Impávido aguarda uno la próxima cita electoral. ¿En julio? A ver si no me convocan. Ahora bien, la gente que se plantea votar «para evitar la ultraderecha»…, me parece bien, que cada cual haga lo que quiera. A los hechos me remito.
En 1996, tras una campaña de descrédito fortísima contra el PSOE por casos de corrupción, se celebraron elecciones generales. Votó el 77,38% del censo, es decir, votó mucha gente y la abstención fue escasa para lo que se da en España. Y el Gobierno Socialista dio paso al del PP, con José María Aznar de presidente. Al PP le votaron 9.716.006 electores (156 diputados). Al PSOE le dieron su aval 9.425.678 personas (141 diputados). E IU logró su mayor resultado de la mano de Julio Anguita: 2.639.774 votantes que le proporcionaron 21 diputados. Es decir, que pese a la campaña mediática, la izquierda ganaba a la derecha y de haber presentado una candidatura única… Entonces, ¿de qué valieron los 21 diputados de IU? Para legislar, no valieron. Valieron –básicamente– para que José María Aznar, el PP, la derecha neoliberal, formase Gobierno con el apoyo del PNV, CIU y Coalición Canaria.
Ahora, claro está, el voto anda algo más fragmentado en diversos actores. Está VOX, está Sumar. Ha desaparecido CIU y Ciudadanos, y anda por ahí Bildu, ERC tiene más peso… Qué sé yo. ¿Qué harán los votantes de Podemos? No se sabe que yo sepa. Nadie sabe qué hará este o el otro, pero todas las encuestas, las especulaciones, y los resultados de las elecciones municipales, dan por sentado que gobernará el PP con VOX de una forma u otra. Y el Gobierno del Progreso, a esperar.
En consecuencia, en la izquierda muchos votarán por «miedo a». Es un voto de pánico, un tanto quejumbroso y lamentador… Pero es que resulta que el voto democrático ha de poseer tres cualidades: el voto ha de ser libre (cada cual vota lo que quiere); racional (cada cual vota un programa conocido que garantiza legislar de acuerdo con sus intereses); y secreto (en sobre cerrado). Y con toda esta película de que llegando la derecha al poder, nos van a pulverizar, el voto ni va a ser libre, ni va a ser racional. Secreto sí, vale. Pero no será democrático.
¿Cuál sería, por tanto, el voto racional y meditado? A mí es que me entra la risa escuchando y leyendo las elucubraciones, que si votar a Sumar, que si votar al PSOE, porque me acuerdo siempre de las elecciones de 1996. Con el 77,3% de participación, 12.355.780 votos de IU y PSOE frente a 11.407.008 de PP, CIU, PNV y CC… Dando paso a José María Aznar.
…
¿?
¿Eso es una papeleta?
Yo digo que va a mandar El Rey gane quién gane las elecciones.
El Rey dirá…
¡Qué guays son las elecciones!