«Seguir enviando armas a Ucrania es prolongar una guerra sin sentido». La frase la emite un actor del mundo mundial, de los que generan opinión. Efectivamente: la Federación Rusa presume de que está enviando al frente miles de tanques recién fabricados, artillería de precisión, drones suicidas, misiles balísticos, helicópteros de combate, la flota del Mar Negro… Una ingente cantidad de armamento, así como nuevas levas de soldados recién entrenados, presidiarios a los que se les pone a cavar trincheras, mercenarios de contrato, cientos de miles de soldados moviéndose hacia el frente de Ucrania y cantantes para animar a las tropas… No cabe duda de que la destrucción de infraestructuras civiles en Ucrania, depósitos de agua, depuradoras, red eléctrica, gas, refinerías, escuelas, carreteras, puentes, ferrocarriles, guarderías, hospitales, teatros y todo los que pueda usarse para la guerra (es decir, todo), prolongará esta guerra que dura ya casi un año. Será la Guerra Interminable, a medida que la Federación Rusa insista en sus propósitos mandando armamento a mansalva al frente de Ucrania.
Lo menciono porque también el envío de tanques alemanes a Ucrania, los Leopards esos, o los Abrahams, prolongarán la guerra sin sentido. Y es que si la guerra no tiene sentido, la prolongación la emiten todos los actores: el Gobierno de Ucrania, el de la Unión Europea, los de Gran Bretaña y EE.UU., el de la Federación Rusa y resto de sus aliados.
Por supuesto que estoy en contra de que se mande armamento a Ucrania, pero por distintos motivos de los opinantes, que quieren que no se manden tanques a Ucrania… Omitiendo que esperan que Ucrania se rinda.
Yo no opino así. Nadie sabe qué pasará si Ucrania capitula. Lo mismo se convierte en otro conflicto eterno, como el Palestino. Lo mismo se empoderan. O cogen resiliencia de esa. Vete a saber.
Lo que yo planteo es otra cosa: para mí el que se mande un tanque a donde sea, un chisme que pesa toneladas, cargado de combustible, y con material explosivo suficiente para reventar a Godzilla, es una locura como la copa de un pino. Meterse en un chisme de esos que cuesta una millonada, expuesto a que te reviente un misil… Hay que estar como una reverenda cabra. Fabricar uno… Hay que tener muy mala leche. Dedicar el poco dinero que tenemos a adquirir esos cacharros que no sirven para ir a pasear a la playa, es demencial.
Por supuesto: la guerra no tiene sentido. La solución inmediata está más que clara: que se rindan todos los gobiernos beligerantes. Todos los gobernantes, todos los burócratas, todos los oligarcas que han embarcado el mundo en esa «guerra sin sentido», sencillamente, que se rindan. Sin amenazas de ningún tipo. Dejad las armas antes de que llegue lo peor.
Y deberían planteárselo todos cuantos aspiran a gobernar, haciendo listas, planeando estrategias y soltando disparates electorales: ¡Rendíos! porque el día que gobernéis, de inmediato os propondréis comprar unos cuantos tanques, aviones y barcos para modernizar el armamento obsoleto, y a soltar delirios por twitter. Que al fin y al cabo, el negocio de la muerte siempre hace Patria, y disolver todos esos monstruosos Estados, tal vez aliviase el problema.