El pasado domingo 19 de junio, la policía federal mexicana disparaba con balas reales contra los manifestantes que estaban bloqueando la autopista cerca del pueblo de Nochixtlán, en el Estado de Oaxaca. Esta represión estatal sumamente violenta ha dejado numerosos heridos y una decena de víctimas mortales.
Este retén había sido instalado por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), estudiantes y padres, pertenecientes muchos de ellos a los pueblos originarios. Desde hace varios meses, en especial en los Estados de Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán, el movimiento de gran magnitud en contra de la “Reforma Educativa” que pretende imponer el Gobierno, sufre durísimas agresiones a porrazos, gases lacrimógenos, pelotas de goma: los docentes se ven amenazados, despedidos, encarcelados. Los bloqueos de carreteras se decidieron a principios de junio tras la detención de varios dirigentes de la CNTE de la sección de Oaxaca.
Se está librando una auténtica guerra mediática contra estos insurrectos, tildados de “terroristas”, “haraganes”, “opuestos al progreso”. Dicho “progreso” de la ley “Educación y calidad” consiste en convertir la educación en mercancía entregándola al sector privado para que beneficie a los sectores de la población más favorecidos. Tal y como lo recuerda una pancarta “La reforma educativa no afecta solo a los docentes sino que también apunta a la sociedad”; muchísimas familias, especialmente en las comunidades indígenas, respaldan a los maestros y acuden a las manifestaciones.
Ya en junio de 2006, los maestros habían tomado el centro de Oaxaca, antes de ser desalojados con brutalidad. La población –padres, estudiantes, jóvenes de las barriadas, pueblos indígenas– se sumaron a ellos y organizaron la resistencia y autonomía de la ciudad: sólo en noviembre fue derrotada la Comuna de Oaxaca por una represión militar y policial de una violencia extrema.
Nuestros compañeros de la Federación Anarquista mexicana, de la Alianza Magonista Zapatista, de la Cruz Negra anarquista participan de lleno en esta lucha y nos van informando sobre la situación. En respuesta al Comunicado Nacional Indígena (CNI) y a los zapatistas del EZLN dirigido el 20 de junio “al pueblo de México y a los pueblos del mundo”, la Federación Anarquista declara su completa solidaridad con los docentes en lucha y con esta insurrección popular. Exige el fin inmediato de la represión y la excarcelación de todos los presos.
Lo que está instaurando el Estado mexicano es un auténtico “estado de sitio”, ya no el “estado de urgencia” que permite al Estado francés coartar aún más las libertades para intentar imponer una “ley laboral” con la que el empresariado sueña desde hace tiempo. En un periodo en que algunos predican la resignación y la sumisión, y otros propugnan un repliegue nacionalista y un cambio ilusorio mediante las urnas, la Federación Anarquista se reafirma más que nunca en la práctica de un internacionalismo fundado en la solidaridad concreta, en los intercambios de experiencias con todos aquellos que no ceden un ápice ante la ofensiva de los Estados al servicio del capitalismo.
Así lo recuerdan el CNI y el EZLN: “Una tormenta, además de tempestad y caos, también hace fértil la tierra de donde nace siempre un nuevo mundo”.
Federación Anarquista
Publicado en Tierra y libertad núm.336 (julio de 2016)