Robert Owen (1771-1858)

Robert Owen nació en 1771 en Newtown, Montgomeryshire, en el País de Gales. Su educación fue muy modesta, a los siete años de edad era ya un alumno-maestro y dos años después dejó definitivamente la escuela. Con su sentido de los negocios y su inteligencia, Owen consiguió alcanzar rápidamente un puesto destacado en el mundo industrial. Tras unos años de aprendizaje en una tienda de paños de Londres, a finales del decenio de 1780 se instaló en Manchester y a los 18 años de edad se estableció por cuenta propia.
Partirá de su propia experiencia como industrial para llevar a cabo una fábrica modelo en la que se mejoraron notablemente las condiciones de vida de los trabajadores y se crearon unas conquistas sociales que serán buscadas por la clase trabajadora a lo largo del siglo XIX -la primera medida que adoptó fue la reducción de la jornada laboral; además, prohibió que se emplearan en sus fábricas niños de menos de 10 años, fundó una escuela infantil y abrió un economato-. No confiaba en la revolución que supuso el sistema industrial, por lo que buscó las pequeñas comunas en las que sería posible una vida más integral; intentó llevarlo a la práctica en los Estados Unidos donde sería un rotundo fracaso.

Trabajador incansable y defensor de los derechos sociales, cuando regresó a Gran Bretaña fue elegido por los obreros para liderar un movimiento cooperativista. Desde aquí conseguiría grandes progresos. Es autor de ensayos como: Una nueva concepción de la sociedad, Relación al condado de Lanark y Libro del nuevo mundo moral. Pretendía también la organización del movimiento laboral en un gran sindicato unificado. Estudió a los filósofos franceses de la Ilustración, como Voltaire, Diderot, Condorcet y Rousseau y su encuentro con William Godwin reforzó sus ideas. La fusión de las ideas de la Ilustración francesa y del Renacimiento escocés, junto con sus propias experiencias en Manchester, sentaron las bases de las teorías educativas de Owen, las cuales constituyen uno de sus aspectos más destacables dándoles una gran importancia. Creía firmemente en la bondad innata de las personas y afirmaba que el ser humano es “el resultado necesario de su organización y de las condiciones en que le sitúan la naturaleza y la sociedad”; una buena educación, según Owen, cambiará la sociedad. Con esta educación integral que comienza ya en el jardín de infancia y donde se buscará la integración del trabajo manual e intelectual se logrará un sistema social nuevo donde se eduque en la solidaridad y la cooperación, en el que el trabajo manual sea un bienestar para el obrero y en el que se acabará con el prejuicio que quiere el bienestar y el progreso de un pueblo sin contar con los otros. La ideas educativas de Owen sentarán un precedente en el socialismo y anarquismo posterior, ya que en ellas están el rechazo al Estado y algunos de los principios libertarios.

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