Durante 10 días de junio la patronal española, la CEOE, realizó una cumbre de alto nivel con los máximos representantes de las grandes empresas y sectores económicos del país. Esta Cumbre se enmarca dentro del proceso de “reconstrucción” que trata de imponerse tras la pandemia sanitaria que hemos sufrido, el parón económico que ha ocasionado y las crisis que ha acelerado. Como todo en momento decrisis, el oportunismo empresarial no podía tardar en aparecer para tratar de aprovechar la situación e imponer su discurso, propuestas e ideas en el centro del debate. La patronal no es una mera agrupación de empresarios para hacer negocios entre ellos, es la organización política que define su estrategia de presión sobre gobierno y trabajadores. La CEOE es el auténtico partido político de los empresarios, solo que no se presentan a las elecciones, porque no les hace falta.
El problema de los empresarios es que cuando se sienten cómodos, con poder e inmunes, sacan a relucir sus auténticas ideas. Como no podía ser de otra forma, la Cumbre nos ha dejado citas maravillosas a través de las cuales podemos hacer una lectura del país que quieren. Sus ideas no son nuevas y ya han sido puestas en marcha con resultados catastróficos para las clases trabajadoras, la calidad democrática o para el planeta. Reducir el gasto público (excepto si es para salvar empresas), bajar los impuestos, fomentar la contratación precaria, reducir derechos laborales o eliminar legislaciones de protección al medio ambiente.
Veamos pues algunas de las gloriosas citas de nuestros grandes empresarios.
“Las políticas de renta básica permanentes consiguen hacer un clientelismo y adoctrinar a gente que se acostumbra en la ociosidad y no en la generación» Antonio Hernández, presidente de Ebro Foods.
El Ingreso Mínimo Vital ha sufrido todo tipo de ataques. A los empresarios les parece fatal que exista una parte de la población que a duras penas sobrevive económicamente, que no tiene ingresos, que tiene grandes dificultades para acceder al empleo o que incluso con empleo no puede permitirse el pago de los gastos corrientes. Les parece horrible no por una cuestión humanitarista o de derechos humanos, les parece mal porque les acusa de estar en esa situación por voluntad propia ¿A quien no le gustaría vivir al borde de la pobreza?
Que exista un ingreso económico directo fruto de una redistribución de la riqueza a través del Estado sirve para que personas y familias puedan llegar a tener necesidades vitales garantizadas y a partir de ahí “reincorporarse a la actividad productiva” que tanto gusta al empresariado.
Para clientelismo, adoctrinamiento y ociosidad la de los empresarios, que llevan siendo las mismas familias décadas, que imponen su doctrina económica y viven a costa del trabajo ajeno.
“Tenemos que dejarnos de intereses personales, ideológicos y generales y pensar con generosidad para que podamos poner esto en línea a como estaba» Tomás Fuertes, presidente del Grupo Fuertes.
Los intereses personales e ideológicos son los de los demás. Los empresarios no tienen ideología, todo el mundo lo sabe. La generosidad no es una acción recíproca, es algo que te tienen que dar por ser empresario y si no quieren se es generoso con ellos (bajadas de impuestos, política antisindical, desregularización, liberalización económica…) comienzan las amenazas: deslocalizaciones, despidos o paralización de inversiones suele ser lo más habitual.
«Este año las vacaciones debe tomarlas el que pueda y cuando pueda… Las cosas no están para bromas» José Domingo de Ampuero, presidente de Viscofan.
Ellos pueden realizar Cumbres con hoteles pagados, cátering y cócteles. Pueden celebrar sus consejos de administración en algún resort privado. Pero parece que los trabajadores no pueden hacer uso de sus derechos fundamentales conseguidos a base de luchas y muertes. La broma es creerse por encima del bien y del mal y creerse con la legitimidad de lo que tiene que hacer cada cual con su vida.
“Colaboración público-privada para mejorar la eficiencia y calidad en la prestación de servicios públicos tanto en el ámbito de la educación y la sanidad como en el de las infraestructuras.” Conclusiones de la Cumbre.
La mágica colaboración público-privada no es más que la transmisión de fondos públicos a los bolsillos de los empresarios. Esta colaboración es la causante del desastre sucedido en las residencias de ancianos en la Comunidad de Madrid, los precios inflados del hospital de IFEMA, la precariedad de las trabajadoras de lavandería de los hospitales o la sanísima dieta a base de pizza y sándwiches para los niños en situación más vulnerable. Esa es su eficiencia y calidad. La educación y la sanidad llevan en su punto de mira décadas, quieren hacer de derechos básicos un negocio rentable.
“Necesitamos un plan de reactivación basado en la ortodoxia económica” Rafael del Pino, Ferrovial.
Lo último que necesitamos es la ortodoxia que nos ha llevado de crisis en crisis. La del petróleo en los 70, la reconversión industrial en los 80, el boom de la construcción en los 90, la burbuja de las “.com” en los 2000 o la última crisis económica global de la década de 2010. Para ellos estas crisis han supuesto avances políticos, han salido reforzados de cada una de ellas con más dinero y más poder. Todo a costa de los de siempre.
¿Para cuando nuestra propia Cumbre?
El capital se organiza, debate, propone y lucha ¿Nosotras qué? Desde luego que también lo hacemos. La respuesta solidaria durante la pandemia no hubiera sido posible sin las experiencias previas de autoorganización en los barrios, los colectivos, los centros sociales o las luchas feministas. Pero ellos van unos cuantos pasos por delante. Hay que reforzar nuestras redes, fomentar su confluencia, su solidaridad y su fuerza bajo un paradigma propio y común. Nos hace falta una cumbre de los humildes, de quienes luchan y de quienes quieren construir una alternativa sólida al mundo que nos quiere imponer la CEOE.