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A nuestros amigos. Comité Invisible

Libro-A-Nuestros-Amigos-Comite-Invisible-Partido-Imaginario-Acracia-AnarquismoEn Abril del 2007 un misterioso Comité Invisible publicaba en Francia un libro de pocas páginas y de reducido tamaño, pero de denso y subversivo contenido: La insurrección que viene (1). Contra todo pronóstico, dado el tipo de publicación del que se trataba, su éxito de ventas fue arrollador, llegando a ocupar el primer puesto en el ranking de libros más vendidos de Amazon.

En el discurso de “La insurrección que viene” resonaban ecos del que había desarrollado unos años antes la revista Tiqqun con un estilo que recordaba por momentos al de la mítica Internacional Situacionista. Esa revista, nacida en 1999 y cuyo segundo (y último) numero publicado en el 2001 figura en el libro Contribuciones a la guerra en curso (2), se reclamaba de un desconocido Partido imaginario que se declaraba en “estado de guerra”, y que se proponía contribuir a propagar “la insurrección”. Como lo vamos a ver, el hecho de que Julien Coupat apareciese entre sus redactores no es anecdótico si consideramos lo sucedido tras el enorme éxito alcanzado por La insurrección que viene.

En efecto, año y medio después de que el libro del Comité Invisible viese la luz un desmesurado operativo “antiterrorista” irrumpía en el pueblecito francés de Tarnac y detenía a 9 integrantes de una pequeña comuna agraria acusándoles del sabotaje (incruento) de una línea de alta velocidad. Ante la total ausencia de pruebas “los 9 de Tarnac” fueron quedando en libertad. Ahora bien, el último en salir de la cárcel fue, precisamente, Julien Coupat, y el hecho de que la policía le atribuyese la paternidad de La insurrección que viene despierta la sospecha de que era el discurso difundido por ese libro, y las practicas que este podía suscitar, lo que de verdad les preocupaba.

 

A nuestros amigos

En Octubre del 2014 el Comité Invisible publica un nuevo libro, A nos amis (3), inmediatamente traducido a varios idiomas y que resulta, a mi entender, más denso, aún más interesante, más innovador, y aún más subversivo que el anterior. Casualidad o no, al cabo de pocos meses la fiscalía antiterrorista decide reabrir la causa instruida contra quien suponen que está detrás del Comité Invisible. Típica reacción policial, pero craso error porque resulta que el libro es un producto ampliamente colectivo, su borrador ha circulado por múltiples lugares del mundo y ha ido incorporando diversas aportaciones. El libro no surge de una persona sino de una tupida red de “amigos” que conforman un informal Partido Imaginario empeñado en no cesar de “Pensar, atacar, y construir”.

A nuestros amigos se abre sobre la constatación de que, finalmente, las insurrecciones presentidas en el 2007 han acabado por llegar, y aclara: “Desde La insurrección que viene, nos hemos dirigido allí donde la época se incendiaba. Hemos leído hemos luchado, hemos discutido con camaradas de todos los países y de todas las tendencias, hemos tropezado con ellos en los invisibles obstáculos del tiempo. Algunos de nosotros han muerto, otros han conocido la prisión. Nosotros hemos persistido. No hemos renunciado a atacar este mundo ni a construir otros. De nuestros viajes hemos vuelto con la certeza de que no vivimos unas revueltas erráticas, separadas, que se ignoran las unas a las otras… No somos contemporáneos de revueltas dispersas, sino de una única ola mundial de levantamientos que se comunican entre sí de manera imperceptible… desde Grecia hasta Chile».

Ahora bien, las insurrecciones han llegado, pero no han traído con ellas la revolución, “…por grandes que sean los desórdenes bajo el cielo, la revolución parece en todas partes asfixiarse en el estadio del motín. En el mejor de los casos, un cambio de régimen satisface por un tiempo la necesidad de cambiar el mundo, para reconducirla luego rápidamente a la misma insatisfacción». Entre las múltiples razones por las que no acontecen revoluciones, el libro señala que la gente no se apuntará a un levantamiento popular generalizado mientras este conlleve la perspectiva de sufrir penurias de todo tipo, sanitarias, alimentarias, energéticas, etc. O bien se vislumbran unas formas alternativas que sean efectivamente capaces de hacer funcionar el mundo, o la revolución seguirá careciendo de toda credibilidad, y “la perspectiva de la abolición del Estado seguirá despertando irónicas sonrisas».

Si el mundo actual se mantiene a pesar de los sacrificios que impone a la mayoría, y del rechazo que suscita, es porque dependemos “materialmente” de su funcionamiento para asegurar nuestra supervivencia. Obsesionados por una idea “política” de la revolución no nos hemos percatado que más allá de una reorganización institucional de la sociedad la revolución requiere “una nueva configuración técnica del mundo”. La revolución no será creíble mientras no nos adueñemos de los conocimientos técnicos sobre el actual funcionamiento del mundo, a fin de desmontar esos funcionamientos y sustituirlos por otros que deberemos ser capaces de hacer funcionar.

Eso significa que la posibilidad de la revolución pasa por desprendernos de la fascinación por la representación, y abandonemos la vieja idea de que el poder radica en las instancias de gobierno. Ya no tiene sentido atacar unos órganos de representación, Parlamentos u otros, que tan solo escenifican, como en un teatro, el ejercicio del poder político, porque hoy el poder ha pasado a ser logístico, ya no reside en las instituciones sino en la propia materialidad, técnicamente construida, del mundo que habitamos. En efecto, el poder se sostiene hoy en las infraestructuras que ha construido, en las redes de comunicación y de transporte. Unas redes que ponen en circulación energía, personas, objetos, agua, electricidad, información etc., son esos flujos los que hay que bloquear para atacar el poder.

En una espléndida reseña (4) del libro, Amador Fernández-Savater escribe “…el CI piensa que el gobierno no reside en el gobierno, sino que está incorporado en los objetos y las infraestucturas que organizan nuestra vida cotidiana (y de los que dependemos completamente). Toda Constitución es papel mojado, la verdadera Constitución es técnica, física, material. La escriben quienes diseñan, construyen, controlan y gestionan la infraestructura técnica de la vida, las condiciones materiales de existencia. Un poder silencioso, sin discurso, sin explicaciones, sin representantes, sin tertulias en la tele (y al cual es del todo inútil oponerle una contra hegemonía discursiva)».

 

Habitar

Es ese mismo desplazamiento hacia la materialidad el que debe producirse también en la esfera de las prácticas revolucionarias. En ese sentido, el Comité Invisible insta a abandonar la perspectiva de gobernar para sustituirla por la de habitar. La idea de gobernar supone intentar dirigir los procesos, o incidir sobre ellos, desde fuera de estos. En el caso de la política esto implica separar la vida y la acción política, es decir, actuar sobre la vida cotidiana desde la política como instancia separada. Habitar consiste, por su parte, en politizar la vida desde ella misma, en ejercer la política desde los territorios en los que transcurre la vida cotidiana, y desde los procesos que la articulan, en lugar de proyectar la política sobre ella.

Por eso el Comité Invisible aboga por el desarrollo de las comunas, pero no unas comunas cerradas sobre sí mismas, sino inter conectadas, abiertas sobre su exterior, capaces de redefinir en permanencia su fluctuante territorio, y constituidas como el lugar de un pacto colectivo, y como espacio de ejercicio de la autonomía. La perspectiva del habitar cuestiona tanto el esquema de la representación como el de la propia democracia directa en tanto que ambas separan la palabra y la práctica. En este sentido, se recalca que la potencia del movimiento de las plazas no radicaba tanto en las asambleas como en los campamentos. En la autoorganización, en las practicas, en la acción diaria para asegurar su abastecimiento y para mantenerlo, en el roce diario entre sus habitantes, en los intercambios, en la acción conjunta y en las vivencias compartidas en el quehacer práctico.

Para el Comité Invisible está claro que la guerra civil en la que estamos exige que construyamos una fuerza y que nos organicemos, pero eso no significa que tengamos que levantar organizaciones a la antigua usanza. Quienes se preguntan como construir una fuerza que no sea una organización no han entendido que organizarse no tiene por qué significar afiliarse a una misma organización. Organizarse es actuar según una percepción compartida, y, como lo señalaba Raul Zibechi, también las relaciones de vecindad, de amistad, de vida en común constituyen formas de organización aunque no adopten un marco organizativo formal.

Entre los muchos aspectos que desarrolla el libro y que no puedo abordar aquí, solo mencionaré la cuestión de las verdades éticas, es decir, a aquellas verdades que experimentamos en la esfera existencial, que sentimos como tales y que nos comprometen más allá de las palabras. También resulta de interés la fuerte crítica a los movimientos altermundistas, todo y reconociéndoles algún mérito, así como a las denominadas economías sociales o economías solidarias.

Puestos a comparar A nuestros amigos con La insurrección que viene se puede apreciar una acentuación de las influencias foucaultianas, y también de las influencias anarquistas, quizás por la importancia concedida a la insurrección griega de diciembre del 2008 y sus brotes ulteriores.

En esta reseña he intentado templar mi entusiasmo hacia las aportaciones que nos ofrece este libro, aunque es obvio que no lo he conseguido, así que le doy ahora rienda suelta lanzando una exhortación a leer A nuestros amigos, a leerlo una y otra vez, y, sobre todo a usarlo como herramienta para ejercitar nuestro propio (libre) pensamiento.

Tomás Ibáñez

Publicado en Libre Pensamiento núm.83 (verano de 2015)

Notas


1 L`insurrection qui vient. Comité invisible. Paris. La Fabrique ed. 2007. (edición española en editorial Melusina. Santa Cruz de Tenerife. 2009 )
2 Contributions à la guerre en cours. Tiqqun. la Fabrique ed. 2009. (edición española en editorial Errata naturae. Madrid. 2012 -incluye un texto de Deleuze-.). También se pueden consultar los dos números de Tiqqun en : http://tiqqunim.blogspot.com.es/
3 A nos amis. Comité invisible. Paris. La Fabrique ed. 2014
4 Amador Fernández-Savater. Reabrir la cuestión revolucionaria (lectura del Comité Invisible). enero 2015. http://www.eldiario.es/ interferencias/comite_invisible-revolucion_6_348975119.html

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