Nota previa: Hemos tenido un intercambio de mails con compas del sur del continente que nos hicieron llegar su preocupación por lo que ell@s sienten como cierta condescendencia y parcialidad en lo que difunde El Libertario respecto a la oposicion de derecha en Venezuela, mientras que se insiste en atacar con fuerza al gobierno de izquierda. Puesto que consideramos que ese intercambio puede aclarar bastante a otras personas nuestra posición en el tema decidimos hacerlo público, de modo que van a continuación, en primer termino, lo que explicamos al contestar a l@s compas, y luego está su mensaje inicial. Hemos agregado al final una contra-réplica que nos llega desde Uruguay cuando nos disponiamos a colocar este post.
Esta es nuestra réplica a l@s compas de la Banda Oriental:
Despues de leer el mail, entendemos que el destinatario del mismo -al menos principal o único- no debió de ser la redacción de El Libertario sino la ONG Provea, sobre cuyo reciente documento está centrado el mensaje. Aunque uno de nuestros integrantes trabaja para dicha ONG no estamos de ningún modo asociados institucionalmente ni dependemos de la misma, así que sugerimos dirigirles el mensaje directamente a ellos.
Aclarado lo anterior, queremos referirnos a la alusión que se hace en el mail a El Libertario y a lo que publicamos en el blog. Textualmente se afirma lo siguiente: «Lamentablemente una vez más sentimos que por alguna razón hay un exceso de parcialidad, en el sentido de que son remarcados los autoritarismos y desmanes del gobierno y las fuerzas represivas del Estado, pero al momento de hablar de la derecha, se elige usar comillas o simplemente hablar de oposición, permitiendo que tal eufemismo pueda confundir quizá a lectores extranjeros. Lo mismo hemos sentido varios compañeros con respecto a mucho de lo publicado por El Libertario y sabemos que más de uno intentó hacerles llegar dicha preocupación.»
Al respecto, vale pedirles que especifiquen mejor esta alusión génerica, pues de lo que se difunde en nuestro blog solo cabe atribuirse responsabilidad directa y evidente al Colectivo Editor por lo que aparece bajo las rúbricas de «Redacción» o «El Libertario», y le pedimos a quien afirme lo contrario que indique cuándo en algún documento nuestro se ha evidenciado parcialidad en favor de la oposición estatista (que además de la derecha, incluye a la socialdemocracia). Debemos puntualizar que también publicamos otras opiniones y notas que creemos son de interés para nuestros lectores, pero no necesariamente emitidas por voces anarquistas o identificadas con nuestro Colectivo, pero siempre se indica claramente la autoría, así que no cabe atribuirnos lo que alguien pudiese deducir de esos textos, así que también nos gustaría que se indicase en cuál o cuales de esos textos ajenos que hemos difundido se hace esa defensa o apología a la derecha opositora que se sugiere está implicita en lo que publica El Libertario.
Enfocando el tema desde otra ángulo, vale decir que si entendemos por derecha en Latinoamérica la posición política que defiende y fomenta un capitalismo en extremo opresivo, que al gobernar práctica las mas descaradas formas de autoritarismo represivo, que exhibe su apego al militarismo, que busca con desesperación estrechar vínculos y conceder todos los privilegios al capital transnacional, que saquea impunemente las arcas oficiales mientras restringe al máximo los recursos para cubrir necesidades colectivas, que justifica y practica el saqueo extractivista al medio ambiente, que continúa el genocidio mas o menos disimulado a los pueblos indígenas, que sigue dando soporte a la opresión patriarcal, y una larga lista de rasgos similares, entonces en Venezuela podemos decir que hay una derecha en la oposición y otra en el gobierno. Esta derecha oficial es perfecta y claramente reconocible por sus actos y hechos -abundantemente descritos en lo que divulga El Libertario– los cuales en términos concretos son los que están golpeando con dureza a la población venezolana, así que la denuncia a esa derecha gobernante -que intenta disfrazar su accionar con palabreria y rituales de izquierda- tiene que ser obviamente nuestra tarea central en este blog.
El anarquismo tiene como una característica central oponerse frontalmente a toda opresión, desigualdad y explotación venga de donde venga, sea del Capital o del Estado, así que siendo consecuente con ello en Venezuela nos oponemos resueltamente al que en acá es, con mucho, el principal agente de esos males, en una proporción que entendemos es mas marcada que en cualquier otro lugar del continente (excepto Cuba). Sabemos que entender eso puede resultar complicado o difícil para quien no ha vivido tal realidad y tiende a dar credibilidad al lenguaje y la falaz práctica demagógica de «izquierda» que exhibe el gobierno venezolano (que al mismo tiempo es el principal respaldo de una flamante burguesía bolivariana o boliburguesía y hace los acuerdos más entreguistas con el capital transnacional). Puede ser muy dífícil o incómodo para quien se ha acostumbrado a denunciar como patrimonio de la derecha las repugnantes prácticas del autoritarismo estatal en América Latina, pero eso para los anarquistas no debe ser obstáculo para hacerlo si quien las ejerce es un gobierno que se autocalifica de izquierda y socialista.
En ese sentido, lo que se está viviendo en Uruguay con el gobierno del Frente Amplio les debe dar alguna referencia, aunque añadiéndole un extremado militarismo como principal soporte de un régimen que hace rato perdió el significativo respaldo de base que en algún momento tuvo, y unas descomunales corrupción e incapacidad que han dilapidado recursos en una escala que no dudamos en afirmar no tiene paralelos en América Latina.
Agradecemos habernos escrito para hacer sus planteamientos y confíamos haber respondido apropiadamente a los mismos.
Redacción
Aqui va el mail original que recibimos:
<<Hemos leído el documento de PROVEA «Reflexiones sobre la rebelión popular de abril de 2017» y dado que algunos de vuestros integrantes están vinculados a PROVEA queríamos compartir algunas reflexiones y sentires que dicho documento nos despierta.
Lamentablemente una vez más sentimos que por alguna razón hay un exceso de parcialidad, en el sentido de que son remarcados los autoritarismos y desmanes del gobierno y las fuerzas represivas del Estado, pero al momento de hablar de la derecha, se elige usar comillas o simplemente hablar de oposición, permitiendo que tal eufemismo pueda confundir quizá a lectores extranjeros. Lo mismo hemos sentido varios compañeros con respecto a mucho de lo publicado por El Libertario y sabemos que más de uno intentó hacerles llegar dicha preocupación.
Somos concientes que es lógico ser subjetivo. Entendemos que es esperable que el gobierno sea señalado con mayor furia que la derecha, pues es el gobierno quien detenta casi todo el poder estatal. Pero no podemos negar que los intereses de la derecha no son mejores que los del gobierno y que a su vez detentan de manera compartida el poder ecónomico. Al silenciarlo estamos siendo como mínimo cómplices de su miseria. La derecha intentó utilizar de carne de cañón al pueblo. En cierto modo, como dice el documento, el pueblo rebasó su control, pero la oposición de derecha es tan opresora como el madurismo, y eso no puede quedar soslayado. Es necesario hacerse cargo. Es la única forma de superar el autoritarismo. Denunciarlo y enfrentarlo. Venga de donde venga.
Con todo esto no queremos decir que estamos de acuerdo con quienes criticaban a quienes participaron en las protestas de abril a julio, pues entendían que dichas movilizaciones fortalecían a la derecha. Sentimos que la rabia popular trasciende a la derecha, pero no podemos ignorar su papel y sus intenciones.
Como último punto, no compartimos la idea de que las ONG puedan cumplir un rol de militancia. Quizá en Venezuela sea diferente, pero en la mayoría de latienoamérika las ONG son empresas que reciben financiación para que sus empleados puedan trabajar en pos de un determinado proyecto. Este financiamiento no es nunca neutral, y esos proyectos quedan siempre supeditados a la necesidad de mantener el financiamiento. Por tanto, entendemos que un militante social puede trabajar dentro de una ONG e intentar hacer algo positivo dentro de su trabajo, como también lo puede hacer el militante empleado de una empresa estatal o un restaurant de comida rápida. Pero dadas las características del mundo laboral nadie puede sustituir su militancia social por su rol como trabajador, menos que menos si la persona tiene un anhelo de socialismo antiautoritario (aunque la palabra socialismo esté manchada, acá nos referimos a la palabra en su sentido original).
La primavera de las ONG fue impulsada por las fuerzas del orden capitalista, justamente para frenar la rabia y los impulsos de transformación social que habían en latinoamérica a fines de los 90, y como manera de acompañar dicho freno nos pusieron el colchón de contención que fue la oleada de gobiernos progresistas o de izquierda. Fue así como se instauró una nueva generación que intenta llevar adelante sus sinceros impulsos de cambio mediante su actividad dentro de ONG o similares empresas estatales o privadas que prometen al empleado desempeñar un trabajo de transformación social. Lamentablemente gran parte de esta generación desconoce o rechaza la militancia, pues se han acostumbrado a cobrar un sueldo por su actividad y muchos se olvidan que sus financiadores son los patrones que dirigen su «militancia» de ONG.>>
Saludos desde Uruguay.
P.S = Cuando nos disponíamos a publicar los anteriores mails, llegó la siguiente contra-replica de l@s compas:
<<Compas, en un principio el texto estaba destinado a PROVEA, pero luego pareció más interesante hacerlo llegar a uds, pues lo quisimos hacer con intención fraterna y de autocrítica dentro del movimiento anarquista.
En Uruguay, sobretodo en el primer gobierno del Frente Amplio, sufrimos una dificultad enorme a la hora de generar cualquier tipo de resistencia, pues todo el tiempo eramos acusados de hacerle el juego a la derecha. Por lo que nos hacemos una idea de lo difícil que debe ser para uds, entendiendo que en su caso se vuelve aún más complejo.
Por las dudas cabe aclarar que no consideramos al anarquismo como parte de la izquierda, pero tampoco de derecha. Eso sí, entendemos que los gobiernos de Venezuela, Uruguay (y Argentina y Brasil en su momento), eran claros ejemplos de los gobiernos de izquierda. Gobiernos que profundizaron las políticas extractivistas y generaron una militarización de la sociedad que ningún gobierno de derecha había logrado (a excepción quizá de las dictaduras de los 70).
En cuanto al sentir de esa supuesta parcialidad, queremos aclarar que quizá sea eso: un sentir, una sensación creada a lo largo de los años de leer el periódico en papel o ahora en lo digital. Como anarquistas nunca nos preocupó pues teníamos claro que no queremos gobiernos ni de izquierdas ni de derechas. Pero al producirse la «crisis» del 2017, y dada la resonancia que tuvo a nivel internacional, nos pasó que quisimos compartir material de El Libertario con personas que recién se estaban desayunando lo que significaba la supuesta revolución bolivariana, y ahí empezamos a sentir que había como un cierto cuidado o silencio (no sé cómo llamarlo) a la hora de criticar a la oposición, lo cual hacía que aquellas personas que recién empezaban a derribar su idealización del proceso de Venezuela sintieran como un cierto recelo… se les generaba una resistencia inconsciente a creer las atrocidades cometidas por los bolivarianos porque no veían en El Libertario casi críticas a las atrocidades cometidas por la derecha. Como ya les decíamos antes, en estas tierras nos pasó lo mismo con aquellos que se fueron desencantando del Frente, por lo que tuvimos que tener un cuidado especial para que las personas desencantadas no sintieran que los atacabamos a ellas sino a los líderes del gobierno que a fín de cuenta estaba traicionando las espectativas del pueblo que había depositado sus esperanzas de cambio en el Frente Amplio.
Hoy personalmente no puedo hacer un estudio para ver si los artículos que nos generaron esa sensación de falta de ataque a la derecha, los escribió El Libertario o fueron colaboraciones. Pero les agradezco el tiempo que nos brindaron al leernos y contestar.
Por último decirles nuevamente que acá hay varios compañerxs dispuestos a continuar apoyandoles en la medida de nuestras fuerzas.
Anárkikos saludos fraternos.>>