Con eso de que quitan la Filosofía de la escuela, resulta indispensable filosofar por nuestra cuenta. Filosofar es pensar sobre lo que nos rodea. Una luz no enciende, no se ve un huevo, hay que iluminar…, porque todos y todas somos filósofos y filósofas. Por lo tanto, hay que traducir la realidad al lenguaje común. Eso es fundamental para pensar, pues el mundo, por ser tan complejo, tiene que ser expuesto de forma sencilla. Filosofar, es comprender el mundo, ver el problema, mostrarlo diáfano, descubrir las soluciones. Dar a conocer la complejidad de manera incomprensible (misión de los académicos), a lo único que conduce es a lanzarse como loco a ver series de ficción en páginas piratas. Como lo oyes.
¿Qué muestra el mundo? Cuando llegó la crisis del coronavirus y todo eso, se nos explicó lo siguiente: que las medidas que tomaba el Gobierno (Central y Autonómico, de Izquierda de Progreso y de Derecha Fascista), pretendían impedir el Colapso Sanitario. Ahí va, o sea, el objetivo era evitar equipos funerarios sacando cadáveres de bloques de pisos en sudarios de fuerza, metiéndolos en camionetas ¡A la de una, a la de dos, a la de tres! ¡hale hop! ¡Cataplof! Porque ese Colapso hubiera sido, ¡muy importante! antiestético, feo, maloliente. Pero, ¡sobre todo!, hubiera hecho caer a la Administración, sus servicios sociales, su sistema de recaudación, la Banca, el IBEX y, en general, todo. Por eso se atrevieron a cerrar los bares.
Es decir. No pretenden salvar vidas, noooooo, sino que la masacre esté controlada. Por ejemplo, el Estado evita que la gente acuda a Urgencias. ¿Cómo? Si las líneas de teléfono no responden, si en lugar de personas pones robots con cintas grabadas, si anuncias que no hay citas para dos semanas, si las páginas se cuelgan…, la gente desespera. Y si por doquier colocas carteles, anuncios y mensajes afirmando que de ir al Centro de Salud puedes contagiarte una mierda como un castillo, pones toque de queda, y controles policiales, pues la gente en buen número optará por quedarse en su casa. Beneficio: no hay que contratar sanitarios… Y ahorras mil y un millones de euros en pensiones al año (1). Ahí va. Unos 65.000 viejos mayores de 65 años «más de lo esperado» la han palmado…, si eso es salvar vidas, que un notario dé fe.
Lo mismo ocurre con la Administración: el INEM, el INSS, Servicios Sociales, Registros, etc: cerrados por pandemia. Y si quieres solicitar ayudas porque estás tieso, los requisitos exigidos son tan barrocos, tan bizarros, tan extraños, que nadie es capaz de acabar la solicitud en condiciones, así haga un máster en burocracia en universidades privadas. No puedes hablar con personas, tienes que solicitar cita previa, no te dan cita previa… La gente acaba prefiriendo mendigar, o buscarse la vida al margen de todo, mientras los guripas queman gasolina y hacen el gilipollas pidiendo carnets y preguntando a quien no tiene dónde caer muerto, literalmente, que «a dónde va usted cabayero, vamos a tomarle los datos». Sin asomo de vergüenza, sin pizca de angustia, anulada la sensibilidad. Y los bancos, entretanto, con el mismo panorama de caos administrativo, cobrando comisiones a mansalva, y los jueces absolviendo a Rato. Y quien no quiera pagar la Comisión Legal, que se vaya a la banca online. Eso es.
Alternativa para disidentes/as que no se aguanten al panorama filosófico, la única: sal a la calle, organízate, y demuestra que no les necesitamos. No lo digo yo: lo dijo Chomsky, y lo rescato por lo del argumento de autoridad. Y añado meditabundo por mi cuenta, que votar, no sirve pa ná.
Y ahí vamos, filosofía en el aire, Acratosaurio Rex desde la Brecha Digital, dirigiendo la Transición al Paraíso. Lema gubernativo del 2020: que a quien no tiene de ná, le farte de tó. Notición del mes: ¡Dios ha muerto, y resulta que era argentino! Ahí lo dejo.
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