Me he animado a perder el tiempo escribiendo algo sobre El Libertario de Venezuela, porque constato que los medios libertarios peninsulares, de cuando en cuando publican artículos poniéndolo a parir, y eso me llama la atención. Cada vez que he visto algo al respecto, me ha dado por leer algún número suelto, (disponibles en internet), y no me ha parecido para tanta mala leche, la verdad. En realidad, los artículos de El Libertario venezolano me recuerdan bastante a los del difunto CNT. Y como ni me va ni me viene, he pasado a otra cosa mariposa.
Lo que ocurre es que el último de los artículos (1) al respecto, poniendo a parir a los mencionados, lo he visto en dos páginas libertarias peninsulares a las que les tengo aprecio, y creo que por cariño merecen una respuesta. Ese artículo («El Libertario, arma falaz de la contrarrevolución en Venezuela») lo voy a llamar en adelante «arma falaz». Se trata de un artículo que hace una persona, que ha tenido los santos cojones de leerse los más de 1200 textos de El Libertario, para demostrar lo siguiente: que El Libertario critica muchísimo al gobierno bolivariano, y poquísimo a su oposición y, por lo tanto –concluye– favorece con su silencio a la derecha venezolana y se ubica en ámbitos políticos, en la derecha.
Esta tesis, yo no la comparto. Un buen periodismo lo que tiene que hacer es dar una información veraz. Hay que ver si lo que se dice en el artículo es cierto o mentira, no si critica a diestro y siniestro. No se exige a ningún medio informativo madurista, bolivariano o de izquierdas, que si realiza una crítica a la oposición, la lleve a cabo de la misma forma con el Gobierno o con sus partidarios. No se le exige a un medio de izquierdas, que si defiende al Gobierno de izquierdas, sea imparcial y defienda también a la oposición de derechas si hace algo «bien». Lo que sí creo es que hay que intentar decir la verdad, o al menos lo que uno piensa que es verdad, de manera razonada, mostrando cómo ha llegado a esas conclusiones. ¿Cómo puedo saber si ese artículo es veraz?
Para comprobar si es verdad lo que dice ese artículo de «arma falaz» en torno a las críticas al gobierno bolivariano, yo ni de coña me voy a leer los mil doscientos y pico de artículos de El Libertario (a pesar de que hablo a la perfección el idioma venezolano y he visto en la tele el culebrón colombiano de Doña Bárbara). Pero sí que puedo mirar los artículos que ese hombre dice que son repugnantes. Cojo lo peor, lo leo, y a ver qué tal, y así decido. A ver si es verdad lo que él interpreta, y lo que dice el artículo. He pensado centrarme en el número 47, por afirmar que es «emblemático y repugnante».
Como El Libertario puede descargarse de forma gratuita, dejo los enlaces y que cada cual valore (2). El autor de «arma falaz» para documentar que El Libertario apoya a la derecha, dice lo siguiente (repugnante número 47), hablando de los Consejos Comunales de Venezuela (3). Atentos: dice el autor de «arma falaz» que desde El Libertario: «jamás han escrito algo sobre las oligarquías de esos países (de derechas); por el contrario, les lanzan piropos. Caso emblemático (repugnante) es el ejemplar #47 donde tras el disfraz de la ironía se habla bien de Álvaro Uribe Vélez y sus Consejos Comunales, pero en el mismo artículo nunca se dice nada malo sobre este personaje nefasto de la política en América Latina».
El artículo «repugnante» que menciona en el número 47 del año 2010, se encuentra en la página 2 y va firmado por Rafael Uzcategui (4). Léanlo por favor. Según interpreto, ese artículo muestra las limitaciones que impone la ley a los Consejos Comunales, y expone que la eficacia de los consejos y de cualquier organización civil dependen «de la fortaleza y madurez del tejido social en el que se inscriben», y afirma que deben ser los movimientos sociales los que deben llevar a cabo la transformación social con su propia agenda, y no un gobierno por bienintencionado que se muestre.
Además plantea el tal Uzcategui, que en la Colombia de Uribe (el antiguo presidente colombiano, un espanto) también está desarrollando sus propios Consejos Comunales con parecida terminología, en época electoral, y que «Los Consejos Comunales (en Venezuela) es una oportunidad para la participación, sí. Que transfieran algunas responsabilidades estatales a los ciudadanos, también. Pero que sea “la última Coca-cola del desierto revolucionario”, como brama la publicidad chavista, eso está por verse. Porque una de dos: o son una herramienta para relegitimar las instituciones o Alvaro Uribe ya tiene un lugar en el panteón del “socialismo del siglo XXI”»
Ese es el piropo que en «arma falaz» se afirma que El Libertario lanza a Uribe. De una ironía se saca en conclusión, que se está apoyando a Uribe.
De ese mismo número dice el autor de «arma falaz», que se habla bien de Capriles (año 2010) en estos términos: «Es en este mismo ejemplar (47) donde hasta parece verse con buenos ojos a Enrique Capriles Radonsky, del partido de derecha Primero Justicia, y donde se le exime del paredón lingüístico que emplea El Libertario para los políticos del gobierno».
El artículo donde parece verse con buenos ojos a Capriles, en ese tiempo alcalde, pueden encontrarlo en la página 4, con el título de «chuao: vecinos contra la impostura 2.0» (5). Va firmado por un tal Pepe el Toro. Léanlo por favor. En dicho artículo se describe que «El 2 de mayo pasado, un grupo de vecin@s de Chuao en Caracas colocó pancartas para mostrar su inconformidad con el Proyecto de Ordenanza del Plan Especial para Chuao y Areas Aledañas. Momentos después personal de la Alcaldía de Baruta, con diligencia inaudita, las retiraban, argumentando que en el sector “no había permisos para pancartas comerciales”, violentando el derecho a la participación ciudadana y la libre expresión de las ideas. El suceso, es parte de una cadena de acontecimientos (como informáramos en El Libertario anterior), del enfrentamiento de Primero Justicia contra l@s vecin@s, que en su retórica televisada se jactan de defender».
Es decir, que el partido de derechas, Primero Justicia, es el que está siendo criticado. Más adelante se explican las objeciones de los vecinos, la cronología de hechos, y la respuesta de la alcaldía de derechas: «…por lo que la Alcaldía decidió responder con una agresiva campaña en medios calificando a los vecinos de “obtusos”».
Los vecinos siguen haciendo reuniones y se reúnen con el alcalde derechista, que precisamente es Capriles, el cual se dedica a marearles, a reunirles, a convencerles, a aburrirles, hasta que empieza a realizar reuniones selectivas: «denotando su falta de voluntad para oír realmente las objeciones de los vecinos al proyecto… Los vecinos no cesan en su empeño de lograr que se inicie un nuevo plan con la participación real y efectiva de la ciudadanía. El mismo malpensante del artículo anterior, que aún pide mantener su anonimato, no deja de recordarnos durante la elaboración de esta nota que la premura de recursos adicionales por parte de los muchachos del partido amarillo tiene que ver con el año electoral».
¿Alguien puede explicarme de dónde se puede sacar la idea de que en ese artículo de ese número «repugnante», se habla bien de Capriles y de Primero Justicia?
Más adelante el autor de «arma falaz» afirma que «Para (El Libertario de Venezuela) las “guarimbas” son una auténtica forma de manifestación popular (ejemplar #50) porque parece que asfixiar, aturdir, amedrentar e impedir el tránsito a los vecinos afecta sólo al gobierno, o saquear, quemar vivas a las personas, decapitar motorizados con guallas en las calles, incendiar transporte público con personas adentro, atiborrarse hasta los cojones con droga para tomar valor, o pagarle a los jóvenes y hasta a los niños para que salgan a “guarimbear” es una forma apropiada y auténtica de protestar. El Libertario incluso compara las guarimbas con las protestas universitarias de los años 80 y 90’s en Venezuela en las que se cerraban algunos accesos a la Universidad Central de Venezuela».
Y esto sí que me dejó estupefacto. ¿El Libertario de Venezuela aplaude que se queme vivas a las personas? El número 50 del año 2007 puede leerse en el enlace de la cita (6) y se llama «Uh, ah, el Estado policial», firmado por un tal Leonardo Montes. En esa columna el autor pone de manifiesto las medidas que ha tomado el Ministro del Interior para prevenir actos violentos en las manifestaciones y defender el Estado contra cortes de tráfico, barricadas, quema de neumáticos, rotura de propiedades, empleo armas incendiarias y de otros tipos. Sigue el artículo mencionando la actuación de la fiscalía, los artículos aplicados del Código penal, las declaraciones del ministro, afirmando que los estudiantes de universidades privadas protestaban por el desarrollo de las universidades públicas… Para acabar señalando que se estaban creando cuerpos paraestatales y parapoliciales para enfrentarse a las «guarimbas», actividad inconstitucional, y que ello podía llevar a potenciales violaciones de derechos humanos.
Y de ahí, de un artículo del año 2007 que firma una persona concreta, saca el autor de «arma falaz», que El Libertario aprueba que guarimbas de manifestantes drogados decapiten a un motorista.
Llegado a este punto, yo ya es que no sigo haciendo comprobaciones. ¿Para qué? El tío se ha pasado un año leyendo la colección de El Libertario para alimentar sus propios prejuicios. La conclusión que saco del autor de «arma falaz», es que tiene una portentosa imaginación para interpretar artículos que dicen una cosa, en sentido opuesto. Y pienso que las páginas que quieran dar pábulo a sus devaneos, si desean hacer buen periodismo, lo menos que pueden llevar a cabo, es constatar la veracidad de cuanto expone esa persona.
Por supuesto, cada cual puede tener las simpatías que le parezcan oportunas. A mí por ejemplo, el Presidente Maduro me parece un tipo muy pintoresco y divertido, sobre todo porque está muy muy lejos de mi vera y le dice cosas a los gringos. Me recuerda mucho al coronel Gadafi, el cual me era muy simpático por lo mismo: lo lejos que estaba. Lo digo por si alguien está pensando en gritar ¡muera Maduro, abajo el Estado, no votes bla bla bla! y todo ese cúmulo de consignas. Amigos y amigas: Me la pelan las consignas. En eso soy equitativo: las consignas que me gustan, son las que yo lanzo. Las de los demás, me resultan antiestéticas.
Entiendo también, que si en Venezuela hay anarquistas, libertarios, socialistas, cristianos, comunistas, socialdemócratas, trotskistas o ancianas con ametralladoras, que quieren apoyar a Maduro, al Proceso, a la Constituyente, o a la Guardia Nacional, están en su derecho: no les voy a querer menos por ello. Y si dicen que la situación que padece Venezuela es debida a la crisis del petróleo, a los saboteadores, a los americanos, a los traidores, etc., y que los muertos en las manifestaciones se producen porque se matan entre ellos, pues bueno. Tendrán sus motivos e informaciones para decir esas cosas.
Lo que ocurre es que pienso que el mismo derecho tienen los de El Libertario, para llevar a cabo críticas al Gobierno Socialista que les ha tocado la fortuna de tener, y que es responsable de la seguridad, vida, salud, libertad, cárceles, alimentación, etc., de los venezolanos. Es su punto de vista, y tienen derecho a exponerlo… Hay una cosa que para mí está clara: si la izquierda no critica a la izquierda, es la derecha la que se hace con la bandera de la protesta de los movimientos sociales.
Dicho esto, quisiera terminar –de momento– con la recomendación siguiente: que lean la declaración de principios de El Libertario. Puede que esos notas sean cuatro mataos, puede que no valgan un duro, que sean una pandilla que no hace ni el huevo…, pero al menos que se sepa qué es lo que quieren, qué es lo que dicen realmente. Lo pueden leer, antes de juzgarles, condenarles y tirar la llave, en su «Propuesta» (7). Un juez de primera instancia, al menos hace como que escucha al reo.
También les recomiendo que sepan algo de ellos, que miren su trayectoria, bebiendo de ellos mismos. Un tal Nelson Méndez hace un artículo cortito que está bien (8).
Y acabo con esta idea que es de cajón: si yo dedico mi vida a criticar la pederastia de los curas católicos, NO estoy apoyando a los protestantes. Para apoyar a la derecha, hay que decir que la derecha es muy buena y que se quiere que gobierne. Criticar a la izquierda NO es apoyar a la derecha. Es un ejercicio, que debería ser muy saludable para todo el mundo. Desgraciadamente criticar a la izquierda real, a la izquierda que gobierna, suele tener malas consecuencias para los izquierdistas críticos, al menos desde los tiempos en que en Kronstadt se decía de los socialistas y anarquistas, que eran zaristas pagados con oro finlandés que merecían ser cazados como patos.
NOTAS
(1) El Libertario, arma falaz de la contrarrevolución en Venezuela. https://www.regeneracionlibertaria.org/el-libertario-arma-falaz-de-la-contrainformacion-en-venezuela
(2) Se puede acceder a los números de El Libertario desde la página que enlazo. En ella se busca el número del ejemplar, se abre otra página y abajo a la derecha está el enlace para descarga. http://www.nodo50.org/ellibertario/archivoliber.html
(3) Los Consejos Comunales en Venezuela, son (por resumir) órganos de participación vecinal institucionales, regulados por Ley. En el ámbito de la izquierda se denomina «comunas» a la agrupación de varios consejos comunales.
(4) Consejos Comunales, Autonomía y Movimientos sociales. Ver en página 2. http://www.nodo50.org/ellibertario/PDF/libertario_47.pdf
(5) Ver en página 4 del número referido 47 en http://www.nodo50.org/ellibertario/PDF/libertario_47.pdf
(6) Página 3 de http://www.nodo50.org/ellibertario/PDF/libertario_50.pdf
(7) http://periodicoellibertario.blogspot.com.es/p/la-propuesta-libertaria-para-venezuela.html
(8) http://periodicoellibertario.blogspot.com.es/2017/09/el-libertario-1995-2002-primeros-anos.html