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Industrial Workers of the Word – Trabajadores Industriales del Mundo

La Industrial Workers of the World (IWW) fue fundada en Chicago en 1905, y desde los orígenes hizo especial hincapié en su carácter industrial. Se distinguía de la American Federation Labor (AFL), organización predominante en la época, que no tenía en cuenta las industrias con mano de obra no cualificada, privilegiando así una élite de trabajadores del país. En cambio, la IWW tuvo en cuenta a todo tipo de obreros, no importaba su origen social, formación, sexo, ni raza, y estamos hablando de una época en la que los Estados Unidos recibió, entre 1880 y 1910, a unos 30 millones de inmigrantes europeos.

La IWW fue una organización auténticamente democrática que combatió todo tipo de jerarquización y no tuvo en cuenta la distinción entre trabajo manual e intelectual, que consideró otro peligro para crear privilegios. La creación y desarrollo de esta organización hay que insertarla en los del propio capitalismo, ya que junto a mano de obra procedente de Europa hubo una transferencia masiva de capitales; un escenario privilegiado para el desarrollo capitalista, no exento por supuesto de crisis cíclicas, que como siempre pagaban los trabajadores. Desde los años 90 el siglo XIX, puede hablarse ya de una fase del capitalismo que podemos denominar «imperialismo», con la búsqueda de nuevos mercados y materias primas a bajo precio. Se trata de una ofensiva expansionista desarrollada durante todo el siglo XX y que llega hasta nuestros días con una incierta nueva etapa globalizadora.


La IWW nace como un sindicato revolucionario, que se desarrolla paralelo al crecimiento capitalista, ambos con aspiraciones internacionalistas. Si en 1889, la II Internacional socialista pone como objetivo principal la participación en elecciones, el sindicalismo revolucionario de la IWW, claramente influenciado por el anarquismo, pone como táctica principal la acción directa, al margen de cualquier partido político, y se coloca objetivos revolucionarios. Las acciones de la IWW desde 1905, innovadoras, promoviendo la solidaridad entres sus miembros y el desarrollo de su conciencia en base a gestionar sus propios asuntos, están en la historia. Tuvo un desarrollo notable hasta 1917, cuando los Estados Unidos entran en la Primera Guerra Mundial, excusa perfecta para iniciar una gran represión contra la IWW y contra todo grupo crítico con el gobierno y con la guerra.

A nuestro modo de ver, la IWW merece su sitio en la historia del anarquismo, por su carácter antiautoritario e internacionalista. Se fundaron sindicatos en Australia, Suecia, Inglaterra, México, Chile, Sudáfrica e incluso llegaron hasta el sur profundo de los propios Estados Unidos; además, participaron en la revolución mejicana de 1911. Como se ha dicho, el objetivo de la IWW era revolucionario, el control de los medios de producción por parte de los trabajadores. Aunque se buscaba la mejora de las condiciones dentro del sistema capitalista, siempre se favoreció una toma de conciencia de sus miembros para llegar hasta este fin. La difusión cultural, con la creación de bibliotecas en varias idiomas al alcance de todos y todas, la organización de todo tipo de actividades artísticas y el fomento del debate, era otra de las tácticas importantes de la IWW en un mundo en el que mediaba un abismo intelectual entre la clase trabajadores y las diferentes élites de dirigentes.

Las tácticas de la IWW, de desobediencia civil y acción directa, supusieron un importante legado para los movimientos sociales posteriores. Como movimiento de masas, sufrió un importante retroceso a partir de 1917, pero su influencia y actividad llegan hasta la actualidad, primeros años del siglo XXI, con su participación en las grandes luchas sociales. En un mundo donde las organizaciones sindicales se han integrado en el Estado, y se han visto vinculadas a partidos políticos, la IWW ha mantenido la independencia y ha comprendido que su táctica autogestionaria era la única vía para la revolución social. Las crisis periódicas del capitalismo, en especial la de los años 30 del siglo XX en Estados Unidos, sirvió para integrar los sindicatos en un Estado que vio crecer su poder de regulación e injerencia. El desarrollo posterior, con el aumento de la producción y del nivel de vida, terminó de integrar a los trabajadores en la sociedad y en la economía capitalistas; no parecía haber lugar para los movimientos subversivos en un mundo consumista de ocio vacuo, poco proclive a una toma de conciencia auténticamente transformadora, pero la resistencia jamás ha sido, ni será, reducida a la nada. En los movimientos antiautoritarios de la actualidad, puede establecerse un vínculo con las tácticas de la IWW (internacionalismo, acción directa, solidaridad, desobediencia civil), de gran resultado en el pasado, aunque hoy las circunstancias sean muy diferentes.

Capi Vidal

Sitio web de la IWW.

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