«Es la sociedad la que hace a los criminales y vosotros, jurado, en lugar de golpearlos, deberíais emplear vuestra inteligencia en transformar la sociedad: así suprimiríais todos los crímenes, y vuestra obra, al atacar la causa, sería más fecunda que vuestra justicia, que se reduce a castigar los efectos» (Ravachol).