Archivo de la etiqueta: Imperio español

ACRACIA ANARQUISMO NIHILISMO

¿Hispanidad?

Es harto complicado meterse en la mentalidad de un reaccionario, no obstante, dado cómo calan ciertos relatos fantásticos en el imaginario del vulgo, vamos allá. Como es sabido, en este inefable país, no es que el facherío ande últimamente muy subidito, lo cierto es que ganaron (manu militari, por supuesto) y la triste realidad es que nunca se fue del todo. Así, si no fueran tan peligrosos, resultarían solo irrisorios ese gesto de orgullo y esa reiterada insistencia de la labor civilizatoria que realizó en el ¿Nuevo? Mundo esa raza superdotada que es la hispana (sí, es sarcasmo y del bueno). Aquella gesta imperial que nuestros reaccionarios añoran fue acompañada de una, nada sangrante y totalmente altruista, intención evangelizadora, más bien ganada de antemano, ya que un ser ultraterreno todopoderoso estaba del lado de la superior raza hispana (no hace falta aclarar las intenciones sarcásticas, aunque a nuestra facha medio, quizá sí). Nuestros nacionalistas españoles, cierto es que ya algo hiperbolizados, llegan a afirmar que las aportaciones culturales del imperio fueron indescriptibles y, ya sin el menos asomo de vergüenza, niegan que hubiera esclavitud y apenas una poca violencia. Cierto es que todas las naciones tienen sus mitos para alimentar la alienación de sus ciudadanos, perfectamente desmontables, pero es que hasta en esto este indescriptible país se sale bastante de madre. ¡Cosas veredes, amigo Sancho!

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CONQUISTA AMÉRICA INDÍGENAS

Ni vencidos, ni dominados: Las resistencias indígenas a la conquista española entre el siglo XVI y XIX

La tarea de repensar el sur, es una asignatura pendiente aún en nuestra latitud que, por supuesto, no realizarán los poderes gubernamentales, pero que tampoco hay indicios de abordarla próximamente las sociedades de esta vieja Europa. Siempre que se acerca la fecha del 12 de octubre de nuestro calendario, se renueva el neocolonialismo con un discurso rancio y ultranacionalista. Esa herencia colonial sigue viva a través de la explotación y el extractivismo del territorio Latinoamericano en el siglo XXI. Y no solamente está viva en la cuestión material, que sin duda es la más sangrante de todas, sino también en los imaginarios y las narrativas triunfalistas que celebran la conquista del continente americano defendiendo esa brutalidad como la única civilización posible.

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Leyendas negras

El facherío patrio es muy, muy pesado con la cuestión de la supuesta leyenda negra del condenado imperio español. Para los profanos, explicaré que se trata de una teoría sostenida por alguna corriente historiográfica, según la cual existiría abundante propaganda antiespañola y, al parecer, también anticatólica. No hace falta tener excesivos conocimientos para llegar a la muy obvia conclusión que la historia de la humanidad, y la de sus imperios colonizadores, es la de la subyugación de unos pueblos poderosos sobre otros, que lo eran menos. El hecho de que haya algo de verdad en la exageración, por parte quizá de otras con inicuo afán dominador, no elimina de un plumazo los muchas desmanes cometidos por el imperio español, junto a ese horror denominado evangelización, ni convierte en rosa su leyenda, tal y como pretenden los reaccionarios más interesados (o descerebrados). Hoy por hoy, la insistencia en la susodicha leyenda negra solo puede ser sustentada por los que niegan la posibilidad de una horizonte mejor para la humanidad en nombre de ese concepto tan bello que es la fraternidad universal; si queremos aprender un poquito de la historia, contextualizando los hechos, es precisamente para volver a dotar de sentido eso tan denostado llamado progreso moral, no para insistir en fastos celebratorios indignantes apoyados en descabelladas teorías conspiratorias para justificar lo injustificable.

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Sobre perdones y rancias tradiciones

A escasos días de la fiesta nacional del 12 de octubre, que tan cachondos pone a los reaccionarios de este insufrible país, el muy repulsivo José María Aznar ha hecho gala de su espíritu patriótico y ha reivindicado el legado del imperio hispánico frente a cualquier discurso crítico con el mismo. Como el ego de este fulano es inversamente proporcional a su escasa estatura moral, ha personalizado la cuestión sin rubor alguno afirmando que él no piensa pedir perdón «por defender la importancia de la nación española». También se despachó a gusto contra el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, precisamente por exigir disculpas a España por haber cometido toda suerte de tropelías en la conquista de las Américas. Vaya por delante que lo de estos estadistas progresistas, como el propio López Obrador, me parece una mera pose, ya que mucho habría que hablar de lo que tendrían que reconocer tantas naciones y poderosos sobre toda suerte de iniquidades a los pueblos, por no hablar de los que siguen sometidos en la actualidad.

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