Las puertas de hasta la última casa están abiertas en los barrios en los que durante días el estado había intentado entrar con miles de soldados armados. En estos espacios donde la gente ha presentado su propia voluntad, es imposible ver la presencia del Estado fuera de unos cuantos coches blindados en las avenidas principales.
Un orden sin estado
Tras las trincheras en Cizîr (Cizre) hay una vida muy ligada a aquellos que han pagado un precio por su causa. Hay un gran entusiasmo y emoción que no olvida los sufrimientos del pasado. Un pueblo que no presta atención a si el gobierno continuará o no sus ataques y que centra y enfrenta su determinación diciendo “hemos pagado tal precio que si fuese necesario seguiríamos pagándolo”. Es fácil de entender el significado de la resistencia de Cizîr desde la solidaridad mostrada tras las trincheras. Detrás de las trincheras y las barricadas, prevalece un ‘orden sin Estado’.
Recuerdos recientes…
Es necesario decir que la gente de Cizîr no ha demandado un autogobierno de nadie, porque se está haciendo constante hincapié en que tomando estos pasos prácticos, han entrado en un camino sin retorno. Los sufrimientos que el Estado ha infligido en la población de Cizîr en el pasado, continúan siendo recuerdos recientes. La juventud que se mantiene en guardia día y noche tras las posiciones fortificadas con sacos de arena son la mayor garantía del autogobierno. Porque un pilar fundamental del autogobierno es la autodefensa, que permite a la gente que reside tras estas fortificaciones vivir en paz.
Los hijos de los asesinados
En los medios de comunicación progobierno donde dicen mentiras sobre cómo “el PKK está formando un cantón en Cizre” la pregunta de “quiénes son esa juventud” se mantiene escondida. Nos metimos a casas de forma aleatoria como invitados. Después de la comida y el té preguntamos a aquellos que viven en la casa algunas cuestiones: “¿Quiénes son esos jóvenes” . La anciana matrona de la casa responde: “estos son los hijos de las personas asesinadas en los 90. Todos y todas ellas crecieron en estas calles y ahora están haciendo saber que no quieren ver a sus propias familias entre los asesinados.”
Celebración Popular
Hubo una noche de celebración en el barrio de Nur, donde durante 9 días las fuerzas de equipos especiales intentaron entrar desplegando armamento pesado. La gente está bailando halays alrededor del fuego. Incluso si el barrio está rodeado de unidades armadas, la moral es alta. Los agujeros en la las sábanas colgadas como defensa contra los francotiradores y los agujeros de bala en las paredes de las casas, se mantienen como prueba del tipo de resistencia que se llevó a cabo aquí.
¡Tened cuidado niños!
Las madres que nos cuentan cómo en barrios donde hay decenas de miles de residentes nunca hay un incidente de robo, se mantienen en las puertas de su casa como monumentos indestructibles. Estas madres nunca fallan en ofrecer oraciones o advertencias de “cuídate” mientras distribuyen comida y agua a los jóvenes. Los niños y niñas, a los cuales no había necesidad de obligarlos a explicar sus experiencias durante estos días, están sonriendo y guardan sus juguetes en la mano. Tres hermanos llamados Baran, Helin y Esra juegan al lado de las trincheras junto a su casa.
‘No vamos a seguir yendo al colegio’
Baran tiene 11 años y explica el asalto de la policía a sus barrios. Explicando cómo las casas eran objetivos, nos cuenta que era “como si estuviésemos en una guerra.” Cuando les recordamos a Baran y a su hermana que el colegio está apunto de empezar, él nos dice “no vamos a continuar yendo al colegio. Sin embargo, si hay colegios kurdos iremos.” En la conversación intima que tiene lugar por la tarde noche acompañada de té, el tema principal de conversación entre aquellos que se mantienen en guardia frente a las casas es cómo la opinión pública turca ha permanecido insensible a la gente viviendo en el distrito.
En conversaciones en las que no se menciona la palabra “paz”, los residentes de Cizîr, quienes tienen la luz de la hoja de ruta que el pueblo de Kurdistán ha de seguir, están resistiendo hombro con hombro junto a aquellos quienes ellos han elegido, y no quienes ha elegido el Estado de quienes no son nunca más responsables.
Este artículo de título original “Hendeklerin ardındaki yaşam” fue escrito por Ismail Eskin para Özgür Gündem. Publicado en inglés en Rojava Report y traducido al castellano por ‘Rojava no está sola’