Escucho en el contexto de una charla amistosa, al entusiasta votante de izquierdas que me refriega por los hocicos tras la derrota laborista: «Vale muy bien, los partidos de izquierdas están en babia hablando de chorradas, y no toman medidas contundentes…, pero vosotros, ¿qué proponéis? Los anarquistas no servís para nada… ¿Acaso es mejor estar encerrados en la pureza y el dogmatismo y bla bla bla?».
Claro que tenemos una propuesta, que además no es solo nuestra si no de mucha otra gente y de sentido común: si queremos que la población recupere poder adquisitivo, bienestar, seguridad, y que pueda decidir sobre aquello que le atañe, hay que promover acciones mediante las cuales obtenga dinero, bienestar, seguridad y capacidad de maniobra. Es de sentido común. ¿Se consigue eso dando poder a los políticos? A la vista está que no. Dar poder a los políticos, es quitar fuerza al pueblo. Y la fuerza del pueblo se consigue mediante la organización en sindicatos y asociaciones. Si el pueblo es fuerte, el Gobierno no gobierna, la legislación es débil, y el capitalista pierde dinero. Es así de sencillo.
Por ejemplo, los anarquistas y sindicalistas que intervenimos en la negociación colectiva rompiendo la reforma laboral empresa a empresa, mejoramos salarios, disminuimos precariedad, y evitamos el primer desahucio, que es el despido. Y ello, sin tener que legislar desde el Parlamento. Los desahuciados ocupando viviendas, los pensionistas manifestándose, las mujeres organizándose…, hacen política sin necesidad de montar el partido de las pensiones, el partido de los sin techo, o el partido de las mujeres, pongo por caso, para formar un Gobierno.
Cabizbajos y meditabundos, los libertarios reconoceríamos que algo bueno hacen los parlamentarios, si viéramos un interés real, concreto, nítido, por revertir la tendencia que hace que cada vez haya más gente trabajando, que es pobre. ¿O es que también nos van a echar la culpa de que el perfil de un excluido o con riesgo de serlo en España (1) sea el de una persona adulta, que trabaja, con estudios medios y superiores? Y más grave aún esta situación si se es mujer. Así está la cosa.
¿Cómo hemos permitido llegar a esta situación, cuando el país ha estado gobernado la mitad del tiempo por gobiernos progresistas y con parlamentos de mayoría de izquierdas? Parece claro que los que han estado gobernando y legislando, y que prometiendo el paraíso nos han plantado en el purgatorio, sí que tienen responsabilidad en el negocio del saqueo. Cómplices o no aptos, lo que prefiráis.
Pregunta inocente. ¿Qué ley tienen preparada los izquierdistas, para recuperar los 26.000 millones de euros de fraude fiscal español, atribuido a grandes empresarios? (2). ¿Cómo van a recaudar esa exacta cantidad de dinero? Oye, que han tenido décadas para hacerlo.
Por lo tanto, es un reproche absurdo que se nos reproche a nosotros, anarquistas desacomplejados, el «no hacéis nada», cuando estamos dando el callo toda nuestra vida en el árido terreno del enfrentamiento con el Estado, acumulando palos, multas, juicios, condenas y depresiones en piquetes de ocho personas… Mientras que los parlamentarios cobran sueldo, reciben sus dietas, y gozan de despacho, asesores, teléfonos de última generación y generosas indemnizaciones.
A la vista está izquierdista, ¡abre bien el ojo! ¡El de ver! ¡No el del culo, so joío! y contempla la inoperancia, inutilidad e impotencia de tanto político empoderado de izquierdas. Esos encumbrados son los monaguillos del cura que maneja la guita. En cambio nosotros los y las anarquistas, sí que tenemos propuestas sinceras y realistas, y estamos dando la cara a diario, en el terreno de la lucha social.
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NOTAS
(1) Ver informe AROPE (At-Risk-Of Poverty and Exclusion) en el informe elaborado por la European Anti Poverty Network – EAPN (Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social) en El Estado de la Pobreza. España 2019 IX Informe anual sobre el riesgo de pobreza y exclusión’
(2) Ver datos de la Agencia Tributaria en La factura del fraude fiscal en España
