Vade Retro autoayuda

¿Cómo es posible que con acceso a la educación superior, alguien quiera creerse el timo de la Autoayuda? O sea, cójase a alguien con titulación e ínfulas de clase media –que esté de los nervios–, y dígasele que leyendo una serie de libros y yendo a una serie de cursillos, mejorarán sus sensaciones… 

A mí cuando me hablaron la primera vez de la autoayuda y del crecimiento personal, me llamó la atención que la llamada autoayuda siempre esté dirigida por otra persona que se dedica a dar consejos de pago. Sorprendente. 

Lo del crecimiento personal… ¿Cómo puede crecer uno personalmente, cuando a partir de los 16 o 17 años aproximadamente, lo único que se hace es coger chepa? 

Lo de descubrir el «niño interior»… ¿Quién hostias es ese niño okupa? ¡Que es que lo pateo!, ¡a la calle a tomar por saco!

Y lo de conseguir una espiritualidad mayor… ¡Pero si los fantasmas no existen! ¿Tomarás más serotonina para que se te revienten los sesos?

Ay, qué enorme montaña de estiércol tienen que tragar los titulados. Porque, vamos a ver, mis amigas de clase obrera no tienen más remedio que ir a Salud Mental a que les den pastillas… Un inciso: tengo a esto que decir que el 99% de mis conocidas son mujeres, por eso hablo de ellas. Yo los tíos no sé cómo se las apañan con lo del sufrir. En los bares tomando vino, supongo. 

En fin, que esta diatriba sobre la autoayuda viene a cuenta de lo siguiente. Me presentan a Piedrasanta. Piedrasanta es una señora de unos cincuenta y pocos años. Está jubilada por discapacidad, no pregunto por qué. Mejor aspecto que yo, seguro. Licenciada en Filología Inglesa. En fin, no doy más detalles. Y estamos bebiendo cerveza y empieza a hablar. Habla habla y no para.

–Muchacha, bebe que se te calienta la cerveza.

–Bla bla bla bla…

–[Pienso] La hostia, cómo raja.

Y capta mi atención cuando me empieza a explicar que sufría mucho. Y que la culpa de su sufrimiento estaba en un pasado que la atormentaba, y en el que –por supuesto– su madre era la torturadora. Pero cuando aceptó (lo que fuera), y dejó ir el recuerdo de su madre (aún viva), sanó. Su interlocutora para el descubrimiento interior (pasmaos) fue su tía abuela (muerta) con la que hablaba… … «Ysigohaciadelante!»… 

–Eso de tu madre cuándo fue más o menos…

–Pues lo recuerdo de hace unos cuarenta o cincuenta años, prácticamente desde que tengo memoria mi madre estaba ahí…

–Es que la madre siempre está ahí, para eso es la madre…

–… Su presencia me resultaba agobiante…

–Y ese sufrimiento tuyo…, ¿no puede ser debido a otra cosa? Qué sé yo, me has dicho que estás divorciada, que tienes dos hijos… Esas cosas suelen joder bastante. No el divorcio, entiéndeme, sino el marido y los hijos… Habiendo aborto…

–No, no,  mis hijos son todo para mí… Mi familia…

–O el mismo trabajo…

–Qué va, aprobar las oposiciones de funcionaria de prisiones y empezar a trabajar, fue una liberación para mí.

Me estremezco.

–¿No se te ha ocurrido pensar que ser funcionaria de prisiones, te ha podido chingar a base de bien la sesera? Trabajo para toda la vida…

–Ja ja ja. Ya me comentaron de qué pie cojeas tú.

–Sí, sí soy la monda lironda. Has estado –por decirlo de algún modo– trabajando en una cárcel, custodiando, secuestrando y encerrando a miles de tíos que no querían estar allí. Y con mentalidad de funcionaria, seguro que has buscado escaquearte por todos los medios, o sea, tenerlos tras las rejas lo más lejos posible, interactuando con ellos al mínimo, y con compañeros de trabajo que –para que me entiendas–, quien hace unas oposiciones para funcionario de prisiones, es porque no ha sido capaz de ser otra cosa…

–Oye oye, [cara de acelga] que no hace falta insultar.

–Perdona perdona, creo que describo. Como te digo, me resulta increíble…, Piedrasanta, que una licenciada en filología inglesa, a través de un coach y de la lectura de sesenta libros, llegue a la conclusión de que es su madre quien la ha hecho sufrir…, las madres no tienen la culpa de nada. Hacen lo que pueden… Bueno, tu nombre sí lo puedes reprochar…

–¡El nombre lo eligió mi padre por la Virgen!

–Eso mismo. Ella no lo impidió… Escucha… Tú mismo eres madre… Tus hijos sufren por ello… Lo que te hace sufrir a ti, y a la Humanidad, escucha, es que la vida es un enorme montón de mierda, y que a un desastre le sobreviene otro. Una limpiadora o un peón se tienen que aguantar con lo que les toca. Si pudieran no trabajar, no trabajarían. No tienen ganas de lograr el Poder, ni el deseo narcisista de Crecer Espiritualmente. Siguen adelante hasta la siguiente cabronada… Mientras que tú y otros como tú, que no dais palo al agua, y tenéis pasta para invertir en tonterías… Seguís hasta la siguiente caca pensando que «me he autocurado». Hasta que una mañana te levantas, te miras al espejo, y se te revienta la cabeza…

Y ahí se acabó la tertulia. Y, oye, totalmente gratis el crecimiento personal aportado. Que la cuenta, al final, la pagué yo.

Acratosaurio rex
https://www.alasbarricadas.org/noticias/node/54415

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