«Ver lo que se tiene delante exige una lucha constante»
George Orwell
En REDES nos hemos conjurado para no dejar de ver lo que tenemos delante. Pese a la inmediatez de la pandemia que sufrimos, pese al miedo que apabulla, abruma y paraliza, queremos hablar y reflexionar. Tiempo habrá para análisis más profundos.
Y es que hay cosas que nos preocupan y mucho.
Desde el punto de vista moral estamos de acuerdo en que todos y todas tenemos derecho a la salud y que desde el punto de vista ético ese derecho debe ser universal. Dicho esto, se ha vulnerado esa universalidad con las personas mayores y enfermas porque los y las gobernantes no han hecho caso a las advertencias de que una pandemia de este tipo era posible y recortaron las inversiones en sanidad desde 2011 sin revertirlos.
Ahora lo vamos a pagar todas y todos, especialmente los más débiles, además de que la primera línea en la lucha contra la pandemia la ocupan las víctimas de los recortes: el personal sanitario.
Nos preocupa y nos asusta la retórica bélica que se escucha por parte de las autoridades, con afirmaciones como que estamos «en tiempos de guerra». El ejército está en la calle y sus representantes participan en las ruedas de prensa vendiéndonos sus valores militares que rechazamos.
Se han quedado sin recursos muchas familias para afrontar lo más básico: alimentación, pago de alquiler de la vivienda, luz, agua, etc. Las medidas para paliar lo más urgente deben ser rápidas. Además, deben prever las consecuencias económicas y lo que va a significar para nuestras vidas cuando nos dejen retomarlas.
Nos preocupó que continuaran los vuelos de deportación hasta que el cierre de fronteras lo impidió, y nos preocupa qué ocurrirá con quienes han salido de los CIES sin que se les haya dado ningún recurso, y que las personas migradas y sin techo sean el último eslabón de esta crisis sanitaria con graves efectos económicos y sociales.
El patriarcado no se debilita con la pandemia y algunos hombres siguen agrediendo y asesinando a mujeres.
El miedo a la enfermedad nos ha llevado a dejarnos recluir aceptando sin rechistar todas las condiciones impuestas, convirtiéndonos en ocasiones en los policías de nuestro vecindario, tachando cualquier intento de plantear la posibilidad de hacer las cosas de otra forma de irresponsable. Permitiendo que el gobierno se esté estableciendo como algo imprescindible y necesario a la hora de gestionar la crisis y la consecutiva hipervigilancia y control de la población.
Nos preocupa mucho los efectos laborales de esta crisis sanitaria en la que se incrementa la presión, las exigencias, las amenazas e irregularidades que muchas personas estamos viviendo en nuestros puestos de trabajo, para después tener que escuchar barbaridades como que el virus no entiende de clase o de posición económica.
Somos conscientes de que llevamos años y años en los que nos han inculcando un individualismo feroz, no es sorprendente, por tanto, que la gente actúe insolidariamente o sin consciencia de las dimensiones del problema. Incluso existe el problema de que para muchos la solución está en un aumento de las fuerzas de seguridad del estado, multas…
Somos un grupo joven, no tenemos la fórmula para hacer frente a una crisis de estas dimensiones, pero somos firmes partidarias del apoyo mutuo, de la autonomía e independencia respecto a los poderes del Estado que no han sabido prever que esto podía ocurrir, y del antimilitarismo, el ejército absorbe recursos para armamento que de nada nos sirve hoy. Las personas más vulnerables no pueden pagar los platos rotos de una globalización suicida que pone en primer plano las condiciones de trabajo, el cambio climático, el patriarcado y cualquier otra forma de dominación.
REDES, 25 de marzo de 2020
Tomado de: http://redescordialidad08.blogspot.com/2020/03/pandemia-viral-miedo-y-poder.html
Una buena reflexión, no sé si da casi el mismo miedo o más lo que parece venir después que la propia pandemia…