Anarquistas y sus aliados luchan en una ciudad en medio de una transición neoliberal. Desde el colapso de mucha de la industria local, Philadelphia ha estado experimentado un proceso de transformación por corporaciones como Comcast y la inundación de gerentes burgueses, abogados y otras corporaciones que traen con ellos. Colonización interna, desplazamiento, brutalidad policial y un salvaje concierto de la economía que inevitablemente le siguen. Estos profundizan la ya de por si obscena iniquidad racial y económica. Amazon esta amenazando en construir una nueva sede en la ciudad, un movimiento que acelerara e intensificara fuerzas de desplazamiento y dominación.
Los anarquistas juegan un rol importante en la organización de Philadelphia. Ofrecen un conjunto de ideas y experiencias para construir poder mas allá del Estado y el Capital -especialmente importante cuando el capitalismo incrementa su confianza en un autoritario, fascista estado de supervivencia. Y provén uno de los mas importantes espacios -el Wooden Shoe, A-Space, etc.- para que grupos de extrema izquierda puedan reunirse, tener eventos y difundir la cultura revolucionaria.
Pero, ¿que posibilidades y obstáculos existen para construir el poder autónomo?. Para responder a esta pregunta, se coloca las luchas de extrema izquierda en Philadelphia contra el fondo de su contexto material: La crisis desarrollada por el capitalismo neoliberal en el desarrollo local, nacional e internacional. El punto no da respuestas sencillas -no las hay- pero para ayudar a trazar algunas de las tareas potenciales por delante. La pregunta es: ¿qué se necesita para hacer una revolución aquí? Este artículo es una serie del Departamento de Educación Radical (RED) (por sus siglas en ingles), explorando las posibilidades para construir un movimiento de masas revolucionario hoy en día. Emerge de los esfuerzos del RED, junto con muchos otros para construir poder revolucionario en Philadelphia.
En su búsqueda ciega de ganancias y crecimiento, las empresas automatizan los empleos y suprimen los salarios para maximizar las ganancias. Por lo tanto, crean una clase trabajadora con una capacidad limitada para comprar su exceso de bienes. Y a través de la automatización, los capitalistas atacan la fuente misma de su conflicto, el trabajo explotado por la ganancia. Enfrentando esta realidad, las firmas financieras vuelcan las inversiones en transacciones extremadamente volátiles. Impulsan a las clases trabajadoras y de clase media baja a una deuda insostenible para comprar productos básicos.
Mientras tanto, los patrones continúan automatizando los empleos e intensifican los ataques contra los trabajadores, todo para escapar del estancamiento. Los dirigentes conducen así el ciclo de estancamiento y crisis del que intentan escapar. No es de sorprender que las tasas de crecimiento y ganancias hayan disminuido a largo plazo durante décadas. Otra crisis económica está por venir. Y con esto viene otra oportunidad para una revolución masiva y revolucionaria.
Un estado fascista está emergiendo en Estados Unidos, y mucho más, para enfrentar esa crisis. Trump es un títere de la clase dominante. Utiliza la supremacía blanca y el patriarcado para seducir a los blancos de la clase trabajadora y de la clase media baja, ordenándolos detrás de la clase dominante que los domina. El objetivo del fascismo es dividir a los dominados, enfrentarlos entre sí, para salvar al capitalismo de sí mismo. Pero cuanto más claramente el estado fascista ataca a inmigrantes, personas de color, mujeres y trabajadores, más provoca una revuelta. Bajo el régimen fascista emergente, la extrema izquierda está creciendo y conectándose de forma masiva. Y el fascismo no erradica las contradicciones básicas del capitalismo. Las tasas de ganancia caen; el crecimiento no puede ser sostenido; el capital financiero se la juega imprudentemente. Los anarquistas, y la extrema izquierda en general, enfrentan una oportunidad histórica para construir una lucha de masas.
¿Cómo pueden los anarquistas ayudar en construir la autonomía revolucionaria en Philadelphia?
Ayudar a construir un poder autónomo en la ciudad significa ayudar a construir un poder radicalmente interseccional. Desarrollar ese tipo de poder requiere herramientas para conectar las capas revolucionarias de los grupos dominados que hacen funcionar la ciudad: trabajadores precarios, estudiantes, miembros de la comunidad desplazados por la gentrificación y explotados por los arrendatarios, los encarcelados … Una estrategia revolucionaria combinada también nos permite salir de nuestros silos activistas, conectarnos entre nosotros para compartir la experiencia crucial, las ideas y las prácticas que nuestros grupos llevan tiempo desarrollando en la lucha.
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