Lorenzo Kom’boa Ervin (nacido en 1947 en Chattanooga, Tennessee) es un escritor, activista y anarquista afroestadounidense. Es un exmiembro del Partido Pantera Negra, convirtiéndose luego en uno de los principales exponentes del Anarquismo negro.
Cuando se constituye el tribunal para juzgar al “Black Power” en el verano del 1968 en Hamilton County, Tennessee, fue llamado a presentarse al jurado acusado de portar armas. Cuando supo que la policía y el Klu Klux Klan lo perseguían para matarlo si no atestiguaba en contra de sus compañeros, decidió abandonar la ciudad. La policía y el FBI tenían órdenes de “disparar a matar”. El 25 de febrero de 1969 secuestró un avión y lo desvió a Cuba desde Atlanta, pero luego fue deportado a Checoslovaquia. Agentes de los EEUU lo localizaron y trataron de arrestarle. Se escapó, pero al final lo lograron capturar y llevar a EEUU, lo presentaron frente a un tribunal racista en un pueblo de Georgia y lo condenaron a doble cadena perpetua. De todas maneras, no se dio por vencido en la cárcel, luchó por los derechos de los presos. Luchó por los derechos de los negros, fue abogado en la cárcel y uno de los primeros entre el radicalismo negro norteamericano en hacerse anarquista durante su tiempo en prisión. Actualmente vive en Kansas City.
El texto que sigue es parte de un artículo más extenso que en versión integra esta disponible en https://www.anarch.info/2018/08/07/lorenzo-komboa-ervin-por-que-soy-anarquista.]
… La prisión es un lugar donde uno piensa continuamente sobre su vida pasada, incluyendo examinar ideas nuevas o contrarias. Empecé a pensar en lo que había visto en el movimiento Negro junto con los malos tratos que recibí en Cuba, mi captura y escape en Checoslovaquia y, finalmente, mi captura en Alemania del Este. Volví sobre todo esto una y otra vez en mi mente. Conocí el anarquismo por primera vez en 1969, inmediatamente después de que fui traído de vuelta a los Estados Unidos y fui puesto en la prisión federal en Nueva York, donde conocí a Martin Sostre [2] quien me enseñó cómo sobrevivir en prisión, la importancia de luchar por los derechos democráticos de los presos y sobre anarquismo. No mucho de este breve curso sobre anarquismo se me quedó, a pesar de que respetaba profundamente a Sostre como persona, no entendía los conceptos teóricos.
Finalmente, alrededor de 1973, después de estar preso por unos tres años, empecé a recibir literatura anarquista y correspondencia de anarquistas que se enteraron sobre mi caso. Esto empezó mi lenta metamorfosis a un anarquista confirmado, y de hecho no fue hasta después de unos años que finalmente me convertí. A finales de los 70 fui adoptado por la Cruz Negra Anarquista-Inglaterra y por un grupo anarquista holandés llamado HAPOTOC (Help A Prisioner Oppose Torture Organising Comitte, Comité Organizador Ayuda a un Preso Oponte a la Tortura) que organizó una campaña de defensa instrumental. Esto fue crucial al hacer que gente de todo el mundo escribiera al gobierno de los Estados Unidos para exigir mi libertad.
Escribí una serie de artículos para prensa anarquista y fui miembro de la Federación Anarquista Social-Revolucionaria, de los IWW (Industrial Workers of the World, Trabajadores Industriales del Mundo) y muchos otros grupos anarquistas en los Estados Unidos y alrededor del mundo. Pero me decepcioné por la incapacidad del movimiento anarquista para combatir la supremacía blanca y su falta de política de lucha de clases. Así que, en 1979, escribí un panfleto llamado “Anarchism and the Black Revolution” (“El anarquismo y la revolución Negra) para llevar la discusión de nuestro movimiento a estas cuestiones. Finalmente, en 1983, fui liberado de la prisión, después de pasar 15 años en la cárcel.
En estos años, el panfleto ha influido a bastantes anarquistas que se oponen al racismo y buscan una orientación más de lucha de clases en el movimiento. Pero, en ese tiempo, me había distanciado del anarquismo. Fue hasta 1992 cuando estaba trabajando en mi pueblo natal de Chattanooga, Tennessee, como un organizador comunitario antirracista, que me encontré con un anarquista llamado John Johnson y volví a ponerme en contacto. Me dio un número del periódico Amor y Rabia [3] y, como resultado, contacté a Chris Day [4] de Amor y Rabia y compañeros de la WSA [5] en Nueva York. El resto, como se dice, es historia. He estado de vuelta desde entonces.
De pronto, me encuentro con que hay más gente en el movimiento que entienden las maquinaciones de la supremacía blanca y que me han motivado a reescribir este panfleto y lo he hecho con gusto. ¿Por qué soy un anarquista? Tengo una versión alternativa para el proceso revolucionario. Hay un mejor modo. ¡Pongamos manos a la obra!
En lo que creo
No todos los anarquistas creemos lo mismo. Hay diferencias y el campo es lo suficientemente amplio para que estas diferencias puedan coexistir y ser respetadas. No sé lo que otros crean, sólo sé lo que yo creo y espero expresarlo de forma simple pero exhaustiva.
Creo en la liberación Negra, así que soy un revolucionario Negro. Creo que los Negros somos oprimidos como trabajadores pero también como una nacionalidad distinta y que sólo seremos liberados por una revolución Negra, que es una parte intrínseca de la revolución social. Creo que los Negros y otras nacionalidades oprimidas debemos tener nuestra propia agenda, un horizonte de mundo distinto y organizaciones de lucha distintas, aunque decidamos trabajar con trabajadores blancos.
Creo en la destrucción del mundo del sistema capitalista, así que soy anti-imperialista. Mientras el capitalismo sobreviva en el planeta, habrá explotación, opresión y Estados-nación. El capitalismo es responsable de las mayores guerras mundiales, numerosas guerras intestinas y millones de personas muriendo de hambre para las ganancias de los países ricos occidentales.
Creo en la justicia racial, así que soy anti-racista. El sistema capitalista era y es mantenido por la esclavitud y la opresión colonial de los pueblos africanos y, antes de que haya una revolución social, la supremacía blanca debe ser derrotada. También creo que los africanos en América han sido colonizados y existe una colonización interna de los Estados Unidos, el país de la madre blanca. Pienso que los trabajadores blancos deben renunciar a sus privilegios, su “identidad blanca”, y deben apoyar a los trabajadores oprimidos por motivos raciales en su lucha por la igualdad y la liberación nacional. La libertad no puede comprarse esclavizando y explotando a los otros.
Creo en la justicia social y la igualdad económica, así que soy un socialista libertario. Creo que la sociedad y todos los responsables de su producción deben compartir los productos económicos del trabajo. No creo ni en el capitalismo ni en el Estado, creo que ambos deben ser derrocados y abolidos. Acepto la economía crítica del marxismo pero no su modelo de organización política. Acepto la crítica antiautoritaria del anarquismo pero no su rechazo a la lucha de clases.
Creo en el control de los trabajadores de la sociedad y la industria, así que soy un anarco-sindicalista. El anarco-sindicalismo es organización sindical revolucionaria del trabajo, donde las tácticas de acción directa se emplean para combatir el capitalismo y tomar la industria. Creo en los comités de fábrica, los consejos de trabajadores y otras organizaciones de trabajadores que deben ser el sitio de trabajo y deben arrebatarles el control a los capitalistas después de una campaña de sabotaje, huelga, plantones, ocupación de fábrica y otras acciones.
No creo en el gobierno, así que soy un anarquista. Creo que el gobierno es una de las peores formas de opresión moderna, es la fuente de guerra y opresión económica y debe ser derrocado. Anarquismo significa que tendremos más democracia, igualdad social, prosperidad económica. Me opongo a todas las formas de opresión que fundan la sociedad moderna: el patriarcado, la supremacía blanca, el capitalismo, el comunismo de Estado, los dictados de la religión, la discriminación a la comunidad gay, etc.
Notas
[2] Martin Sostre fue un activista anarquista Negro que, después de una estadía en prisión fundó la primer librería afro-asiática en Búfalo, Nueva York. Su librería se volvió un espacio de convergencia entre radicales y habitantes del barrio, dando acceso a las comunidades marginadas a literatura radical. Pocos años después, en 1967 fue víctima del Programa de Contrainteligencia que lo inculpo de cargos de drogas, incendios y asalto. Después de una campaña internacional de solidaridad que demostró que los cargos fueron fabricados, Sostre fue finalmente liberado en febrero de 1976. Durante su segunda estadía en prisión, cuando conoció a Lorenzo Kom’boa, se volvió abogado en prisión y combatió la brutalidad policiaca y los abusos a los presos, operando una dura campaña contra el confinamiento solitario. Falleció en agosto de 2015. Hay un documental sobre su caso, con extensas entrevistas desde la prisión, titulado. “Frame up! The imprisonment of Martin Sostre” (“¡Inculpado! El encarcelamiento de Martin Sostre).
[3] Este periódico fue un intento de crear una publicación anarquista para toda América del norte. Alrededor de él se agrupó la Federación Anarquista Amor y Rabia que existió entre 1989 y 1998. Estuvo formada por unos 200 anarquistas de distintas colectividades en Canadá, Estados Unidos, México, e Inglaterra. Para más sobre la Federación y su periódico pueden ver: https://ift.tt/2vKOhve
[4] Chris Day fue uno de los fundadores de la Federación Anarquista Amor y Rabia, años después abandonó las ideas anarquistas a favor de una visión de comunismo de Estado. Escribió “The historical failure of anarchism” (“El fracaso histórico del anarquismo”) que pueden consultar aquí: https://ift.tt/2fNGoNK
[5] La Workers’ Solidarity Alliance (Alianza de Solidaridad de los Trabajadores) es una organización anarco-sindicalista fundada en 1984 y basada en Nueva York. Con particular énfasis en la autogestión. Aquí pueden ver su página: https://ift.tt/2hLJJfP