Un tema que me llama la atención, mucho, con esto de la independencia catalana, es cuando me explican que se trata de un independentismo que no es nacionalista. Es decir: hay miles de banderas, un mapa, un idioma, una historia, se reivindica un Estado propio, participan desde millonarios al proletariado, está España y los españoles frente a Cataluña y los catalanes, hay una lengua conexiona el territorio…, pero no hay nacionalismo, porque esa palabra apesta a campo de batalla y a millones de muertos. Por eso se habla del nacionalismo con bastante asco, y tan solo el PNV sigue empleando el mote, porque aún no descubrió cómo cambiarse el nombre.
¿Cómo funciona el nacionalismo? Pues por un lado, dotándote de identidad. La identidad individual es lo que es el Uno. Terriblemente complejo. Descubrir lo que eres, es muy difícil… ¿qué eres tú? Un sicólogo necesita cien mil sesiones para decírtelo, ¿eh?, y se equivoca encima. Imagínate entonces lo complicado que puede ser descubrir lo que somos nosotros, nuestra identidad colectiva. Menos mal que el Estado te lo dice. Poco a poco, te construye una identidad.
Toda política identitaria estatal, intenta identificar costumbres compartidas, y como el personal es tan variado en nivel cultural, dinero que maneja, lugar donde vive… Aquí en España lo que marca la cultura común, lo más importante, es el idioma. El castellano o español.
La otra parte de la política identitaria que te proporciona el Estado, es la identificación: el poder identificar a los otros y darles unas características diferenciadas de las tuyas. Para que haya un nosotros, tienen que existir ellos. Mientras más evidentes sean ellos, más fuerza cogemos nosotros. Y viceversa.
Por ejemplo, el «España nos roba», a lo que lleva a pensar, no es a una profunda reflexión en torno a la creación y redistribución de riqueza del país. Lo que entienden los vecinos que se piensan españoles, es que se les está llamando ladrones. Esto les disgusta, y cada vez que ven a un catalán, en la tele o donde sea, con su bandera, su idioma y sus autopistas de peaje, les suben a la cabeza negros nubarrones y hacen comentarios despectivos. Comentarios que, si los escucha un catalán, de inmediato afianzan su catalanidad. Y si llevas a cabo una política de inmersión lingüística en catalán, tanto en la administración como en la escuela, ya puedes argumentar lo que quieras, que quien se sienta español se va a ver atacado. Y teniendo el respaldo de un Estado enorme, se crece. ¿Y cuando el PP consiguió eliminar el Estatut de 2010? Pues lo mismo, pero a la inversa.
Todo esto se lleva a cabo no por inocencia. Es totalmente calculado, porque mientras más se identifica la gente con una nación, y una nación con un Estado, mayor sintonía tiene la población dominada con su gobierno. Lo mismo que el esclavo de la plantación puede identificarse con el amo de la Hacienda.
En Cataluña mucha gente estará que trina con la llegada del ejército de ocupación. Pero fuera de Cataluña… Amigos y amigas catalanes: la izquierda española es unionista, y la población también. Los españoles no son esa caricatura de fascistas con bigotito y calvicie que os ponen por delante, ni los cuatro chorbos neonazis. Los españoles que se identifican con España, son millones de personas corrientes, como tú. Aplaudirán con indiferencia lo que haga el Gobierno contra Cataluña, por despótico que sea. Es lo que tiene la política identitaria, que mientras más fuerte se practica, más fortalece a su contrario. Eso lo sabe bien el Govern, y el Gobierno, que ni son tontos, ni inocentes…, y juegan sus cartas de acuerdo con sus propios intereses. Y para el almuerzo que se van a zampar, os están preparando, entre todos, una orgía nacionalista. Y el plato principal, sois vosotros y vosotras.
Lo único que puede responder a la pérdida de libertades, a la ocupación militar, y al despotismo, no es en este caso el pueblo, ni los nacionalistas, ni el Govern, ni el Gobierno. Lo que puede plantear oposición, lo que puede estar a la altura de las circunstancias, si hay suerte, es el Movimiento Obrero. Y conste en acta: un trabajador tiene siempre, intereses que no son nacionales. Para que ponga el salario, el puesto de trabajo, el despido, y su bienestar, poco o mucho, encima de la mesa de juego, tiene que tener buenos motivos.
Muy bien explicado. Lo que se persigue es dejar de pagar. Cataluña quiere sacar el culo fuera y evitar la deuda pública española. Con lo que perderá el obrero que tendrá que pagarla. No entiendo que movimientos de la izquierda apoyen el independentismo ¿dónde quedó la Internacional? ¿Dónde está la solidaridad obrera? Y precisamente por eso prácticamente ningún país apoyará el independentismo catalán, ni lo reconocerán. Primero porque en todos los países se cuecen habas, y cuando veas las barbas del vecino cortar… Segundo, porque supone un varapalo para la economía española y catalana (en caso de separación) y seguimos debiendo muchísimo dinero a otros países, y a nadie le gusta ver que se dificulta la posibilidad de cobrar una deuda