Ayer me preguntaba un compañero, al que le ha dado por la espiritualidad, si yo creía que para alcanzar un nivel superior, espiritual, había que pasar por penalidades o por suplicios, no recuerdo la palabra que empleó. Se refería a ayunos, meditaciones, posturas raras de yoga y esas cosas… Le respondí que «si te metiera un guantazo que te arrancase la cabeza, mejoraría tu espiritualidad?» Se puso muy molesto, no lo entiendo.
A ver, si ayunando uno se encontrase más espiritual, más santificado, teniendo en cuenta la cantidad de hambrunas que hay en el mundo, tendríamos que estar volando. En Gaza, que literalmente muere gente de hambre por el bloqueo del Estado de Israel y la inanición de «Europa», la espiritualidad tendría que ser la hostia. En cambio lo que se ve es que la gente que pasa hambre, se dedica a buscar comida. Y es que hay una gran diferencia entre ayunar, y pasar hambre. Para ayunar y ser espirituoso, hay que ser rico, o no tener que trabajar. En una hambruna, ay, el bebé muere en brazos de su madre, que no lo quiero ni pensar.
En cuanto a otros suplicios tales como meditar… Fijaos la cantidad de tiempo que hemos estado sin televisión ni internet, que la gente pasaba la vida mirando el fuego de la chimenea como distracción, sin hablar, porque nunca pasaba ná. Volviendo a Gaza, deben de estar meditando durante horas sobre el «qué comeremos y beberemos mañana». ¿No debería estar en auge allí lo espiritual?
¿Y de otros suplicios? No se me ocurren peores que lo de trabajar descargando sacos de carbón, metido en una mina, picando piedra, cuidando viejos con alzheimer…? ¿No debería ser la sufriente clase obrera de lo más etérea? O simplemente, en Gaza… Un niño gazatí, a cuarenta grados en la solana, recibiendo fuego de artillería mientras hace la cola del pan, tendría que ser super-místico.
Ostras, lo del yoga para la espiritualidad… Vamos a ver, más posturas difíciles que er Manué, que es contorsionista de circo y cabe en una maleta de aeropuerto, de esas con rueditas que pueden ir en cabina… Ya quisiera yo ver a los del yoga haciendo esas peripecias. Ná. Estar sepultado vivo, bajo un montón de de escombros, como en Gaza, en posturas difíciles, tiene que ser supertrascendente.
Lo de los suplicios para el espíritu, lo inventaría algún iluminado de esos que no necesita trabajar para vivir, y que sabe que en cualquier momento levanta la mano y le llevan el té y la tostada con mantequilla. Los iluminados son peligrosisísimos, porque todos esos tipos que predican la paz, acaban trayendo la guerra. Y nunca el hambre, la peste, la violencia y la muerte pudieron elevar la espiritualidad… Porque el espíritu, el alma, el subconsciente, o el superyo, no existen. Lo que existe es la gente que vive, sufre, ama y muere. Como en Gaza.
Ay, se acaba el camino y el burro sigue.
Acratosaurio rex
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