Políticos: ¿gente encantadora?

Uno de los ¿argumentos? que emplea la izquierda para –de alguna manera–, ¿explicar? que la Federación Rusa invadiera Ucrania en 2022, se encuentra en la expansión de la OTAN hacia la frontera Rusa. O sea: la OTAN traiciona a Rusia, y ante este acto malvado, Rusia se defiende del ataque de la OTAN.

Menuda pamplina.

¿Cuál es la traición? Por lo visto, cuando la URSS se estaba desintegrando en 1990, los gringos, cuyo presidente era Bush Padre, a través de sus representantes en Europa, prometieron a los jerarcas soviéticos, uno de ellos Gorbachov, que la OTAN no se expandiría hacia el Este. Claro, es lo que se suele hacer en política, un apretón de manos, palmaditas y a tomar unas copas en la Hacienda Chinameca, sin escolta y sin armas (1). Los políticos y militares son gente encantadora. Nunca mienten.

Bueno, pues dicho acuerdo, nunca existió. No se firmó ningún papel, no se negoció nada al respecto. Yo estaba por allí, y no hubo pacto. Os lo explico: si los soviéticos hubiesen estado preocupados por ese tema, lo hubieran negociado, escribiéndolo, firmándolo y sellándolo en el Kremlin, con cámaras, periodistas, fotógrafos, pétreos soldados presidenciales, discursos… Y luego se hubieran ido a tomar un chupito al comedor. Con catador de venenos.

Claro, se atribuye desde la izquierda la rotura de ambiguas-conversaciones a un acto pérfido y traicionero de los Estados Unidos. Porque ¿quién podría esperar una traición de los gobernantes yankees? (2)

Yo. Yo hubiera sospechado. La lista de tropelías estadounidenses era y es… infinita. Así que ¿por qué iban a fiarse los soviéticos de la palabra del Secretario de Estado de Estados Unidos, James Baker?

No podían confiar. Es imposible. Es irracional. Así que, o bien dichas promesas nunca existieron, y fueron un hablar por hablar (3), o bien los soviéticos tenían en mente cómo disolver la URSS, y dejaron ese asunto de la OTAN (que les importaba un pepino) para las generaciones venideras.

Y si al menos hubiesen hecho un contrato verbal, a la romana, con intercambio de rehenes, la cosa hubiera tenido más sentido. Por ejemplo, Bush padre podría haber mandado a Bush hijo a Rusia como rehén, y de haberse extendido la OTAN, de inmediato haberlo degollado los rusos. O devolverlo envenenado con plutonio en un sacófago plomado. ¿Cuántos líos imperiales hubiésemos ahorrado? (4)

Otra cuestión mosqueante es… ¿Qué validez pueden tener las conversaciones del Secretario de Estado de los EE.UU. con el Presidente del Soviet Supremo de la URSS, a la hora de determinar lo que harán supuestas naciones soberanas como Polonia, Rumanía, Bulgaria, Hungría, Alemania… ¿Alguien pensó en la opinión de la gente de Macedonia Norte, Albania, Estonia…? Es que lo mismo lo de la OTAN les parecía de rechupete. ¿No lo pensaron los soviéticos? ¿No cayeron en la cuenta, de que lo mismo los eslovacos estaban hasta la cocorota de ellos? 

Es que resulta que –según las interpretaciones de «promesas que hicieron los americanos a los rusos en 1990 y que fueron rotas»–, aquí los demás pintamos… Nada. Todo es cosa de rusos y americanos. Igualito que ahora con Trump. Bueno, ahora es Trump, Putin y Xi Jinping. Los demás a verlas venir.

Resumen: la izquierda suelta ese relato (cuento de hadas) de la traición  de la OTAN porque siguen con la mentalidad de la política de bloques de 1980, y piensan que los culpables de todo son los Estados Unidos (5)

El problema no es la OTAN, ni Rusia, ni EE.UU. El problema son los Estados. Desintegrarlos, aniquilarlos, eliminarlos, ese es el camino.

Acratosaurio rex
https://www.alasbarricadas.org/noticias/node/57249

NOTAS
(1) En dicha Hacienda, el Coronel Jesús Guajardo traicionó al General Emiliano Zapata y le pegó más de 20 balazos. Fue en 1919. Ese es en general, el espíritu de los acuerdos.
(2) No pongo la lista de traiciones, porque sería interminable. Y si escribo mucho, nadie lee.
(3) Gorbachov hablaba del «espíritu de las conversaciones», o sea, del buen rollo. Como lo de Zapata y Guajardo.
(4) Hubiera sido maravilloso que España hubiera contribuido con el entonces príncipe Felipe como rehén. Y Francia podría haber mandado a alguno de sus filósofos… Por ejemplo a Derrida.
(5) La creencia de que todo cuanto ocurre de malo en el mundo es debido a la acción o inacción de los EE.UU, desde su fundación, es una derivación de la creencia irracional en un ser sobrenatural y todopoderoso.

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