibrado
kun novaĵo ne tiel nova tamen,
kun la tutaj koruso kaj orkestro
de nuntempaj Joe Hill, kiuj min ravas
–kiel ni ploris tiam ĉe spektado
de tiu bona filmo!, ĉu vi memoras plue?–…
De nuntempaj Joe Hill,
kiuj, meze de ĉi batalo urba,
neŝanceleble,
al ni fervore kantas oldajn himnojn
de Paco Ibáñez,
de José Afonso, Llach kaj Labordeta…
Nun, tie ĉi, ĉe ili,
ĉe niaj indignuloj kaj ĉe vi,
mi renovigas la esperon, ke finfine eblos
vin vidi, am’, aŭrori inter miaj brakoj
ĉe krakoj de raketoj kaj hupadoj
anoncantaj la horon de la popol-erao.
Kaj dediĉas
mi al vi ĉi amkanton en batalo.
CANTO DE AMOR DE UN YAYOFLAUTA EN BATALLA
Ahora,
ahora que el futuro se ha hecho carne
y habita entre los dueños
–entre los mismos dueños–
de nuestra vida. Ahora
que empiezan a doler huesos y canas
y empiezan a escocernos
todos los ecos de todas las ausencias.
Ahora que sentimos en el alma
que no fuera posible nuestro sueño,
que se nos escurrió entre los dedos.
Que no fuera posible
verte, amor, amanecer entre mis brazos
al sonar de cohetes y bocinas
anunciando la hora de la era del pueblo.
Ahora, amordazados por las leyes
que emanan de esta farsa, de esto otro
que no es aquella luz por la que batallamos
y morimos un poco en aquel tiempo.
Ahora, aquí, corriendo de las mismas
balas de goma, de los mismos golpes,
de idéntico terror, entre los mismos
lamentos, gritos y aullidos de sirenas.
Ahora, aquí, vibrando de emoción
con una novedad que no es tan nueva,
con el coro y la orquesta
de los nuevos Joe Hill que me arrebatan
–¡cómo lloramos viendo
aquella gran película!, ¿te acuerdas?–…
De los nuevos Joe Hill
que, en el fragor de la batalla urbana,
impertérritos,
nos cantan con fervor los viejos himnos
de Paco Ibáñez,
de José Afonso y Llach y Labordeta…
Ahora, aquí, ante ellos,
con nuestros perroflautas y contigo,
renuevo mi esperanza en que será posible
verte, amor, amanecer entre mis brazos
al sonar de cohetes y bocinas
anunciando la hora de la era del pueblo.
Y te dedico
este canto de amor en la batalla.
Publicado en Tierra y libertad núm.334 (mayo de 2016)
