Vencedores

Como es sabido, esta semana han sido los (fracasados) intentos de investidura, como presidente del Gobierno de esta nación-Estado conocida como Reino de España, del superviviente Pedro Sánchez. Le denomino así, ya que hay que ver este hombre, que hace no tanto estaba supuestamente defenestrado en su partido, acabó ganando unas primarias frente a la oposición de las vacas sagradas socialistas (por llamarlas de algún modo, «socialistas» me refiero), y acabó encabezando el gobierno del país, tras una moción de censura a Rajoy, y ganando unas elecciones generales. No me cabe duda de que acabará siendo investido, tras alguna suerte de acuerdo con los de Podemos, para que las cosas acaben siendo, más o menos, con algunas diferencias, como siempre. Pero, bueno, no se preocupen, no voy a hacer propaganda de la abstención ácrata, que tengo mucho vicio. A lo que voy es que, tras estas jornadas en el Congreso, que tampoco he seguido al dedillo, ya que tengo mejores cosas en las que ocuparme, sí me han llegado unas extravagancias que considero dignas de reflexión.

Una de ellas corresponde al ultrarreaccionario y estólido Santiago Abascal, que parafraseó a Unamuno de la manera más lamentable. Aludiendo a un posible gobierno, en alianza de los partidos de «izquierda», el muy probable analfabetismo político del líder de Vox le hizo pronunciar la frase: «Ni venceréis, ni convenceréis». Como es sabido, o debería serlo, vayan ustedes a saber en este inefable país sin apenas memoria histórica, Miguel de Unamuno, en el paraninfo de la Universidad de Salamanca, en 1936 y meses despues del alzamiento militar de julio. espetó a sus protagonistas: «Venceréis, pero no convenceréis». Entre los golpistas presentes, se encontraba Millán Astray, que al grito de «¡Muera la inteligencia!» (según otras versiones: «¡Mueran los intelectuales!» o «¡Viva la muerte!»), trató de arrastrar a la turba militar y falangista para linchar a don Miguel, que salvó el pescuezo por los pelos. Bueno, esto es lo que dice la leyenda, ya que hay quien sostiene hoy que nunca se pronunciaron aquellas frases y que la cosa tampco fue para tanto. En cualquier caso, uno se imagina a Abascal, inequívoco heredero de Millán Astray, más bien lanzando exabruptos contra los intelectuales y la inteligencia.

No obstante, y pensándolo bien, tal vez este tipo no es tan ignorante como nos gusta presuponer, y es posible que dijera sus palabras con toda la intención. La frase, que no reproduce con exactitud lo que supuestamente dijo Unamuno, puede que aluda a que la izquierda nunca será «vencedora», ya que todo el mundo sabe quiénes fueron los legítimos vencedores de la contienda histórica. Algo que, a día de hoy, seguimos sufriendo en un país que, a pesar de los brochazos de modernidad que se le quieran dar, sufre de franquismo en cualquiera de sus intersticios. Irritante, en cualquier caso, que los explícitos herederos de la dictadura franquista se apropien de la terminología antifascista, y no es la primera vez, aprovechándose de la ignorancia y desmemoria conveniente y masivamente extendida. La otra anécdota que me llamó la atención, y que pasó casi inadvertida, tiene que ver con Pablo Iglesias y su cultura cinéfila progre, que le hizo cita nada menos que a Nanni Moretti. Vayan ustedes a preguntar, no solo al común de los mortales, también a cualquiera de los congresistas, quién es este cineasta italiano. Iglesias recordó una secuencia de las mejores obras del director, Aprile, en la que el propio Moretti reprocha algo en televisión al antiguo comunista D’Alema, reconvertido en liberal y moderado ante la perspectiva de acariciar el poder. Moretti le espetaba algo así como «D’Alema, di algo de izquierdas», algo que sirvió a Iglesias para hacer un paralelismo con Sánchez, pero tal vez ignorando su propia evolución electoralista y la del partido que lidera. Y así estamos, en un continuo circo parlamentario.

Juan Cáspar

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