“No tengo contacto con ellos, apenas soy un manifestante de base que se siente más protegido cuando hacen la primera resistencia contra la terapia de choque de la Policía Militar”, dice Bruno en una entrevista a medios de comunicación internacionales. Bruno no alude a la Cruz Roja ni a Amnistía Internacional, él se refiere a los miembros anarquistas del Bloque Negro (Black Bloc), durante las masivas protestas convocadas en Brasil a mediados de 2013 (1).
Y es que estos últimos años las grandes corporaciones de medios como El País de España, O Globo de Brasil, El Mercurio de Chile, la inglesa BBC y demás agencias han dedicado grandes titulares a las acciones de protesta callejera de grupos, sobre todo llevados por la curiosidad de la irrupción de movimientos masivos y de acción directa, por lo que han sido asociados a movimientos libertarios en determinados casos, lamentablemente. Lamentablemente, porque con gran desacierto —teórico, filosófico e incluso de pericia periodística— muchos de los medios no han escapado del refugio “seguro” y unidimensional de la versión oficialista, al momento de hacer la semblanza de las agrupaciones en las calles.
Así, en oposición a la declaración de Bruno sobre el Black Bloc —que se autodenomina anarquista y que existe desde los 80— está una avalancha de declaraciones de funcionarios de gobierno e informes policíacos, uno más desafortunado que el otro, que apenas han rozado los motivos de las multitudinarias protestas; pero se han obsesionado en estigmatizar a los movilizados. Citando lo dicho por los medios se pueden observar afirmaciones sin fundamento al momento de escribir sobre el movimiento anarquista: persecución, criminalización, judicialización y omisión de los rasgos sociales que tienen los integrantes de los movimientos sociales.
La estigmatización mediática. De un seguimiento periodístico ordinario, puede que el más inicuo sea el caso del periódico El País, que el 16 de noviembre de 2013 titulaba un artículo: «El terrorismo anarquista copia a Al Qaeda» (2), en una interpretación terrorífica (y acá sí amerita el calificativo) de un “informe policial confidencial”, sin más detalles ni contraste alguno de fuentes frente a la desproporcionada comparación.
Así, el artículo de este medio lleva al lector por calificativos mayores sin el menor rigor periodístico y de investigación, que mínimamente debía contemplar aspectos como tomar por “primicia” formas de organización ácratas como las federaciones, que datan desde 1927 y cuya raíz fue el sindicalismo obrero y el contexto de resistencia al fascismo en Europa, por ejemplo. Entonces, ¿qué asociación podría haber con organizaciones islámicas?
Pero digamos que no solamente angustian las impresiones históricas y conceptuales, sino que el análisis de los medios se ha agotado en subrayar y calificar a la acción como un acto de terror, propiciado por personas violentas sin ninguna pertenencia social, incluso anulando dicha pertenencia cuando existe: “Su trabajo en materia de libertad de los animales, los derechos humanos y la ecología y de su pertenencia a las asociaciones completamente legales en relación con estas actividades se muestra de nuevo como prueba de pertenencia a organización terrorista”, subrayaba la revista mexicana Animal Político, en alusión a un militante acusado por el Estado por el hecho de protestar contra la gestión del entonces presidente Enrique Peña Nieto.
En una serie de cuatro entregas, la revista mexicana Animal Político se propone responder la cuestión: “¿Quiénes protestaron el 1Dmx y por qué?” (3), en alusión a los grupos que salieron a la calle el día de la toma de posesión de Enrique Peña Nieto. Entre los movilizados, seleccionan a entrevistados hombres y mujeres que simpatizan con las acciones anarquistas, y que por estas razones ideológicas ahora son víctimas de la persecución del Estado: “Narran, por separado, su experiencia personal como activistas (…) con la condición de guardar su identidad, ya que contra uno se sigue proceso penal por los disturbios callejeros de hace un año y otro, afirma, es vigilado por la policía, lo mismo en la calle, que fuera de su casa”, relata el medio.
Así, de la criminalización se llega a la judicialización mediática. Algunos medios de comunicación ácratas sin que de por medio exista igualdad de condiciones en las versiones y argumentos de las partes involucradas— se han dado la tarea simple de sancionar a los movilizados: “Fuimos condenados por la gran mayoría de los medios”, declaraba en 2012 uno de los anarquistas chilenos imputados en el “caso Bombas” (4). Mientras los medios afirmaban su culpabilidad, la justicia desestimó todos los delitos por los que eran acusados y los jóvenes —entre hombres y mujeres— fueron absueltos y gozan de plena libertad. Más aún, en este caso la Corte Suprema de Chile anunció que el fisco debería pagar un millón de dólares, tras anularse las más de 7.000 pruebas armadas por la fiscalía contra los jóvenes acusados, quienes afirmaron en todo momento que el proceso se trató de un montaje y de persecución.
Similar alegato al de militantes y activistas anarquistas detenidos en Bolivia en mayo de 2012 (5), que afirmaban que no existían pruebas fidedignas para la acusación del Estado, basada en fanzines (panfletos artesanales), máscaras de carnaval, banderas wiphala e incluso una peluca.
¿Quién ejerce el vandalismo? “Para ellos el vandalismo es el abandono del Estado, las aglomeraciones en el metro, las filas en los hospitales, la violencia a la que ellos están sometidos en el día a día”, se citaba en el mismo reportaje El País a Esther Solano, de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp); pues durante la Copa Confederaciones de Fútbol, celebrada en Brasil en junio pasado, aproximadamente un millón de personas salió a las calles reclamando las millonarias inversiones del Gobierno en estos juegos internacionales en desmedro de los sectores sociales, entre la multitud se distinguieron los grupos de acción directa, que reaccionaban contra los ataques de la Policía.
“Estamos con ellos (los Black Bloc). Protegen a las personas y a ellos. Ella (la Policía) golpea demasiado. ¿Está viendo?”, era el testimonio de un niño brasileño de 13 años, que vive en las calles y que acompañaba a los movilizados, cuando la red O Globo le hacía una entrevista (6), en las liberaciones masivas de arrestados —entre los que se encontraban cineastas, catedráticos, investigadores— por disturbios en las calles, ya que ninguna ley podía prohibir su presencia en manifestaciones que en sí mismas no eran un riesgo.
Si bien mucho se ha dicho sobre la capacidad movilizadora y de acción directa de algunos grupos libertarios y antisistémicos, así como las sanciones impuestas por los Estados frente a la disidencia ideológica, poco han dicho los medios sobre el pleno derecho a la organización y libertad de expresión y manifestación, así como el derecho al disenso, como prerrogativas fundamentales; y mucho menos se ha explorado sobre el reconocimiento legítimo de otras tradiciones de democracia horizontal, participativa, independiente de partidos, autogestionaria, etc., valores entre los que los movimientos sociales ácratas incuban su escuela. Ése es un desafío pendiente para los medios y para los periodistas.
Marielle Cauthin
Tomado de https://www.la-razon.com/lr-article/el-anarquismo-un-buen-titular
Notas:
- ‘Black Bloc’, la nueva incógnita de las protestas de Brasil https://elpais.com/internacional/2013/08/31/actualidad/1377913975_091756.html
- El terrorismo anarquista copia a Al Qaeda http://politica.elpais.com/politica/2013/11/16/actualidad/1384634166_919791.html
- ¿Quiénes protestaron el 1Dmx y por qué? Primera parte http://www.animalpolitico.com/2013/11/un-ano-del-1dmx-quienes-protestaron-y-por-que-primera-parte/#ixzz2liaV1Jey
- Tribunal absolvió a todos los imputados en el caso bombas https://www.cooperativa.cl/noticias/pais/judicial/caso-bombas/tribunal-absolvio-a-todos-los-imputados-en-el-caso-bombas/2012-05-31/225557.html
- Nina Mansilla escribe una carta y pide ser liberada de detención http://correodelsur.com/2012/10/01/21.php
- O passo a passo de um protesto black bloc http://oglobo.globo.com/rio/o-passo-passo-de-um-protesto-black-bloc-10397108#ixzz2ltudac7n