Hace unos días a un picoleto en la tele, se le escapó que estaban investigando bulos que podían crear un ambiente chungo. Y para mi deleite, ha sido la ultraderecha y la derecha la que ha mostrado una defensa de la libertad de expresión, una preocupación por la salud de la democracia, un fervor antiautoritario, que Ramiro Ledesma Ramos se tiene que estar rompiendo los cuernos con la tapa del sarcófago.
Tiene que quedar muy claro que lo que digo a continuación, es –más o menos– la verdad: el facherío, o sea, la derecha, asegura que España es su cortijo. Propiedad Privada. Perder las poltronas, lo consideran una tragedia ¡Inaceptable! Así que cuando la Guardia Civil –que es un invento de su patrimonio–, anuncia que va a perseguir los bulos y mentiras que circulan por ahí, los fachas lo consideran un ataque directo a su integridad. Y por eso defienden poder trasmitir los disparates que se les ocurran para enardecer a su clientela de reaccionarios, lacayos, criados, serviles, rastreros, lameculos y pelotas, generando el ambientillo que les permita volver al poder.
La izquierda ha salido al paso, en líneas generales, con excusas. Dice el Ministro que lo que se investigan son estafas, gente que pide dinero, o que ofrece tratamientos milagrosos, o que difunde informaciones con el sello del Estado, etc., y que en ningún caso se persiguen críticas vertidas al Gobierno. Por otro lado, hay gente de izquierdas que asegura que la libertad de expresión es el derecho a emitir y a recibir información veraz… Y más o menos dan a entender que el Estado debe defender la verdad. Y yo con esto no estoy de acuerdo. El derecho a mentir, es un derecho natural. El ordenamiento jurídico garantiza al reo el derecho a no declarar contra sí mismo, y a no declararse culpable, quedando del lado del Juzgado el arte de inventar y falsificar las pruebas para conseguir la condena.
Y ¡muy importante!, que no podemos perseguir la mentira, los bulos, porque… ¿De qué vivirían los curas? ¿Cómo podrían hacer sus discursos los políticos? ¿Cómo harían sus negocios empresarios y banqueros? ¿Cómo darían clase los profesores de Historia? ¿cómo impartirían su doctrina cuñados y especialistas? Imposible sin mentir.
Contra los bulos y las mentiras, solo hay una defensa: rebatirlas, por cansado que sea. Y quisiera mostrar la barbaridad más gorda, que es la que deriva de las ruedas de prensa que hace el Gobierno con los militares.
A ver, cuando se hacen esas presentaciones, el Gobierno envía una impresión a la población de lo que pretende ser en esta situación que andamos metidos. Nos introduce en una guerra contra un enemigo invisible que «vamos a ganar», mediante una serie de estrategias y tácticas diseñadas por expertos, y que precisan un comportamiento colectivo «responsable», o sea, obediente. En mi opinión, cuando un Gobierno, consigue que la población obedezca, y se encierre, destruyendo dinámicas tan importantes como las del duelo, el abrazo, el alterne, el paseo, el viaje… Imponiendo un marco militar, con generales dando el parte, con los soldados fumigándonos vestidos como en Chernobyl, cuando volvamos a la anormalidad, la Represión, para jolgorio de la derecha, habrá avanzado bastantes kilómetros. Y miles de sociólogos, sicólogos, antropólogos, historiadores y economistas al servicio del Poder (los que no están a su servicio mandan bien poco), nos están analizando en estos instantes para metérnosla cuadrada.
Pues eso, que el Presente nos lo presentan tenebroso, y no es accidental. Sin ir más lejos, hoy miraba de pasada la sesión de control del Gobierno, y aparte de las insoportables tonterías que soltaban los diputados, la persona que más me ha impresionado es la Presidenta del Congreso, vestida de riguroso luto. Joder, Meritxell, ¿así cómo vas a trasmitir un mensaje optimista? ¡Ponte un vestido blanco, unas alitas rosa, una diadema con brillos! ¡Levanta el ánimo transgrediendo! Que esos rollos estilo Bernarda Alba, acaban mal. Muy mal.
Las leyes españolas protegen el «derecho al honor» (Ley Orgánica 1/1982, de 5 de mayo, de Protección del Derecho al Honor). Quien piense que se menoscaba, puede acudir a los tribunales. Y Quien piense que alguien miente para derribar al gobierno, tiene a su alcance algo tan simple como lo siguiente: difundir la verdad. Bastante perseguidos estamos ya, Mucho más de la cuenta, como para buscar más justificaciones a la represión.
Hola. En mi opinión y quizá me equivoque o no. Una cosa es el derecho a la libertad de expresión y otra cosa es que una organización, partido político o cualquier identidad tenga derecho a tal libertad de expresión si lo que hace es difamar, calumniar, difundir bulos y confundir a la población y más en una situación de alarma. Creo que hay diferencia, Una cosa es mentir sobre diversos temas, que es lo más habitual en política y la otra es difamar, calumniar, difundir, crear bulos y alarma social. Y esa es la libertad de expresión que en realidad ha reivindicado la ultra derecha y la derecha, la de poder seguir confundiendo y crear alarma social con un oscuro interés partidista ¡¡¡O quizá otro más escabroso!!! Saludos