Cuando en mayo de 2011 un grito recorrió todas las tierras que van desde el Mediterráneo, hasta el Atlántico y desde los Pirineos y el Cantábrico hasta el sur de la Península Ibérica, un grito promulgado por cientos de miles de gargantas: “¡Que no, que no, que no nos representan, que no!” Un aire de cambio pareció inundarlo todo, en las plazas, asambleas abiertas regidas por la democracia directa, sin Seguir leyendo ¿Les votamos o les botamos?