Albert Camus, prácticas y experiencias políticas de juventud

Albert Camus nació en 1913 en la comuna de Dréan, en la zona oriental de Argelia, durante el dominio colonial francés. Era un pied-noir, descendiente de colonos europeos, en su mayoría franceses, aunque también había familias de origen español, como la de su madre, Catherine Helena Sintes, una mujer humilde y analfabeta. Su padre, Lucien Camus, trabajaba como vendedor de vino en la zona. El matrimonio tuvo dos hijos, Lucien Jean Étienne, nacido en 1910, y Albert, quien llegó al mundo en 1913. Sin embargo, la felicidad familiar duró poco, ya que Lucien fue movilizado en septiembre de 1914 en el contexto de la Primera Guerra Mundial y murió poco después a causa de las heridas de guerra en octubre de ese mismo año, cuando Albert tenía solo un año de edad. Este hecho marcó profundamente la vida y la obra de Camus, quien siempre mantuvo una relación compleja y dolorosa con la figura paterna ausente y con la guerra en general.

Tras la muerte de su padre, Camus quedó al cuidado de su madre y los hermanos de esta, Étienne, sordomudo, y Joseph, en la populosa ciudad de Argel. Allí, Camus empezó a frecuentar la casa de su tío Gustave Acault, un carnicero que se movía en círculos masónicos y anarquistas y tenía una buena biblioteca, donde Camus pasaba mucho tiempo como autodidacta. Durante su etapa escolar, uno de sus maestros, Louis Germain, advirtió sus habilidades literarias y lo inscribió en la lista de candidatos a becas en 1924. Su condición de huérfano facilitó la recepción de una beca de estudios, que le permitió continuar su formación académica. Germain influyó de forma notable en Camus, no solo a nivel personal, sino también por las lecturas que le proporcionaba. Entre ellas, destaca Les Croix de bois de Roland Dorgelès, una novela publicada en 1919 que narraba la desastrosa experiencia del autor en la Primera Guerra Mundial. Los extractos de este libro conmovieron profundamente a Camus, quien descubrió nuevamente el horror de la guerra a través de los ojos de un chico que, como él, había perdido a su padre en el mismo conflicto. En esos años, Camus se graduó en el Liceo Bugeaud y se acercó al campo de la filosofía de la mano de su profesor, Jean Grenier, quien le introdujo en la lectura de autores como Nietzsche1. En esa época, Camus se relacionó con la sección argelina del movimiento pacifista Amsterdam Pleyel, un movimiento que se articuló entre 1932 y 1933 y que surgió como una respuesta al avance del fascismo y del nazismo y a la retórica bélica en el ambiente público. La propuesta Amsterdam Pleyel se gestó a partir de un llamamiento realizado por los escritores Henri Barbusse y Romain Rolland a través del periódico L’Humanité para realizar un congreso contra la guerra. En agosto de 1932, se celebró en Amsterdam un encuentro, y en junio de 1933, se fusionó con el Congreso Europeo Contra la Guerra y el Fascismo, reuniéndose en Pleyel, de ahí el nombre2. Posiblemente, parte de estos grupos se ampararon y fueron ocupados por elementos del Partido Comunista Francés. Camus se acercó políticamente a estos movimientos pacifistas y se involucró en la lucha contra la guerra y el fascismo. Sin embargo, su relación oficial con el Partido Comunista Francés fue siempre tensa y conflictiva, ya que Camus siempre defendió la libertad individual y la justicia social, mostrándose crítico con la ortodoxia comunista y los métodos autoritarios que desplegaban algunos de sus cuadros políticos. Mientras eso ocurre, Camus empieza a redactar sus primeras obras; en 1934 comienza a escribir su primer libro titulado L’Envers et l’Endroit (‘El Revés y el Derecho’), que contiene ensayos cortos y dos relatos viajeros, el uno a las Islas Baleares, y el otro a Praga y Venecia.

En 1935, con veintidós 22 años, se incorporó al Partido Comunista Argelino, probablemente bajo la influencia de su mentor, Jean Grenier3. Los orígenes de Camus marcaron enormemente sus principios ideológicos, crecido en un barrio mestizo y diversos, sus contradicciones eran evidente en tanto que buena parte de los hijos de los descendientes franceses planteaban actitudes burgesas y profundamente coloniales. Quienes le acusaban de no ser lector entendido de Marx, este respondía que «la libertad la había aprendido en la miseria» no en los textos del filósofo comunista. En el verano de 1935, a pesar de las grandes contradicciones que enfrentaba, Albert Camus tomó la decisión de unirse al Partido, reconociendo que «los obstáculos que opongo al comunismo, me parece que más vale vivirlos»4. Durante su tiempo en el partido, Camus encontró una sensación de comodidad ideológica y fundó el Teatro del Trabajo. Este grupo, activo entre 1935 y 1939, fue una experiencia experimental que reunía a obreros y estudiantes, presentando obras de autores como Esquilo, Gide, Gorki, entre otros, así como adaptaciones de Dostoievski o Malraux por citar algunos. En su repertorio se destacaba una obra escrita por él mismo, aunque firmado como un ‘ensayo de creación colectiva’, titulado La revolución de Asturias, la cual fue prohibida por las autoridades argelinas5.

En 1936, Camus obtuvo su licenciatura en Letras, con especialización en filosofía, y presentó una tesis sobre los pensamientos de Agustín de Hipona y Plotino. Sin embargo, su vida y pensamiento se vieron influenciados por la guerra civil y la revolución social que estalló en esa época. A pesar de su compromiso inicial con el Partido Comunista Argelino, Camus pronto comenzó a experimentar contradicciones ideológicas. El partido se movía entre el anticolonialismo y la sumisión al Partido Comunista Francés, y su estrategia cambiante, que defendía la soberanía francesa y su heterodoxia ideológica cercana en ocasiones al trotskismo y otras no tanto, llevó a Camus a abandonar la organización en el año 1937.

Tras su ruptura con el Partido Comunista Argelino, Camus recupera sus experiencias de creación cultural anterior y aspira a crear un grupo de teatro popular con algunos amigos, llamado Théâtre de l’Équipe, con la ambición de emular el estilo del teatro ambulante La Barraca de Federico García Lorca. En 1938, Camus se unió al periódico fundado por Pascal Pia, Alger Républicain, y se convirtió rápidamente en su redactor jefe. En 1939, Camus abrió una sección de reportajes titulada «Misère de la Kabylie», que describía de manera lúcida y emotiva la historia de la Argelia colonial. El impacto de este trabajo fue rotundo, y el Gobierno general de Argelia cerró el periódico en 1940. Durante este período, Camus se enfrentó a las contradicciones ideológicas y a la lucha por la justicia social y la libertad individual. Su participación en el Partido Comunista Argelino y su posterior ruptura con el mismo, su ambición de crear un teatro popular y su trabajo como periodista en Alger Républicain, fueron hitos importantes en su vida y obra, que estuvieron marcados por su búsqueda de la verdad y la justicia en un mundo convulso y lleno de contradicciones. Camus registró gran parte de sus experiencias en un cuaderno de campo llamado Carnets6, unos borradores un tanto eclípticos de notas que abarcaban una amplia gama de temas, desde proyectos y citas hasta reflexiones personales que revelaban la profunda y compleja visión del mundo que se escondía detrás de Albert Camus.

Jordi Maíz @jmaizchacon


  1. Grenier, J. (1968). Albert Camus, souvenirs. Gallimard. ↩︎
  2. Carrè-Prèzeau, J. Amsterdam-Pleyel : Un mouvement de masse dans le Front populaire en région parisienne. Des communistes en France : (années 1920-années 1960). Éditions de la Sorbonne. ↩︎
  3. Cammarano, L. (1976). Jean Grenier y Albert Camus. Diálogos: Artes, Letras, Ciencias Humanas, 12 (71), 7–11. ↩︎
  4. De Armas, I. (1991). Irreductible Albert Camus. Cuadernos Hispanoamericanos, 498, 101-114. ↩︎
  5. Révolte dans les Asturies, publicada originalmente en 1936 en Argel, salió sin el nombre del autor y pronto sería retirada de la distribucción. ↩︎
  6. amus, A. (1951). Carnets (1939-1951). Alianza Editorial. ↩︎

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