Una de esas frases profundas, que se dicen de cuando en cuando, es esa que afirma que si no apoyas una causa justa, estás apoyando la injusticia. Puede afirmarlo Desmond Tutu, el Dalai Lama, Luther King, el Papa Francisco, Lady Di… Gente así suavizan la consabida consigna: «o conmigo o contra mí». En política se suele ser más bestia: si eres de a derechas, todo lo que se te oponga es ETA. Y si eres de a izquierdas, todo lo que te contraríe es fascismo. En ambos casos, se suele acabar hablando de nazis.
Bueno, yo ese problema lo veo así. Si tú estás en una movida, y la gente no te hace caso, lo que sucede es una mezcla de estas dos cosas: a) que una fuerza superior les acojona; b) que TÚ no eres convincente. Tu trabajo es llevarte el gato al agua, persuadir, convencer, emplear tus fuerzas sabiamente. Si te encuentras en inferioridad de condiciones, no puedes echarle la culpa a los demás de tu debilidad. En lugar de hacer reproches a quien no te secunda, hazte fuerte. O bebe vino, que mejora el humor.
¿Y si estás tan tranquilo y te lo dicen a ti? Básicamente, lo que te está reprochando el que te señala como cómplice nazi por comer butifarra, o como etarra porque votaste al PNV, es que opines como él. Lo cual suele ser problemático. Por ejemplo: Primero te sugiere algo amplio y simpático. Como, tal vez…, ¡Cataluña Independiente! Ajá, estoy de acuerdo. Voto por eso. Pero cuando se concreta eso de la independencia, en que hay que investir, la hostia, a Puigdemont, candidato de derechas, porque ganó las elecciones y esa es la voluntad del pueblo, es que te tienes que reír, porque ganar, lo que se dice ganar…, no las ganó. Y la voluntad del pueblo –depende de quien la reclame–, parece ser una u otra. Por supuesto, yo soy partidario de que Puigdemont sea presidente, pero no porque no sé qué de la libertad. Quiero que lo hagan presidente, porque me parece algo graciosísimo eso de que la última socialdemocracia cabal del país, la CUP, para llegar al socialismo, tenga que pasar por darle la presidencia a la derecha. Al menos en China, la izquierda para llegar al capitalismo, joder, puso al partido comunista…
Que me voy por las ramas. En fin, que cuando pienses que en medio de la contienda, vas a una concentración de cuatro personas, y hay gente que te mira y no se moja, antes de pensar que esos absentistas son tus enemigos, busca la manera –si te mola– de hacerlos aliados. Porque si no, el resultado no es «conmigo o contra mí», si no «sin ti y contra ti», o más bien en, «ni contigo ni sin ti», o «sintigo y menos con ti». Porque a esos que quieres arrastrar, como la zorra llegar a las uvas… Lo mismo ni a palos se les convence.
Propuesta para mantener el sistema de pensiones: no más nacimientos. Robots.
Más allá de la búsqueda de acuerdo para no qedarse solo, lo fundamental es estar convencido de que tal acuerdo puede servir para alcanzar lo que uno quiere. Y en el caso actual, en Catalunya, no se puede estar de acuerdo ni con la CUP ni con los CDR si lo que se quiere es avanzar hacia el socialismo con libertad. Salvo que ese socialismo sea el de los chinos, como lo recuerda oportunamente acrato..