Nos dirigimos a todas las expresiones del movimiento libertario, en particular a las de este continente, no solo para llamar su atención ante la coyuntura que estamos viviendo en Venezuela desde abril de 2017, sino por lo que entendemos como urgencia en cuanto a que el anarquismo internacional se exprese más enfáticamente sobre estas dramáticas circunstancias, con posturas y acciones coherentes a lo que ha sido la prédica y práctica del ideal ácrata en su andar histórico.
Es deplorable que, mientras por una parte el gobierno chavista -hoy encabezado por Maduro- junto a sus cajas de resonancia del exterior y, por la otra, los opositores de la derecha y la socialdemocracia, están en desaforadas campañas por vender a la opinión mundial sus visiones igualmente sesgadas y cargadas con intereses de poder, muchas voces anarquistas fuera de Venezuela han mantenido un mutismo que de algún modo resulta tácita aceptación a lo que unos u otros contendiente hambrientos por el poder estatal quieren imponer como «verdad». Sabemos que las voces afines no disponen de los medios a la orden de estatistas de variado pelaje, y que los compañeros enfrentan realidades complejas donde hay temas y problemas que por su cercanía reclaman sus más inmediatas preocupaciones, pero entendemos que esa dificultad no debería ser obstáculo para que, de algún modo por modesto que sea, se exprese atención, interés y solidaridad tanto por lo que ocurre en Venezuela como por lo que al respecto divulga el anarquismo de esta región.
En apretado resumen de lo que el anarquismo local dice hoy, la actual coyuntura delata la naturaleza fascista del régimen de Chávez -y su secuencia con Maduro-, gobiernos militaristas reaccionarios que hemos denunciado por siempre desde El Libertario. Ha sido un régimen vinculado al delito, al narcotráfico, al saqueo, la corrupción, prisión de opositores, torturas, desapariciones, aparte de la desastrosa gestión económica, social, cultural y ética. Chávez logró impactar con su liderazgo mesiánico y carismático, financiado por la elevación del precio del petróleo, sin embargo luego de su fallecimiento y con el fin de la bonanza, se desinfló el llamado proceso bolivariano, al estar sustentado en bases endebles. Esta «revolución» siguió la tradición histórica rentista iniciada a comienzos del siglo XX con el dictador Juan Vicente Gómez, continuada por el militar Marcos Pérez Jiménez y que no cesó en el posterior esquema democrático representativo.
Hay quienes en el plano internacional (Noam Chomsky, el mejor ejemplo), rectificaron su inicial apoyo al autoritarismo venezolano y hoy lo denuncian de manera tajante. Sin embargo, observamos con gran preocupación el silencio de muchos anarquistas de este y otros continentes sobre los acontecimientos en Venezuela. Dice un adagio: «el que calla otorga», lo cual se cumple a la perfección cuando se hace pasar hambre y reprime criminalmente a un pueblo y quienes deberían protestar por ello dicen poco o nada. Hacemos un llamamiento a quienes abrazan las banderas libertarias a pronunciarse, si no lo han hecho, sobre nuestra tragedia. Para la indiferencia no hay ninguna justificación si se tiene una visión ácrata del mundo. Lo contrario es encubrir la farsa gubernamental, olvidando lo dicho por los anarquistas de todos los tiempos acerca de la degradación del socialismo autoritario en el poder. Quizás en el pasado el espejismo «progre» del chavismo pudo embaucar incluso a alguna gente libertaria, pero siendo consecuentes con nuestro ideal es imposible hoy seguir sosteniendo esa creencia.
Estamos en presencia de un gobierno agonizante, deslegitimado y represivo que busca perpetuarse en el poder, repudiado por la inmensa mayoría de la población, que asesina a través de sus fuerzas represivas y colectivos paramilitares, que además promueven saqueos. Un gobierno corrupto que chantajea con cajas de alimentos, vendidos a precio de dólar negro, que participa en toda clase de negociados, un gobierno de boliburgueses y milicos enriquecidos con la renta petrolera y la minería ecocida. Un gobierno que mata de hambre y asesina, mientras aplica un ajuste económico brutal acordado con el capitalismo transnacional, al cual paga puntualmente una deuda externa criminal.
Es hora de desmontar las maniobras seudoinformativas de las que pretenden valerse en el exterior tanto quienes controlan, como de quienes aspiran controlar al Estado venezolano, y en ello esperamos contar con el respaldo activo de individualidades y agrupaciones libertarias tanto en América Latina como en el resto del planeta. Cualquier muestra de solidaridad anarquista será bienvenida por el movimiento ácrata venezolano, ciertamente pequeño y moviéndose entre muchas dificultades, pero que en la actual coyuntura agradecerá enormemente saber que de algún modo contamos con los compas del resto del orbe, bien sea reproduciendo y divulgando la información que difundimos los anarquistas de Venezuela, generando opiniones y reflexiones que desmontan las visiones que en este tema intentan imponer autoritarios de derecha e izquierda, y -lo que sería muchísimo mejor- promoviendo o respaldando iniciativas de acción en sus respectivos países donde se denuncien las circunstancias de hambre y represión que hoy se viven en Venezuela. Ahora más que nunca es necesaria su presencia y voz en todos los escenarios posibles donde sea denunciada la tragedia en la cual está sumergido el pueblo venezolano
El Libertario
Publicado en Tierra y libertad núm.347 (junio de 2017)