Desayunos solidarios en Canarias: Anarquismo de barrio y comunidades sociales fuertes

La Federación Anarquista de Gran Canaria continúa haciendo anarquismo de barrio desde el noroeste de África, como ellas mismas se ubican geográfica y políticamente. Han iniciado un programa de desayunos gratuitos inspirado en la iniciativa que desarrolló el Black Panther Party a finales de los años 60, primeramente en la ciudad californiana de Oakland, y posteriormente en otras muchas ciudades estadounidenses. Según el colectivo canario “las anarquistas tenemos que hacer cosas anarquistas. Crear comunidad, tejer lazos desde la base, buscar salidas sin esperar nada de las instituciones. Apoyo mutuo y acción directa no son lemas de cartel. Son metodologías útiles y prácticas a usar cada día, en cada relación”

Esta iniciativa que han puesto en marcha no conforma una acción desvinculada de una lucha a escala más grande, sino que aporta en un todo potenciando la conciencia y la movilización social. Los desayunos solidarios fomentan la creación de comunidad en los barrios, es el mejor antídoto contra el capitalismo y el avance del discurso de ultraderecha. Las dinámicas sociales no son aleatorias ni fluyen neutralmente, están determinadas por el sistema social en que vivimos, es decir, el neoliberalismo. Si observamos detenidamente veremos que nuestras relaciones sociales se dan en los términos que el capital decide, habitualmente como consumidores de servicios e intereses creados para enriquecer esa gran máquina. Crear formas de relación social y encuentro que no estén atravesadas por esas lógicas del capital, por ejemplo, desayunando juntas en colectivo, estamos fomentando nuevos espacios e imaginarios donde surge la organización social.

El territorio canario es presa de la gentrificación y explotación turística

Las Islas Canarias es el territorio con mayor índice de pobreza del Estado español. En tan solo cinco años, entre el 2013 y 2018, el porcentaje de población canaria en pobreza extrema se triplicó, pasó del 10,7% al 15,7%. El 36,3% de la población canaria se encontraba en riesgo de exclusión social en 2020, y la situación socio-sanitaria derivada del Covid-19 ha afectado más a aquellos hogares que partían con desigualdad. Además, los alquileres han aumentando en los municipios canarios más pobres, y se estancaron en los más ricos, debido especialmente a los procesos de gentrificación. Las empresas que hacen negocio con apartamentos colonizan las áreas más céntricas y turísticas, desplazando a la población empobrecida hacia las periferias.

Al contrario de lo que siempre se afirma, el turismo no crea riqueza alguna, sino que fomenta la desigualdad social y la fragilidad de una comunidad. Todos los territorios que se han visto obligados a que su economía se base en la actividad turística son, por lo general, más pobres. Canarias está completamente turistificada, cuenta con los salarios más bajos, una precariedad abrumadora y el mayor índice de pobreza infantil. El impacto de la crisis social provocada por el Covid-19 determinó que, ante una economía nada diversificada y que se ha estructurado exclusivamente bajo los intereses del capital, se han arruinado mucho más las condiciones de vida de las familias. Esta consecuencia no es debido a un problema geográfico, humano o político autóctono, porque el capital siempre intenta explicar la pobreza como un factor inherente a ciertas sociedades. El problema es de naturaleza colonial, ya que toda latitud en la periferia de lo sobrevalorado como correcto cultural, política y económicamente para los intereses capitalistas, es explotada y oprimida por la apisonadora del mercado.

Frente a la pobreza: organización social, supervivencia y lucha

Debido a que casi un 8% de población canaria no puede permitirse una comida en óptimos niveles de nutrición, y que la única fuente de alimentación de muchas menores procede de comedores escolares y becas de desayunos, la Federación Anarquista de Gran Canaria ha puesto en marcha este programa de desayunos solidarios. Los fines de semana o festivos, muchas familias no tienen recursos para alimentar a los peques, por lo que en junio comenzaron realizando un desayuno en La Isleta. Una iniciativa que ha sido criticada por la extrema derecha canaria y ONGs ultracatólicas, cuya intención es que el que es pobre siga siendo pobre y, además, haciéndole creer que es debido a su exclusiva responsabilidad. Las compañeras canarias nos advierten en clave realista porque “lo que planteamos puede no ser más que una política de supervivencia. Pero es imposible cambiar las condiciones sociales si antes no aseguramos la supervivencia de nuestra gente, de nuestra clase y, especialmente, de aquellos que representan nuestro futuro”.

Y es que la Federación Anarquista de Gran Canaria lleva una década actuando en torno a las necesidades básicas, ya sea a través de proyectos de vivienda o de soberanía alimentaria. Las comunidades sociales se fortalecen cuando aprenden a gestionar y solucionar los problemas que toman como propios. Las compañeras concluyen que “ante la ineptitud, incapacidad y desinterés de las instituciones frente a esta situación, agravada por las consecuencias de la pandemia y las guerras, lanzamos esta iniciativa que busca alimentar a decenas de menores a través de una nutrición saludable y sin sufrimiento animal”. Las revoluciones se hacen desde la barricada, y con el estómago bien alimentado.

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