Al estrecharse e intensificarse las relaciones entre los países de Extremo Oriente y Europa, esta última descubre productos orientales antes desconocidos. Caso ejemplar es el té, llevado a las Islas Británicas por primera vez en 1664, y que ya en 1720 llegó a sustituir decididamente a la seda como principal mercancía de importación de la Compañía británica de las Indias Orientales. En consecuencia, el saldo positivo de la balanza comercial china continuó aumentando. Seguir leyendo Guerras del opio de ayer y de hoy